Thursday, January 1, 2015

Los cien eventos más importantes en dos mil años de historia cristiana: La Caida de Jerusalen en el 70 dC.









Con este escrito quiero dar inicio a una serie de veintiocho artículos en los que pretendo hablar brevemente de los cien eventos más importantes que han marcado nuestra historia cristiana desde que nuestro Señor Jesucristo edificó su iglesia. Como siempre espero que este blog y cada uno de sus escritos sea una herramienta para tu edificación espiritual.



70 dC. Tito destruye Jerusalén.

Cuando el general romano saqueó el templo, los judíos fueron forzados a una nueva era al igual que los cristianos.

Gesio Floro amaba el dinero y odiaba a los judíos. Como procurador romano, tenía dominio sobre Judea, no le daba mucha importancia a la sensibilidad religiosa. Cuando los ingresos que venían de los impuestos eran bajos, se llevó plata del templo, cuando los comentarios y las críticas en su contra comenzaron a surgir por esto que había hecho, en el año 66 dC, envió tropas a Jerusalén quienes masacraron unos tres mil seiscientos ciudadanos. Las acciones de Floro despertaron una rebelión explosiva en el pueblo judío, la primera revuelta judía, que había sido candente desde hacía algún tiempo.

Lanzamiento de la revuelta.
La revuelta judía comenzó, y llegó a su amargo final, en Masada, un pedazo de rocas con vista al Mar Muerto. Los romanos habían construido una ciudad virtualmente impenetrable allí. Las atrocidades de Floro habían inspirado a un grupo de extremistas Zelotes a atacar Masada. Admirablemente, estos ganaron, matando a todo el ejército romano en esta ciudad.
En Jerusalén, el capitán del templo mostró solidaridad con la revuelta cuando detuvo los sacrificios diarios en el templo. Pronto toda Jerusalén se sumó al escándalo expulsando y asesinando a las tropas romanas. Luego toda Judea estaba en una revuelta y después también Galilea.
Cestio Gallo, el gobernador romano de la región, marchó desde Siria con veinte mil soldados. Sitió Jerusalén por seis meses y aun así falló. Dejó seis mil soldados muertos, por no mencionar el armamento que los judíos recogieron del campo de batalla y usaron para defenderse.
El emperador Nerón entonces envió a Vespasiano, un decorado general, a reprimir la rebelión judía. Vespasiano derribó la oposición en Galilea, luego en Transjordania, después en Idumea. Rodeó Jerusalén pero antes del golpe de gracia, Nerón murió. Vespasiano se vio entonces enrollado en una lucha de poder que concluyó con que el ejército de Oriente le llamó a ser emperador. Uno de sus primeros decretos imperiales fue atribuirle a su hijo Tito la Guerra Judía.

Reprimiendo la revuelta.
Para este momento, Jerusalén estaba aislada del resto de las naciones, y facciones de la ciudad luchaban en estrategias de defensa. A medida que el sitio transcurría las personas comenzaron a morirse de inanición y plagas. Entonces la esposa del sumo sacerdote, quien anteriormente se había dejado llevar por la lujuria, mendigaba por migajas de pan entre las calles.
Mientras tanto los romanos empleaban nuevas maquinarias de guerra para lanzar rocas contra las murallas de la ciudad. Los defensores judíos luchaban todo el día y batallaban para reconstruir las paredes en la noche. Eventualmente los romanos rompieron una de las paredes exteriores, luego la segunda pared y finalmente la tercera. Los judíos seguían luchando y se fueron escurriendo hacia el templo como su última línea de defensa.
Este fue el final para los valientes judíos defensores y para el templo. El historiador Josefo dijo que Tito tenía la intención de preservar el templo, pero sus soldados estaban tan enojados con sus oponentes que estos quemaron el templo. Los judíos que quedaron fueron asesinados o vendidos como esclavos.
La banda de Zelotes que tomó Masada, permaneció allí por al menos tres años más. Cuando los romanos finalmente construyeron la rampa de captura e invadieron la fortaleza, encontraron a los defensores muertos. Estos habían cometido suicidio para evitar ser capturados por extranjeros.

Resultados de la rebelión.
La rebelión judía marcó el fin de estado judío hasta los días modernos. La destrucción del templo también tuvo gran significación en la adoración de los judíos, aunque ese cambio había comenzado cuando los judíos habían sido esparcidos alrededor del mundo por al menos hacía ya seiscientos años. La primera destrucción del templo por los babilonios en 586 aC, había forzado a los judíos a convertirse en el pueblo del libro. El triste final del templo cerró la puerta del sistema sacrificial judío. Estos, entonces hicieron ajustes creando nuevos rituales para las casas y las sinagogas. Pero el sanedrín fue disuelto, y el centro de la religión judía se movió a las instituciones religiosas de Jamnia.
¿Dónde estaban los cristianos? Fuera de la ciudad, básicamente. Muchos habían sido llevados fuera de Jerusalén por varias décadas de persecuciones anteriormente. Eusebio escribió que cuando la rebelión comenzó en el 66 dC, muchos de los judíos cristianos que quedaban en Jerusalén se fueron a Pella, una ciudad frente al río Jordán.
Se puede decir que estos eventos arrojaron el balance de poder de la iglesia hacia los gentiles. Misioneros como Pablo habían originalmente lidiado con fuertes y conservadoras iglesias judías basadas en Jerusalén. Pero los cristianos judíos que no estuvieron envueltos en la rebelión marcaron una obvia diferencia entre ellos y su contraparte tradicional. Después del 70 dC, los cristianos no fueron permitidos en las sinagogas.
La caída de Jerusalén, entonces, hizo a los cristianos aún más distintos de los judíos y dio a la iglesia un desarrollo y crecimiento aun mayor entre los gentiles.
Importante es notar que la caída de Jerusalén en el año 70 dC, viene a ser un evento crucial para los que miran el fin de los tiempos desde una perspectiva postmilenialista. Los postmilenialistas miran a los judíos como el anticristo. El asedio de Jerusalén por las tropas romanas de Tito es descrito como la gran tribulación. Ellos enseñan que todas las profecías de Apocalipsis concernientes al regreso de Jesús fueron cumplidas en el año 70 dC, con la destrucción de la ciudad. Para ellos Cristo vino en su segunda venida en forma de ira en ese momento.
Esta interpretación por supuesto requiere la premisa de que Apocalipsis haya sido escrito antes de la fecha del 70 dC, pero la evidencia interna del libro con respecto al imperio romano y el testimonio externo de los padres de la iglesia apuntan a una fecha de escritura de Apocalipsis unos veinticinco años después de la caída de Jerusalén.
De todos modos este es un evento claro y clave en la historia de la cristiandad. Con la caída del templo y la ciudad de Jerusalén todo el sistema judío se vino abajo. La era cristiana y la iglesia en si comienza a tener un desarrollo y crecimiento entre los gentiles como nunca antes, ya el sanedrín y el fariseísmo no eran tanto el problema de la creciente iglesia. La escatología dio un giro grande en cuanto a su desarrollo y la postura postmilenial vio la respuesta a muchas preguntas después de este evento. Sin dudas la caída del templo y de la ciudad de Jerusalén en el 70 dC es uno de los eventos más importantes de la historia cristiana.

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