Premilenialismo histórico: visión a largo plazo.
Muchos de los pensadores entre primeros cristianos no tenian problemas con la demora del regreso de Cristo, pero si tenian problemas con aquellos que aseguraban que el regreso de Cristo era inminente.
Los días vendrán cuando las vides crecerán, creia Papias de Hierapolis, “cada una teniendo diez mil ramas, y en cada rama diez mil ramitas, y en cada verdadera ramita diez mil retoños, y en cada uno de los retoños diez mil racimos, y en cada uno de los racimos diez mil uvas y cada uva cuando sea esprimida dará doscientos galones de vino, y cuando alguno de los santos eche mano en un racimo otro racimo gritará, ‘Yo soy mejor racimo tómame a mi, bendice al Señor a través de mi”
Papias (60-120 dC) fue quizás el primer autor post bíblico
en describir el milienio visible en el reino de Cristo. El gnóstico hereje
Cerintos (c 100 dC) elaboró los placeres físicos del milenio, incluyendo los
placeres nupciales a un grado que escandalizó a los ortodoxos. Muchos de los
primeros cristianos ortodoxos y herejes encontraron la sensual expectación del
milenio como algo irresistible. Pero a medida que el cristianismo ganó
experiencia en estas expectaciones estos cristianos encontraron suficientes
razones para ser cautelosos.
Mientras que los años se convirtieron en décadas, y las décadas
en siglos se hizo claro que a pesar de las esperanzas de algunos, el milenio no
había comenzado con la resurrección de Jesús, aunque muchos estudiosos modernos
especulan esto puede haber causado consternación, no hay evidencia ni en la
exhortación interna ni en las respuestas a la crítica externa de que esto haya
preocupado a alguien.
Los cristianos rutinariamente pedían en sus oraciones que el
fin del mundo fuera pospuesto. Parece que el retraso no era simplemente una cuestión,
aquellos que esperaban el milenio estaban confiados que vendría, la cuestión
era simplemente cuando.
Mientras los años pasaron aquellos que creían en el milenio
empezaron a considerar el evento que lo iniciaría, si la resurrección no había
empezado el milenio tal vez la segunda venida si.
Justino Martir (c. 100-165 dC) compartía el punto de vista
de Papias, en su “Diálogo con Tripho” Justino afirma su espera de que los
fieles se levantarían de los muertos y reinarían con Cristo por mil años en una
Jerusalen reconstruida, aun cuando el difería de Papias en dos puntos
interesantes.
Primero Justino dijo abiertamente que no todos los
cristianos compartían su expectacion “Yo
y muchos otros somos de esta opinión y creemos que tal evento tendra lugar,
pero por otro lado muchos que pertenecen a la pura y pia fe y son verdaderos
cristianos piensan de otra manera” tal tolerancia no fue dada por otras
enseñanzas como la resurrección de la muerte “muchos que son llamados cristianos dicen que no hay resurrección de la muerte, y que
sus almas cuando mueren son llevadas al cielo no me imagino que sean cristianos”
Segundo Justino Martir unió el inicio del milenio que el
esperaba con la segunda venida de Cristo y no con la resurrección de Cristo
como Papias creía. Justino creía que los cristianos fieles resucitarían de los
muertos para vivir con Cristo en la Nueva Jerusalen. Cuando el milenio fuera
completado el resto de la humanidad resucitaría de los muertos, entonces todos
recibirían el juicio final. Este parece ser el primer escrito post bíblco que
pone el milenio después de la segunda venida así claramente poniendo la era
presente antes del milenio, de esa forma Justino Martir parece haber sido el
primer premilenialista.
Escritores subsecuentes siguieron sus ideas. Ireneo de Lyon
(c. 130-200) es mejor conocido por su vigorosa defensa del cristianismo contra
los gnósticos en asuntos tales como la resurrección corporal de la muerte, en
su libro “Contra todas las herejías” Ireneo sigue las enseñanzas de Papias manteniendo
que cuando los fieles difuntos resucitasen reinarán con Cristo por mil años de
felicidad. Jerusalen será reconstruida, la hambruna no será conocida y los animales
vivirán en armonía entre ellos y con los hombres, sin embargo, como Justino y
no como Papias Ireneo esperaba que esto pasara después de la venida del
anticristo y la segunda venida de Cristo.
Justino e Ireneo hablaron del milenio como un evento lejano
que ellos esperarían para algún día, su única importancia para la vida Cristiana
era el recordatorio de la esperanza que debía guiar la vida Cristiana. Pero para
finales de los 100 muchos cristianos comenzaron a ver señales de que el milenio
era inminente, los más inquietantes eran los Montanistas.
Probablemente en el 172 dC Montano comenzó a proclamar que Jerusalen
iba a descender en algún lugar cerca de Frigia (centro oeste de Asia Menor)
Montano y sus asociadas femeninas Prisca y Maximila dijeron que el milenio
habia comenzado y que Dios les había dado a ellos autoridad sobre la iglesia Cristiana,
y que rechazar sus pronunciamientos era considerado blasfemia contra el Espíritu
Santo según Lc. 12 y por lo tanto un pecado imperdonable, Montano fue
eventualmente condenado por la iglesia pero no su escatología.
Para principios de los 200 dC Hipólito de Roma predijo que
Cristo establecería el Milenio en el 496 dC, siendo Hipólito uno de los pocos
escritores tempranos en predecir una fecha para la segunda venida, pero no por
las razones que se cabría esperar. Mejor conocido por su “Tradición Apostólica”
que contiene uno de los primeros textos sobrevivientes de una oración para
consagrar el pan y la copa durante la comunión, Hipólito trabajó por esta fecha
en su innovador estudio del libro de Daniel que llegó a ser el sobreviviente de uno de los
comentarios de uno de los libros de la Bibla.
Por esta fecha la cuestión de la segunda venida era un tema
vivo, unos pocos capítulos antes de su predicción Hipólito habló de un necio líder
de una iglesia siria que había dejado a su congregación en el desierto esperando
la segunda venida. “Otro líder esta vez en Ponto (Norte de Asia Menor) ha
predicho que Cristo vendría en el plazo de un año, su congregación confió en el
ya que no confiaron en las escrituras por si mismas así que cuando el año
terminó sin la segunda venida estaban devastados. Muchos perdieron la esperanza
en las Escrituras y en la religión, las vírgenes se casaron, los hombres que
retiraros sus graneros y aquellos que vendieron sus poseciones eventualmente se
encontraron en la quiebra.
La espera del Milenio fue ganando una mala fama así que Hipólito
quiso humedecer la espera, primero trabajó en las fechas del nacimiento de
Cristo, cinco mil quinientos años después de que el mundo fue creado, luego
contó que el Milenio debía empezar seis mil años después de la creación del mundo,
de este modo el mundo debería acabarse después de siete mil años lo cual era un
punto de vista muy común en esa época. Claramente entonces Cristo debería
regresar quinientos años después de su nacimiento y cerca de tres siglos después
que el libro de Hipólito. De este modo poniendo la segunda venida de Cristo tan
lejos en el futro probablemente ayudaría a Hipólito a desactivar las esperanzas
de los cristianos que esperaban el Milenio pronto.
Otro intento de humedecer las expectaciones del Milenio fue
hecha por el gran pensador del siglo III Orígenes (c. 185-254) Orígenes tomó
placer en la alegoría y los simbolismos y no sintió necesidad de interpretar
Daniel ni Apocalipsis literalmente, dijo: “Sí, los mejores cristianos serán
principes y gobernadores, pero ellos también gobernarán sobre las almas de mas
baja condición y también les enseñarán acerca de cosas más profundas y sublimes
para que ellos puedan ser formados en piedras vivientes que puedan tomar su
lugar en la Jerusalen espiritual que estaba por venir.
Las alegorías de Orígenes se enfocaron en obras realizadas
por las almas fieles más que en un despliegue milenial cronológico, de esta
manera Orígenes podría constrastar la pagana sumisión al destino contra el
sentido del cristianismo que la decisión de algunos podía hacer la diferencia. Un
creciente número de pensadores cristianos vendrían a preferir este
acercamiento.
Cuando la gran persecución irrumpió sobre la iglesia en 303
dC hubo una especulación de que la gran tribulación podría haber llegado con el
emperador Diocleciano como la primera bestia de Apocalipsis 13 y el Cesar
Galerio como la segunda bestia.
Luego Constantino gana la batalla al emperador en el 312 dC
e inmediatamente pone un alto en la persecución, promete restaurar las
propiedades de la iglesia y se ofrece para actuar como su patrocinador y patrón.
Los cristianos sobrevivientes a la persecución estaban extáticos “El ángel del
poderoso concilio, el gran capitán, y el líder del ejército de Dios, de repente
apareció” escibió Eusebio de Cesarea (c. 260-340) haciendo referencia a
Constantino.
Con esas jubilosas circunstacias ¿Quién necesitaba esperar
por un Milenio en el futuro inmediato? Fue
entonces fácil concluir que el milenio había en efecto llegado y que la segunda
venida de Cristo podría ocurrir en cualquier momento después que el Milenio
fuera completado esto era un punto de vista post-milenialista.
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