Wednesday, May 27, 2015

Los cien eventos más importantes en dos mil años de historia cristiana: Tomás de Aquino concluye su obra Summa Teológica en 1272





El tratado teológico estableció un sistema teológico tan influyente que ha sido declarado de valor eterno.

“El buey mudo”, fue el nombre dado por sus compañeros de colegio al pesado, tranquilo y serio muchacho de la familia Aquino. Nunca hubieran adivinado que el buey pudiera producir dieciocho grandes volúmenes de teología, ni que es sistema teológico que construyó se iría a convertir en la teología oficial del catolicismo.

El gran teólogo de la Edad Media nació alrededor del 1225, proveniente de una familia noble y adinerada. A la edad de cinco años el gordiflón muchacho fue enviado a la escuela del monasterio cercano en Monte Casino (la comunidad fundada por Benedicto setecientos años antes). A la edad de catorce años, Tomás fue a la Universidad de Naples, donde su maestro Domiciano le impresionó tanto que Tomás decidió también unirse al nuevo sistema de la orden domiciana.

Su familia se opuso ferozmente a tal decisión (aparentemente anhelando que Tomás se convirtiera en un influyente abate de dinero o un arzobispo antes de hacer votos de pobreza). El hermano de Tomás le secuestró y lo confinó por quince meses; su familia le tentó con una prostituta y con una oferta de comprarle el puesto de arzobispo de Naples.

Todos los intentos fallaron, y Tomás fue a París, el centro del estudio teológico de la época medieval. Mientras  estaba allá cayó bajo el hechizo del famoso maestro Albertus Magnus, también conocido como Alberto el Grande.


El ambiente educacional de Tomás.

En la Europa medieval, la idea de la educación secular no había pasado por la mente de todo el mundo. Toda enseñanza tenía lugar bajo la supervisión de la iglesia, y la teología reinaba por encima de todas las ciencias. Aun cuando Tomás vivía en una época en que los filósofos no cristianos estaban agitando las mentes de muchos pensadores. Aristóteles el griego, Averroes el musulmán, Maimonidas el judío y las obras de otros eran traducidas al latín. Los estudiosos estaban fascinados, particularmente con Aristóteles, cuya obra había sido desconocida en Europa por siglos. Aristóteles parecía haber explicado todo el universo sin usar las Escrituras, simplemente usando sus poderes de observación y lógica.

  Las nuevas traducciones de los filósofos enfatizaban la razón, y por lo tanto amenazaban con socavar las creencias cristianas ortodoxas. ¿Podría una persona intelectual que había sostenido el razonamiento de los nuevos filósofos retener su fe?


La Summa de Tomás.

Tomás ávidamente siguió a Aristóteles. Pero, con sentimientos más devotos a la iglesia que a cualquier otra rama de filosofía, Tomás determinó extraer de los escritos de Aristóteles lo que era aceptable para el cristianismo.

Al comienzo de su masiva Summa Teologiae (lo que quiere decir un resumen del conocimiento teológico). Tomás declaró “En la sagrada teología, todas las cosas son tratadas desde el punto de vista de Dios”. Tomás procede a distinguir entre la filosofía y la teología, y entre la razón y la revelación, aunque enfatizó que estas no se contradicen la una con la otra. Ambas son fuentes de conocimiento, ambas vienen de Dios.

La razón, decía Tomás (siguiendo a Aristóteles) está basada en datos sensoriales, lo que podemos ver, sentir, oír, respirar y tocar. La revelación está basada en más. Mientras que la razón nos puede llevar a creer en Dios, algo que otros teólogos habían ya propuesto, solo la revelación puede mostrarnos a Dios tal y como Él es, el trino Dios de la Biblia.

La teología de Tomás no es fácil de leer. Pocos lectores modernos se pueden sentar a través de muchas páginas de intrincados razonamientos. Aunque todos pueden apreciar su intento de armonizar la revelación y la razón. Tomás mostró que aunque la revelación nunca contradice la razón, una conclusión que muchos discuten, la razón sola no es suficiente para entendernos a nosotros mismos ni a Dios. El sentido de la experiencia puede explicar algo de la naturaleza de los escritos, pero el conocimiento celestial solo, el cual cada creyente experimentará después de la muerte, provee el conocimiento claro de Dios. Y aunque una persona separada del cristianismo puede practicar ciertas “virtudes naturales”, solo un creyente puede practicar la fe, la esperanza y el amor, las verdaderas virtudes cristianas.


El legado de Tomás.

La obra de Tomás, junto a sus otros numerosos escritos (notablemente la Summa Contra Gentiles un manual para los misioneros de los musulmanes, el cual también contiene muchos himnos conocidos), no fue recibido universalmente al principio. Varias de sus declaraciones fueron condenadas después de su muerte, aunque las condenaciones fueron después retractadas. Pero antes de que el gran sistema de Tomás ganara preeminencia. Cuando el catolicismo enfrentó el crecimiento del protestantismo en Europa, usó las obras de Tomás en la redacción de los credos del concilio de Trento en 1545-1563. Cuatro años más tarde, Tomás fue declarado un “doctor de la iglesia”. Y en 1879, la bula papal A eterni Patris endorsó el “Tomismo” (La Teología de Tomás) como una autentica expresión de doctrina y dijo que debía ser estudiada por todos los estudiantes de teología. Hoy, ambos protestantes y católicos extraen de sus escritos, y nadie puede decir ser un teólogo a menos que no esté familiarizado con la obra de Tomás de Aquino.


Tomás de Aquino como tal pudo no haber sido aprobado. A pesar de su estatura como maestro y autor, se mantuvo humilde a lo largo de su vida. Consistentemente rechazó ofertas para ser obispo o abate. Más remarcable que esto fue el anuncio que hizo tres meses antes de su muerte en 1274. Él dijo después de aparentemente ver una visión celestial durante un servicio de adoración “Todo lo que tengo hasta ahora escrito para mí es como si fuera paja… comparado con lo que me ha sido revelado”. Tomás dio todos sus escritos teológicos, y así la Summa Teologiae nunca fue actualmente terminada. 

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