Wednesday, April 16, 2014

¿Adoración como los paganos?




¿Qué tanto los cristianos tomamos prestado de las religions griegas y romanas?

“El diablo, cuyo trabajo es pervertir la verdad, imitar las exactas circunstancias de los divinos sacramentos en los misterios de las Mitras, él mismo bautiza algunos, es decir, sus creyentes y seguidores, les promete perdón de pecados de la Fuente sagrada, y así los inicia en la religión de las Mitras… los trae en el símbolo de la resurrcción y gana la corona con la espada”
Tertuliano (principios del siglo III)

Algunos estudiosos han pretendido que el apóstol Pablo fue esencialmente un devoto a las religiones griegas de misterio, que no podemos entender el Nuevo Testamento, sin antes comprender el lenguaje de las religiones de misterio. Casi nadie estaría hoy de acuerdo con esa afirmación.
Sin embargo, muchos estudiosos reconocen que a lo largo de cientos de años el cristianismo no escapó de los efectos de las culturas griegas y romanas. La pregunta es: ¿A que grado las culturas religiosas formaron la vida y las costumbres del Cristianismo? Para responder esta pregunta debemos dividir el cristianismo primitivo y sus posturas en períodos históricos.

Adaptaciones vacilantes.
La iglesia experimentó pequeñas influencias griegas y romanas en los primeros años. En la era apostólica hasta alrededor del año 70 dC, la predominación de cristianos judíos en las Iglesias aseguró la influencia de judaísmo. Debido a que el judaísmo es diverso, encotramos variedad en la adoración a lo largo del vasto impero romano, el Nuevo Testamento da evidencia de al menos cuatro estilos de adoración Cristiana: Adoración en el templo (Hch. 2:46), adoración en la sinagoga (Hch. 16:13,16), una cena de hermandad seguida por la Cena del Señor (1 Co. 11), y un tipo de servicio carismático con énfasis en la profecía (1 Co. 14). Ninguno de estos enfonques de adoración reflejan significativamente las costumbres greco-romanas.
Desde finales del primer siglo, en adelante, los gentiles comenzaron a ser más numerosos que los judíos en las asambleas cristianas. Estos importaron de forma sutil algunas de las ideas, actitudes y constumbres de las culturas griegas y romanasy y para hacer el cristianismo atractivo a la audiencia gentil, los misioneros cristianos adoptaron su lenguaje e incluso sus ideas.
Cuando Justino Martir (c. 100-c. 165) escribió su Apología, por ejemplo, se refirió al bautismo como una “iluminación” una palabra marcada con significados intelectuales griegos y romanos. Ignacio de Antioquía (c. 35-c. 107) caracterizó la Cena del Señor como “la medicina de la inmortalidad”, otros apologistas defensores del cristianismo se refirieron a la Cena del Señor como “el sacrificio incruento”
Estos evangelistas primitivos, aun cuando buscaban sus palabras cautelosamente, Justino tuvo grandes dolores para calificar lo que dijo acerca del bautismo, la eucaristía e incluso la palabra domingo. Como otros cristianos, siguió prefiriendo “día del Señor” y salió de su manera de observar que los Cristianos adoraban “en el día que es llamado domingo” por los no cristianos,
Los apologistas se dieron cuenta de las similitudes del cristianismo y las religiones de misterio, por lo que se sintieron obligados a diferencias las verdaderas costumbres de las falsas. Para Justino el partimiento del pan y el compartimiento de la copa eran cosas que “los malos espíritus habían enseñado a hacer fuera de la memoria en los misterios de las Mitras, en estos igualmente, una copa de agua y pan son expuestas con la adición de ciertas palabras en el sacrificio o en el acto de adoración de las personas que van a ser iniciadas”
Clemente de Alejandría (c. 150-c. 215) y Orígenes (c. 185-c. 254) atrajeron más atrevidamente la cultura, pero ejercitaron precaución cuando hablaban de cultos que competían. Aunque probablemente en un tiempo un iniciado en los misterios eleusios, Clemente escribió al tamaño de su vileza:
“Los misterios son simplemente tradiciones y ociosas invenciones, es estar adorando uno de los engaños del diablo, cuando el pueblo honra con bastarda religiosidad estas santidades no santas e iniciaciones impías”.
“¿Piensa en los cofres místicos… que hay en ellos, pasteles de sésamo, pasteles triangulares y pasteles redondos en forma de huecos como ombligos, bolas de sal y una serpiente, símbolos de Dionisio Bassereau?” y granadas al lado y ramas de higos, e hinojos, hiedra, si, galletas y amapolas. Estas son sus cosas santas. Y que de los símbolos de Ge Temis, los cuales nadie está supuesto a revelar, mejorana, una lámpara, una espada, la peineta de una mujer, [un religioso eufemismo para el órgano sexual de la mujer], es una completa desverguenza”
Ni Clemente ni Orígenes, por otra parte, nunca abandonaron el entendimiento original de Pablo del término “misterio”. Siempre lo ataron al plan redentor de Dios en la persona de Cristo, no a una de las historias de los dioses.

La era de cambio.
Cuando el emperador romano Constantino se convirtió al cristianismo alrededor del 312 dC, los cristianos se encontraron radicalmente diferentes en su posicion cultural. Después del 324 Constantino agresivamente reforzó las Iglesias y más tarde trató de borrar el paganismo. Sus obras de beneficencia hacia las Iglesias aseguraron e inspiraron una más libre intromisión de la cultura que cuando la iglesia era perseguida. Aunque los cristianos  vacilaron por un tiempo, pronto celosamente fusionaron el cristianismo y la cultura romana.
Los edificios para la adoración dieron evidencia de cambios casi inmediatamente, Constantino y su madre Helena erigieron Iglesias por todo el imperio romano los cristianos se mudaron circuncspectamente, aunque, optando por seguir el modelo de los edificios comunes públicos, las basílicas en vez de los templos griegos y romanos. Con el tiempo, sin embargo, usaron materiales despojados de tales edificios e incluso construidos en la cima de recintos del templo.
Estos grandes edificios trajeron cambios significativos en la adoración. El marco básico (heredado por el judaísmo y la iglesia primitiva) se mantuvieron, pero la liturgia se hizo más dramática. Como el emperador se hizo la primera persona laica en la iglesia, una simple ceremonia no era completamente suficiente. La pompa y la circunstancia de la corte imperial, fueron adaptadas para honrar al Emperador de emperadores, procesiones, luces, vestidos especiales, y otros numerosos elementos se agregaron al gran escenario. Los vivos se unieron a la vasta compañia de Santos, ángeles y huestes celestiales en la gloriosa alabanza de Dios.
Aunque la iglesia tomaba prestado cada vez más de la de la cultura romana, no obstante, recurrían frecuentemente a las raíces bíblicas para evaluar lo que hacían. Las pinturas cristianas del siglo IV, por ejemplo, frecuentemente mostraban a Jesús junto con sus doce apóstoles leyendo de los rollos del Antiguo Testamento, este mismo período condujo a los cristianos a emigrar arduamente a la Tierra Santa.
Sin embargo, para finales del siglo IV la cristiandad había alcanzado una posición dominante en el imperio, y los cristianos sentían que podían tomar prestado de la cultura, el lenguaje y las ideas con más libertad que antes.

Tiempos de Edición.
Un vasto número de personas vino a las Iglesias después de la convesión de Constantino. Este influjo pudo haber virtualmente borrado la fundación bíblica de la iglesia y no habían encontrado la forma de instruir neófitos. El catecumenado, el proceso para enseñar a nuevos creyentes las bases esenciales de la fe, servían en parte para reformar el pensamiento y comportamiento de las masas.
Abrumado por los números, sin embargo, las Iglesias pronto acortaron el período de formación de tres años a cuarenta días de cuaresma. Para este punto, la liturgia del domingo y el calendario cristiano tenían que soportar una pesada carga para la instrucción de los nuevos covertidos.
No es de sorprender, que el calendario se haya sometido a una extensa elaboración. Como sus antepasados en el antiguo Israel, los primeros cristianos observaban días especiales y estaciones, las cuales eran adaptadas del judaísmo y de la cultura griega y romana.
Por ejemplo, a la hora de celebrar el día del Señor, el día en que Jesús fue levantado de los muertos, los primeros cristianos,que habían venido del judaísmo se reunían el sábado en la noche después de las 6:00 PM. Para el comienzo del segundo siglo, sin embargo, los gentiles convertidos lo hacían después del amanecer el domingo. A través de todo este período hasta Constantino, los cristianos observaban el primer día de la semana como el día de adoración.
Con la conversión de Constantino, sin embargo, vinieron nuevas posibilidades de ajustar el calendario con fines cristianos. En 321 el Emperador Constantino decretó ese domingo como un día de descanso, una día feriado legal. Algunos estudiosos sugieren que Constantino pretendía honrar al dios Sol Invictus Mitra (Mitras, el invicto sol). De hecho, él describe el primer día de la semana como el dia del sol, pero el significado del día del Señor para los cristianos quedó establecido por regla general.
Lo que Cosntantino hizo con la navidad, además, sugiere que él tenía el cristianismo en mente. Los primeros cristianos, por supuesto, no tenían información que les ayudara a calcular el nacimiento de Cristo. La más antigua evidencia de la observancia del 25 de diciembre como el cumpleaños de Cristo, aparece en el calendario Filocaliano, compuesto en Roma en 336 dC. Por muchos años esta fecha fue obervada solo en occidente, las Iglesias de oriente observaban el 6 de enero, o la epifanía. Curiosamente días festivos paganos descansan sobre estos dos días. El 25 de diciembre era el nacimiento Soli Invicti el nacimiento del dios del sol. Enero 6 era la festividad de Diosnisio. Parece que Constantino tratando de unificar la adoración del sol con la de Cristo, hizo fuerza, sino mezcló la observancia de la navidad. Por casi el mismo tiempo aparece la pintura de Cristo como el invencible sol , más tarde descubierto en excavaciones debajo de la basílica de San Pedro de Roma.

Intercambio cultural.
Los estudiosos nunca llegarían a un concenso a mayor medida en cuanto al intermambio entre la cultura greco-romana y la adoración Cristiana.
Muchos historiadores dicen que las prestaciones de la cultura romana transformaron radicalemente el cristianismo primitivo, sin embargo, A. D. Nock en su libro “El primitivo crsitianismo gentil y su trasfondo helenistico” concluye con que las prestaciones culturales fueron hechas como “asuntos de técnicas diplómaticas y pedagógicas” Nock estaba convencido de que estas adaptaciones no tenían nada que ver con el ritual pagano, lo que realmente le impresionó fue que los misterios de paganismo hayan tenido “tan poco” impacto en los rituales cristianos.

Estudios modernos afirman que las adaptaciones culturales de los primeros cristianos fue en esencia la clave de su éxito. La adaptación fue un asunto de riesgo, los primeros cristianos no tenían unas perfectas directrices, así como no las tenemos tampoco hoy. Pero como el apóstol Pablo buscaron hacerse todo, para alcanzar a todos con el objetivo de que el Cristianismo llegara a ser la religión para tantos como fuera posible. 

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