Thursday, January 30, 2014

El adventismo americano: la gran decepción




“Cuando un granjero de Nueva York anunció la fecha del regreso de Jesús miles de americanos le creyeron”

“1843 Guillermo Miller predice el año de la segunda venida de Cristo” 
En años recientes, casi hemos llegado a esperar los bien publicitados reportes del cinturón bíblico de Texas y vanguardia en California de un auto proclamado profeta anunciando el fin del mundo. Este atrajo un gran número de seguidores que desencadenaron un nuevo pánico y finales que no terminarían bien. El caso más famoso en suelo americano, sin embargo, tuvo lugar en el noreste de los Estados Unidos justo antes de la Guerra Civil.
El profeta de perdición no era un fanático de ojos saltones. Era de mandíbula cuadrada, honesto, aisitente a la iglesia, granjero llamado Guillermo Miller. Un excapitán de la Guerra de 1812, Miller se convirtió del Deísmo en 1816 “entusiasmado”, comenzó a “buscar en las Escrituras” la verdad. Al cabo de dos años estaba totalmente convencido de haberlas entendido, especialmente Dn. 8:14 “hasta 2300 tardes y mañanas; luego el santuario será purificado”
La purificación del santuario, creía Miller, solo podía significar, el purgamiento de la tierra por el fuego, en breve, el fin del mundo. A través de la interpretación de estos días como años y comenzando desde la fecha de la profecía (puesta por James Usher en 475 aC) Miller concuyó que el fin del mundo en 2300 años sería en el otoño de 1843: “Yo fui traído de esta manera a la solemne conclusión de que en 25 años desde ahora todos los negocios de nuestro presente estado serán acabados”.
La frontera milenial.
Miller había crecido en Low Hampton, New York cerca de la frontera de Vermont, se casó en 1803 y se mudó a Poultney, Vermont donde se hizo agricultor, allí sirvió como alguacil y juez de paz. El área llena de granjas y granjeros, fue una de las principales rutas desde Nueva Inglaterra al medio oeste. Desde los pueblos establecidos del este miles de aventureros Yankees fueron corriéndose hacia las nuevas tierras más allá del horizonte.
El optimismo llenó la atmósfera, un himno de los años 1840 decía: “estamos viviendo, estamos habitando en un grande y terrible tiempo, en la era de las eras y contando, estar vivos es sublime”
Los sueños mileniales florecieron en toda la región. En Oneida, New York un extraño perfeccionista llamado John Humphrey Noyes fundó una comunidad bajo la suposición de que la segunda venida había tenido lugar en el 70 dC y que la llegada del reino giraba en la disposición de los creyentes a vivir las exigencias del amor cristiano en la comunidad.
Otro neoyorkino llamado Joseph Smith creía que Dios le había restituido el verdadero evangelio a él con anticipación a la segunda venida. Este gran evento decía él, sería precedido por intensas persecuciones y tribulaciones a sus seguidores “los últimos días de los santos”. Ninguno de los dos profetas, sin embargo, alcanzó muchas personas en tan poco tiempo como lo hizo Miller cuando hizo púbico sus cálculos de la segunda venida de Cristo.
La comercialización de Miller.
Al principio Miller fue reacio a revelar su secreto, pero en 1828 se sintió llamado desde su interior a decirle al mundo su descubrimiento. “Yo tataba de excusarme yo mismo” escribió mas tarde, “Yo le decía al Señor que no había sido llamdo para hablar… que yo era corto de palabras y lento en elocuencia”. Para 1831 encontró el coraje para compartir su descubrimiento con sus vecinos y amigos, cuando se le pidió discutir sus puntos de vista en una iglesia cercana, de repente descubrió que al menos en este tema era elocuente. Las invitaciones se multiplicaron y Miller comenzó a ganar un poco de notoriedad en la localidad. Aunque nunca había sido ordenado su estatus fue regularizado en 1833 con una licencia para predicar.
Entonces dos eventos se combinaron para darle a Miller el poder ganar mucha más audiencia, primero en 1838 publicó su “Evidencia de la Escritura y la Historia de la segunda venida de Cristo para el año 1843”, Segundo hizo una excursión a grandes ciudades de Nueva Inglaterra para una serie de conferencias. En Exeter, New Hampshire, conoció a Joshua V. Himes, pastor de la iglesia Bautista Chardon Street Chapel en Boston, Himes amaba las multitudes especialmente las reuniones campestres y percibió inmediatamente el poder del mensaje en la tranquila, y mediana edad de los granjeros, así que ansiosamente se unió a Miller como su administrador y agente de publicidad.
Himes equipó a Miller con un gran gráfico que mostraba los cálculos mileniales en forma de cuadro, compró la tienda más grande para sus reuniones en todo el país y editó dos revistas en Nueva York “Lloro de Medianoche” y en Boston “Señales de los tiempos”. Miller como persona fue transformado en en líder del movimiento Millerista. Himes y sus asociados reclutaron otros evangelistas y los enviaron en viajes de predicación y charlas, organizando campañas, tratados, libros y panlfetos publiciatios.
A medida que el temido año se acercaba, las predicaciones de Miller atrayeron grandes multitudes, en sies meses pronunció más de trescientas conferencias con el mismo tema: ¿Estás listo para conocer al Salvador? Multitudes de ciudadanos furiosos trataron de sabotear muchas de sus reuniones, Miller mismo en varias ocasiones fue acrbillado con huevos y vegetales descompuestos, pero el número de las mutlitudes creció y llegó a ser más de 50000 creyentes de Miller, y muchos más de otro millón se mostraba curioso y a la expectativa.
Fijando una fecha.
Con un entusiasmo creciente las personas comenzaron a exigir un día definitivo para la venida del Señor, Miller fue reacio a ser tan específico, pero en enero de 1843 anunció que ese año según el calendario hebreo de marzo de 1843 a marzo de 1844 tendría que ser el fin de los tiempos, pero declaró que si el estimado se mostraba ligeramente inexacto sus seguidores deberían tener fe en que su llegada vendría pronto en el tiempo apuntado por Dios.
A medida que el año avanzó las tensiones se aumentaron, especialmente cuando un cometa repentinamente apareció en los cielos. Hubo grandes reuniones en New York y Philadelphia, pero las fechas para la recolección del futuro eran anunciadas con la premisa “si los tiempos continúan”.
Miller estuvo enfermo por casi todo el 1843 y sus lugartenientes mucho menos cautelosos que el viejo soldado llevado a la batalla, a su radicalismo se sumó un extraño dolor profético. Los días que abrieron el 1844 encontraron a Miller, entonces de 62 años, descansando en casa de un agotador viaje de conferencias, 85 conferencias en ocho semanas. Pero el creía firmemente que el fin estaba cerca. Consciente de los burladores pensó que era tiempo para escribir a “los creyentes del Segundo adviento” unas pocas palabras de aliento:
“Hemos pasado lo que el mundo llama la última vuelta de 1843… ¿Sus corazones comienzan a perder el ánimo? O ¿Están esperando por su esperanza de bendición en la gloriosa aparición de Jesucristo? Déjenme decirles en el idioma del bendito libro de Dios: aunque tarde, espérenlo, de seguro vendrá, no tardará, nunca mi fe ha estado más fuerte que en este momento”
Luego vino marzo de 1841 y nada pasó. Después de un mes Miller confesó su error y reconoció su frustración, pero uno de sus seguidores apuntó a otros versos de la Biblia Habacuc 2:3, Levítico 25:9 y explicó que debía haber un tiempo de espera de siete meses y diez días. Asi que el 22 de octubre de 1844, sería el nuevo día del regreso de Cristo y las personas se manifestaron otra vez con el eslogan “Los diez días y los siete meses”. Miller se convirtió finalmente a la nueva fecha y dijo: “veo una Gloria en los siete meses… Gracias al Señor mi alma está casi en casa”. El entusiasmo se reavivó y el número de creyentes viviendo en la frontera de la eternidad pareció ser más grande que nunca.
Cuando la segunda fecha finalmente llegó y pasó así como la primera, muchos de los seguidores de Miller quedaron completamente desilusionados muchos se volvieron resentidos contra Miller quien murió en 1849 desacreditado y prácticamente en el olvido.
Después de la decepción.
A pesar la gran decepción, como vino a ser llamada, muchos adventistas se mantuvieron firmes, un pequeño grupo en Nueva Inglaterra estaba persuadido de que Miller estaba en lo correcto en relación al tiempo del purgamiento pero se había equivocado en el lugar. En octubre 22 de 1844 Cristo si purgó el santuario de acuerdo a la profecía de Daniel, pero el santuario era en los cielos y no en la tierra. La razón por la que Cristo no apareció en la tierra fue porque la iglesia no fue fiel en guardar el sábado. Este diminuto grupo guiado por James White y su esposa Ellen Gould White, se convirtieron en los Adventistas del séptimo día que conocemos hoy.

Otros adventistas se unieron en Albany en 1845 para formar la conferencia que luego se dividió en tres grupos, uno de estos es el conocido hoy como “Cristianos del Segundo Adviento”. Ellos creyeron que Miller estaba equivocado en el tiempo, pero esto era un asunto de poca importancia, él estaba correcto en lo esencial: Cristo viene pronto. Y en esta verdad muchos otros cristianos siguen de acuerdo.

Wednesday, January 29, 2014

El postmilenialismo Americano: Contemplando la Gloria.




“Hubo una vez cuando muchos cristianos americanos se mostraban optimistas con el fin”

1739 dC. Jonathan Edwards predica una serie de sermones más tarde publicadas con el nombre de “Una historia de la obra de redención”

Durante gran parte del siglo XIX los protestantes americanos creyeron que estaban viviendo en tiempos especiales, la corriente de eventos estaba acelerando la venida del reino de Dios en la tierra. Himnos como “El Himno de Batalla de la República” (http://www.youtube.com/watch?v=GI2dXQ3Eckg) “Mis Ojos han de ver la Gloria de la Venida de Cristo, El está hollando las cosechas donde están guardadas las uvas de la ira, El ha desatado el fatídico relámpago de su rápida espada, su verdad está marchando, (es una estrofa transliterada del himno al español).
Con el sostenimiento de esta optimista idea se hizo aparecer en la escena el postmilenialismo, la creencia de que la segunda venida de Cristo tendría lugar después del milenio de dicha, paz y prosperidad para la iglesia, que sería marcado por la ayuda divina y los esfuerzos de la iglesia.
Es una sorpresa para muchos que en el siglo XIX el postmilenialismo fuera la doctrina común recibida entre los cristianos protestantes de América, como un ministro dijo en 1859 “El postmilenialismo dominó la imprenta religiosa, el liderazgo en los seminarios y en la mayoría de los pastores protestantes y fue arraigado en la mente popular”

Ritmo de establecimiento de los puritanos

El postmilenialismo fue articulado visiblemente por primera vez en América, por un hombre que muchos consideran el gran teológo de la historia americana, el pastor congregacionalista de Nueva Inglaterra Jonathan Edwards (1703-1758).
Edwards fue un devoto estudiante de las Escrituras, incluyendo el libro de Apocalipsis. Además hospedó fervientes esperanzas de que Dios hiciera algo especial entre las personas de Nueva Inglaterra. Fue prudente cuando el avivamiento comenzó en su propia congregación en los 1730, pero cuando toda Nueva Inglaterra fue convulsionada por el avivamiento espirtual en los 1740 él no se pudo contener: “No es improbable que esta obra del Espíritu de Dios que es tan extraordinaria y maravillosa sea la madrugada, o al menos el preludio de esa gloriosa obra de Dios que a menudo se predice en las Escrituras… y hay muchas cosas que hacen probable que esta obra comenzará en America”
Después del avivamiento Edwards se volvió mas cauteloso y fechó el Milenio (un término que usó raramente) en algún tiempo alrededor del año 2000. El creía, junto a muchos otros, que esta fecha marcaría el comienzo del séptimo y último milenio de la historia del mundo. Mientas tanto mucho quedaba por hacer: la caída del reino de Satanás, a lo que él llamaba el papado y el imperio turco Otoman, la conversión de los judíos, y el esparcimiento de la verdad Cristiana, hasta lo más intrincado de la tierra.
Edwards visionó el milenio como el estado de la iglesia triunfante, un tiempo de descanso sabático y paz, él esperaba que este fuera un tiempo de gran avance en conocimiento donde tanto la instrucción divina como religiosa no estaría confinada a solo dos o tres naciones de Europa, sino que sería difundida en todo el mundo. El miró adelante a un tiempo de gran santidad, donde la maldad visible sería suprimida en todas partes y la verdadera santidad sería general aunque no universal y un tiempo de gran prosperidad. Consideró la época de Cosntantino como un tiempo de una mayor realidad por venir, por lo que él también esperaba que el milenio fuera un tiempo donde la verdadera religión sería tenida en gran estima y los santos gobernarían en todos los frentes.
¿Cómo todo esto llegaría a ser? Aquí estaba la mayor contribución de Edwards: “esta es una obra que será realizada por medio de la predicación del evangelio y el uso de la gracia y será traído gradualmente” a pesar de que Edwards también esperaba que el Espíritu de Dios fuera gloriosamente derramado para el maravilloso avivamiento y la propagación de la religión.
La combinación de la bendición extraordinaria del Espíritu y los medios ordinarios de gracia confiados a la iglesia lo convencieron de que: “Esta gran obra de Dios sería gradualmente forjada, aunque rápido, pero gradualmente”
Además él estaba firme en que esta visión postmilenialista era un incentivo necesario para sostener los mejores esfuerzos de la iglesia. En efecto el mantener vivas estas esperanzas en la iglesia tenía la tendencia de animar toda la santidad y religiosidad en sentido general entre el pueblo de Dios, esto debería ser sostenido con la mayor seriedad, alegría y fe entre los creyentes.
Después de la revolución americana, en los 1790 hubo una renovación del interés en la escatología bíblica. La serie de sermones de Jonathan Edwards de 1739 fueron publicadas póstumamente en 1774 con el nombre: Historia de la obra de Redención, fue reeditada en los 1790 y muchas veces más. A través del siglo XIX la obra de Edwards tuvo una enorme influencia en la cultura popular y entre los teológos, esto sentó las bases para la discusión.
Por ejemplo, Samuel Hopkins fue un discípulo de Edwards y pastor congregacionalista en New Port, Rhode Island, quien produjo su propio “Tratado sobre el Milenio” en 1793. Las ideas de Hopkins anticiparon las tendencias que florecerían en el siguiente siglo.
Primero él estaba obligado a un activismo social desconocido por Edwards. Desde que New Port se convirtió en el centro del triángulo comercial, que involucraba el intercambio de ron y de negros esclavos africanos, Hopkins lanzó una cruzada en contra de la trata abogando la completa emancipación, ministró a más negros que cualquier otro ministro de Nueva Inglaterra y predijo el juicio de Dios en la nación con tal que esta se negara a liberar los negros esclavos.
Segundo, Hopkins creía que a la larga la gran mayoría de los seres humanos serían salvos, con la excepción de uno entre mil. Aun cuando Hopkins especuló en las proporciones, el avivamiento surgió otra vez. Esta ola, el Segundo Gran Avivamiento en la primera mitad del siglo XIX, inflamó la marea de la anticipación milenial. Tan numeroso y regular fue el avivamiento que levantó la posibilidad de un avivamiento perpetuo religioso, un avivamiento sin la posibilidad de declinar.
Permaneciendo las leyes subyacentes que el renacimiento espiritual la gente podía usar, que en efecto Dios esperaba que ellos usaran, medios que podrían producir avivamientos a su voluntad. Sistemáticamente el milenio no vendría sin el trabajo de los santos. En ambos frentes los evangelicos enfatizaron que Dios trabajaría a través de esos medios.
Nadie articuló este tema mejor que el avivador Charles Finney (1792-1875), apasionadamente comprometido a promover el avivamiento después de su dramática conversión en 1821, sus iedas postmilenialistas inducieron al máximo esfuerzo evangélico tanto como al arrepentimiento y la creencia.
El no creía, por ejemplo, que el avivamiento era el resultado de milagros, sino, “el uso correcto de los medios”. Así él instituyó “nuevas medidas”, nuevas técnicas para instigar el avivamiento: el banco de la ansiedad, donde los pecadores serían puestos para exhortación, en las oraciones informales en público, y los prolongados servicios.
Sin pelos en la lengua Finney pretenciosamente acertaba que: “si la iglesia haría su labor, el milenio vendría  a este país en tres años”. Esto llevó en los años que precedieron la Guerra civil a una reforma social y religiosa sin precedentes en la historia: templanza, antiesclavitud, paz, derechos de la mujer, educación, y una dramática expansión en las misiones extrajneras.
Todo esto sería puesto en peligro, creía Finney si los cristianos sucumbían al premilenialismo. Así cuando William Miller comenzó a remover el entusiasmo acerca del inminente regreso de Cristo en los tempranos 1840 Finney consideró el movimiento como “salvaje e irracional” y confrontó al ferviente adventista cara a cara tratando de enderazarlo según el libro de Daniel.
Como sucedió después la crusada fallida de Miller aceleró la aceptación de la fe postmilenialista en América que iba creciendo en optimismo sobre el futuro. El pastor Lyman Beecher creyó que el milenio comenzaría en América.
Los editores de “El Independiente” se regocijaron en 1851 de que: “una gran característica de nuestros tiempos es que todo es un progreso”. El cristianismo y la cultura parecían marchar juntas adelante y hacia arriba hacia la gran consumación de la profecía.
El avivamiento de 1858 vivificó estas esperanzas a tal punto que Joseph Berg, alemán reformado pastor en Philadelphia pudo exclamar: “quien no ve que, con la terminación de la injusticia y la opresión… con el establecimiento de los derechos en cada código de leyes… con el arte y la ciencia santificada por la verdad de Dios, y la santidad del Señor, grabadas en las paredes de nuestros lugares altos, y toda la tierra bebiendo la lluvia de justicia… oh este es el reino del Señor Jesus”

Estallando el globo.

La Guerra Civil de los Estados Unidos fue el primer evento en estallar el globo del postmilenialismo para muchos creyentes, tanto en el norte como en el sur. Por las siguientes décadas la inmigración, la urbanización y la industrialización crearon nuevos, complejos y aparentemente intratables problemas para la nación, y para los postmilenialistas. El mundo simplemente no estaba poniéndose mejor, los últimos vestigios de postmilenialismo se unieron con el movimiento del evangelio social, el cual desechó las nociones de una trascendente segunda venida, pero aún así llamado como: conversión de la industria, el comercio, la política, la educación y los intereses sociales en el mundo de Cristo.

El siglo XX no ha sido muy amable con el postmilenialismo. Ha parecido cada vez más increíble debido a que los eventos se han tercamente rehusado a conformarse a las esperanzas sobre el futuro. Aun así un remanente continúa generalmente en los campos reformados o en sus reconstructivas teonomías variantes, aunque su postmilenialismo ha sido sostenido a pesar de la experiencia y no por causa de ella.

Thursday, January 23, 2014

El Monstruo de Munster




El monstruo de Munster.

“Lo que comenzó como un fervor profético terminó en una dictadura y derramamiento de sangre”
1530 dC.
El anabaptista Melchoir Hoffman comienza a predicar el inminente regreso de Cristo

Es el año 1530, las ideas protestantes se han desparramado como un tornado por todo el territorio europeo, el cual ha sido alterado por casi mil años. En tal fervor se encuentra el pueblo de Estrausburgo (ahora Francia) el cual está agarrado por los mismos temores arrasando a través de Alemania y los Paises Bajos. El ecenario esta listo pra una revolución. Melchoir Hoffman, un peletero, se sube a un púlpito para predicar otro de sus fieros mensajes apocalípticos. La nueva revelación está por ser desatada.
Al comienzo del mismo año, el popular predicador había espontáneamente comenzado a rebautizar personas adultas. Sus pensamientos independientes habían ido mucho más allá que las visiones de Martín Lutero, pero habían rápidamente reclutado un gran número de seguidores en los paises bajos. Aun cuando los historiadores encontraban dificultades señalando los orígenes de los Anabaptistas debido al simultáneo surgimiento de los mismos en diferentes lugares al mismo tiempo, muchos están de acuerdo en que las predicaciones de Melchoir Hoffman son el factor más significante del surgimiento de un ala radical de la reforma. Su énfasis en el reinado milenial de Cristo en la tierra se había apoderado de la imaginación del movimiento Anabaptista.
Los luteranos, los calvinistas y los anglicanos, rechazaron el milenialismo como  especulaciones “ignorantes” y “maliciosas”. Los treinta y nueve artículos de la confesión de Ausburgo y la confesión de Westminster evadieron cualquier noción de un reino milenial de Cristo literal. Sin embargo ese no fue el caso de Estrausburgo, donde la imaginación de Hoffman había sido cautivada por Apocalipsis 20 y la espera de un literal e inminente regreso físico del Reino de Dios.
Con todo el fervor y furia de un avivador y fronterizo predicador, Hoffman proclamaba sus inspiradas imágenes y visiones. La congregación ya sabía que una era estaba terminando, él los había convencido, el fin estaba a la vuelta de la esquina. El carácter carismático de Hoffman se convirtió en una fuerza indomable. El ápice de sus reclamaciones innovativas eran que Dios había escogido Estrausburgo como la “Nueva Jerusalén”.
Después de tres años de mensajes apocalípticos predicados semanalmente desde la iglesia de Hoffman, las autoridades locales tuvieron demasiado. Percibiendo en Hoffman una amenaza social, aun cuando Hoffman nunca abogó por la violencia para establecer el nuevo orden, metieron a Hoffman tras las rejas. La cárcel del pueblo pudo aguantar al hombre, pero no a sus ideas, sus seguidores de expandieron por donde quiera.
El Nuevo Apocalipsis pronto hizo eco en las calles de Haarlem, Alemania y fue bienvenido en una dulcería de un hombre llamado Jan Matthys, Matthys quien era mediocre en su entrenamiento, pero Lutero creía que solo con la consciencia y las ideas uno podía ser tan bueno como cualquiera. Natthys habiendo digerido los sermones de Hoffman, el ducero se creyó supremamente calificado para predicar. Percibiéndose a sí mismo especialmente dotado con el Espíritu Santo, él era ahora el heredero de todas las promesas de Melchoir Hoffman.
Matthys proclamó que él no era otro sino Enoc, el segundo testigo del libro de Apocalipsis, con una fluyente barba negra, alto y de figura demacrada era ahora el portador de la autoridad profética. Los que dudaban eran confrontados con amenazas e intimidación, aquellos que flaqueaban en abrazar el Segundo Enoc serían arrojados al infierno con Satanás y sus ángeles. El dulcero sabía como encender el fuego.
La banda de seguidores de Matthys desplegaron en parejas por todos los paises bajos, así como Cristo envió a sus discípulos. Dos de ellos Jan van Leyden y Gerard Boekbinder, fueron a Munster, Alemania, allí descubrieron el predicador líder de la ciudad, Bernhard Rothman, predicando ideas similares a las de los Anabaptistas como la del rebautizo a grandes multitudes.
Escuchando este reporte Matthys abruptamente tuvo una nueva visión. Los sueños escatológicos de Hoffman para Estrausburgo no estaban bastante en el blanco. Munster sería el sitio verdadero para la “Nueva Jerusalén” y no Estrausburgo. El dulcero y su cría emigraron al sur para sellar un trágico destino.
Alrededor de febrero de 1534 la influecia de los recién llegados Anabaptistas se filtró por el pueblo. El líder del gremio Bernard Knipperdolling se unió a Jan van Leyden a predicar por las calles gritándole a los ciudadanos que se arrepintieran. Las olas de histeria continuaron: la gente caía en las calles, algunos echaban espumas por la boca. Reclamaciones de un sensacional “fin del mundo” se apoderaron de la población.
El mensaje de los secuaces de Matthys era claro: mientras la destrucción descendía en el resto del mundo, los Anabaptistas sobrevivirían detrás de las murallas de Munster, “la ciudad refugio”.
Las migraciones comenzaron inmediatamente, en ambas direcciones, la población luterana de Munster comenzó a huir, el control de la ciudad cambió a manos de los visionarios que habían venido de Haarlem.
Matthys montó un púlpito imporvisado cerca de una pescadería para proclamar la nueva instalación inspirada de el Nuevo Apocalipsis: Para que Munster estuviera preparada para su papel divino en la historia debería ser purificado a fondo, si el reino de Cristo estaba por comenzar la corrupción espiritual de los católicos romanos y los luteranos y todos aquellos que no aceptaran la doctrina Anabaptista debía ser purgado de la ciudad. Los disidentes debían ser ejecutados.
Knippoerdolling se opuso a la violencia en las tierras ya que el derramamiento de sangre motivaría la ira y la intervención de grupos extranjeros. Aunque sus advertencias fueron probadas genuinamente proféticas, él propuso que la oposición fuera solo expulsada. Matthys de mala gana estuvo de acuerdo con la avderntecia de que cualquier impío que quedara en Munster debería ser rebautizado. Como la violencia comenzó a apoderarse de la ciudad, los bautismos continuaron sin parar por los próximos tres dias.

El comienzo de la batalla final.

Mientras tanto, Franz van Waldeck, el Obispo católico – romano en la ciudad de Munster, preparó una empalizada en las afueras de la ciudad y comenzó el cerco de la misma.
Aunque los Anabaptistas fueron confundidos por el ataque, nada menos que lo que previamente había advertido Knipperdolling sucedió, los ciudadanos del pueblo no podían prevalecer por lo que Knipperdolling comenzó a preparar a los ciudadanos para que se defendieran por sus propios medios.
Matthys aprovechó la oportunidad para consolidar su poder. Insistiendo que él tenía un mandato divino, incautó los bienes de los que se habían recientemente exiliado, muebles, ropas, comida y efectos personales fueron consolidados y distribuidos entre los fieles Anabaptistas por siete diáconos. Seguidamente Matthys junto a los predicadores del pueblo demandaron que todas las propiedades fueran tenidas en común decían: “es absolutamente la voluntad de Dios, que traigamos dinero, plata y oro juntos” Rothman predicaba: “Una persona debe tener lo mismo que la otra” La Nueva Jerusalén requería un comunismo institucionalizado.
La oposición fue significanta particularmente entre aquellos recientemente rebautizados, pero los reacios se reunieron rápidamente y se encerraron dentro de la iglesia negándose a entregar su dinero al precio de morir. Horas más tarde Matthys y sus hombres armados explicaron que la sumisión era el único modo readmitirles en la comunidad. Los cautivos no tenían otra alternativa más realista que conformarse.
Matthys también acusó a un herrero de estar poseído por el diablo y lo arrojó a la cárcel del pueblo, convocando a la ciudadanía, el predicador públicamente denunció al herrero de profanar un pueblo puro y lo sentenció a muerte. El herrero fue puesto parado frente a una pared del pueblo. Matthys mismo le disparó en el estómago antes de exortar a la mutlitud reunida. Un himno fue cantado y cada uno fue a casa a meditar en cualquier posible error que hubieran podido cometer.
Matthys ahora tenía la ciudad en su poder, controlando incluso el flujo de información. Todos los libros excepto las Escrituras fueron quemados en la plaza de la catedral. Entonces Matthys ordenó a una divina directiva para asaltar al Obispo en las afueras de la ciudad. El les aseguró a sus seguidores que Dios les había dotado con un poder especial de tal magnitud que ellos podían uncluso agarrar las balas de los cañones en los bolsillos de sus mantos. El dulcero y sus muchachos marcharon fuera para ejecutar al Obispo como hizo con el herrero.
En el domingo de resurrección de 1534 Matthys descendió sobre el Obispo Waldeck como uno de los cuatro jinetes del Apocalipsis, pero el viaje fue corto, las tropas armadas del Obispo vinieron en su defensa, Matthys fue apuñaleado con una estaca y luego decapitado. Su cabeza fue izada en un mástil para que los ciudadanos alrededor de las murallas de la ciudad la vieran.
Obbe Phillips, un seguidor de Hoffman, quien se negó a la violencia de Matthys escribió acerca de Matthys: “Era tan violento que incluso sus enemigos…estaban aterrorizados por él y luego en el tumulto se hicieron tan poderosos contra él a tal punto que la indignación que no solamente lo mataron, sino, que lo cortaron y lo picaron en pedazos”
Los fieles que quedaron no se dejaron intimidar, Jan van Leyden recogió en manto ungiéndose así mismo rey y comenzó su reino mesiánico corriendo desnudo por todo Munster en un salvaje exstasis religioso. Nombró doce hombres a cargo de los negocios de la ciudad, instigando un reino de terror y violentas innovaciones como la poligamia. El mismo se hizo la indulgencia varias veces mientras sojuzgaba a todos los ciuidadanos a la austeridad. El nuevo reino milenial iba a ser de corta duración.

El peso de la historia.

El 25 de mayo de 1535 el ejército del Obispo irrumpió en Munster y rápidamente capture la ciudad, la mantanza duró dos días. Cuando los cuerpos fueron apilados en la plaza de la catedral, el hedor fue abrumador. Bernard Rothman probablemente murió en el asalto y van Leyden y Knipperdolling fueron capturados, torturados y ejectuados, las esperanzas de la Nueva Jerusalén terminaron en un desastre. El pesimismo luterano y calvinista de establecer el reino de Dios con intentos humanos fue reforzado. Todavía hoy se mantiene la sospecha de todo tipo de ambos premilenialismo y postmilenialismo. Los eventos de Munster fueron simplemente muy mostruosos.



Wednesday, January 22, 2014

Salvación ahora y para siempre: Reforma amilenialista



Salvación ahora, Salvación por siempre.

“Lutero y Calvino retaron a la iglesia católica en varias enseñanzas cruciales, pero no en la doctrina de las últimas cosas.”

Aunque movimientos radicales apocalípticos surgieron a finales de la edad media. Eran raras excepciones. Desde Agustín muchos teológos creyeron que el milenio de Apocalipsis 20 se refería a una era presente de la iglesia. El punto focal de la escatología no era la consumación de la historia, sino, el estado futuro de los seres humanos ante Dios.
Comenzando con las 95 tesis de Martín Lutero, el mayor reto reformador en muchas de las doctrinas de la iglesia, pero en cuanto a la escatología estos parecían muy satisfechos con las enseñanzas y énfasis tradcicionales.

Futuro oculto.

Martín Lutero enseñó que donde hay perdón de pecados hay también salvación y vida. Asi la salvación individual es una presente realidad. Sin embargo los cristianos continuarían luchando con la contradicción: “No esperamos por el perdón de pecados y toda gracia, aunque no la recibamos hasta la otra vida, más bien estas están ahora presentes para nosotros en fe, aun cuando estén ocultas para nosotros y sean reveladas solo en la otra vida”. Ser cristiano incluye vivir fuera de las tensiones entre el ahora y el todavía.
En la vida por venir, no tendremos más necesidad de fe, escribió Lutero,  por lo tanto no veremos oscuramente por espejo (como ahora vemos) sino que veremos cara a cara. Para Lutero esta esperanza es un componente fundamental e indispensable de la vida cristiana.
Lutero aplicó su escatología individual también a la iglesia. Como la iglesia medieval en su tiempo, Lutero rechazó un reino milenial e interpretó Apocalipsis 20 como una descripción de la iglesia histórica en vez del fin de la historia. En la era presente la iglesia debería continuar soportando la hostilidad tanto del mundo como de Satanás hasta que el señorío de Cristo sea hecho claro al final.
Sin embargo, Lutero se apartó de aspectos amilenialistas medievales. Mientras los teológos católicos enfatizaron la Gloria de la iglesia histórica, Lutero no lo hizo “No es posible que haya mayor falsedad, error atroz, terrible ceguera y más obstinada blasfemia que la que ha regido la iglesia”.
De hecho Lutero creyó que el anticristo había surgido dentre y a través de las oficinas del papado: ”el papa es el anticristo real quien ha surgido y auto nombrado en contra de Cristo, ya que el papa no permitirá que los cristianos sean salvos al no ser por su propio poder… esto es actualmente lo que San Pablo llama exaltándose uno mismo sobre y en contra de Dios.”
Consecuentemente, como hay un lado oculto para la salvación individual, hay también un lado oculto para la iglesia, un lado que será revelado al final de los tiempos. De hecho, la corrupción de la iglesia y la presencia del anticristo dentro de la misma, animaron a Lutero. El creyó que estas cosas señalaban la cercanía del fin: “La pompa del papado está cayendo y el mundo se está agrietando por todos lados casi como si se fuera a romper y fuera a caer completamente”
A deferencia de aquellos que la edad mecieval que tendían a temer la venida del Señor como un día de ira, Lutero lo deseaba “el más feliz último día” en el cual las gloriosas intensiones de Dios para ambos los seres humanos y toda la creación se darán cuenta: de que Dios ha reservdo hasta el último día la aparición de su grandeza y majestad, su Gloria y efulgencia.”
Para Lutero, tanto las personas como la iglesia serían transformadas de su condición de tristeza y miseria hacia la forma final de Dios. Pero para la precisa naturaleza de esta renovada existencia, Lutero dijo: “no sabemos nada acerca de la vida eterna asi como un niño en el vientre de la madre no sabe del mundo exterior al cual está por entrar”

No limetes a Cristo.

Como Lutero, Juan Calvino rechazó la posición de los milenialistas: “su ficción es muy infantil tanto para necesitar o para ser digna de refuter. Y el Apocalipsis del cual ellos indudablemente dibujan pretextos para sus errores no los puede apoyar” para el numero “mil” en Ap. 20:4 no aplica la eternal bienaventuranza de la iglesia, sino solo para los varios disturbios que afronta la iglesia cuando labora en la tierra”
Calvino creía que la idea del milenio imponía un límite en el reino de Cristo. “Aquellos que asignan a los hijos de Dios mil años en los cuales disfrutar la herencia de la vida por venir, no se dan cuenta cuanta censura están arrojando sobre Cristo y su reino, por que si ellos no lo ponen en la inmoralidad, entonces Cristo mismo a quienes por su Gloria serán transformados no serán recibidos hacia la Gloria eternal”
En la mayor parte, la escatología de Calvino también se enfocaba en el futuro de las personas. Por ejemplo en su Institución de la religion Cristiana él discute la “resurrección final” en el contexto de una más grande sección en como las personas reciven la gracia de Cristo. El hizo esto, él dijo: “que mis lectores puedan aprender cuando ellos han recivido a Cristo, el autor de la perfecta salvación, para levantarse más alto, y puedan saber que El está vestido en los cielos en inmortalidad y gloria para que todo el cuerpo pueda ser conformado a la imagen de la cabeza. Asi todos los que han recibido a Cristo en la era presente compartirán compartirán en Su vida en la era por venir”
Calvino admitió: “es difícil creer que los cuerpos, cuando son consumidos con pudredumbre serán al final resusitados en su tiempo”. Pero Calvino apuntaba a sus lectores a las escrituras las cuales él argumentaba proveen dos ayudas. En ellas podemos ver el ejemplo de Cristo, “quien completó el curso de la vida mortal, habiendo obtenido inmortalidad, El es el la garantía de nuestra resurrección por venir” y al poder de Dios, “nadie es completamente persuadido de la resurrección venidera a menos que el o ella sea capturado con la maravilla y atribución del poder de Dios y su Gloria”

Escatología práctica.

Para Calvino la escatología tenia una significación práctica. En efecto él consideraba la meditación en la vida futura como un elemento esencial de la vida Cristiana. En medio de todas las dificultades de la vida, Calvino recordaba a sus lectores, “no debemos mirar a este fin: ni acostumbrarnos a nosotros mismos a despreciar la presente vida y a estar despiertos de este modo a meditar en la vida futura”.
El esta vida, Dios permitea su pueblo estar “preocupado y plagado ya sea con Guerra o tumultos o ladrones u otras dolencias” y pone delante de ellas “cuan intestable y fugaz son todas las bondades que están sujetas a la inmortalidad.” Solo entonces, argumenta Calvino, estaremos preparados para contemplar completamente la vida en la era que está por venir. Tal conteplación nos transforma y ayuda al pueblo de Dios a vivir acorde a las enseñanzas de Cristo, como estranjeros y peregrinos en la tierra, que buscan el gozo y la paz en el reino venidero. Sucesivamente la contemplación del reino provee confort en medio de las pruebas, las cuales deben permanecer por la causa del evangelio.

Sobre la naturaleza exacta de la vida futura, Calvino, como Lutero, ejercitaron precaución y restricción tratando de no excederse de los principios de las Escrituras: “Aunque muy acertadamente oímos que el Reino de Dios será lleno de esplendor, gozo, felicidad y Gloria, aun cuando estas cosas son dichas, todavía están absolutamente remotas de nuestra percepción y, por así decirlo, envueltas en oscuridad, hasta que ese día llegue cuando El nos revele su Gloria y podamos nosotros verle cara a cara”.

Tuesday, January 21, 2014

En busca del último emperador





El Apocalipsis Medival: Buscando “el último emperador”

“La tardía edad media no fue tranquila para la harmonía religiosa, sino que fue el semillero de disidencia y especulaciones extremas”

Debido a que “despues de Cristo” (dC) en las fechas (estableciendo el calendario annual desde el nacimiento de Cristo) era relativamente nuevo para el 1000 dC los historiadores dudaban que el año tuviera mucha significación apocalíptica para los hombres y las mujeres de la época medieval.  Un monje borgoñón llamado Raoul Glaber habló unos pocos años después acerca de numerosas señales y prodigios que habían ocurrido antes, después y alrededor del año 1000 dC, y mas acerca del 1033 dC, (el milenio de la muerte y la resurrección de Cristo). Pero esta era la única evidencia para la fiebre del primer milenio. Sin embargo, la llegada del primer milenio estaba tranquila, o, el cristianismo medieval estaba poco interesado en las especulaciones del fin de los tiempos. Todo lo contrario.
Rendición en el Gólgota.
Alrededor de 950 dC, un monje llamado Adso escribió el tratado más completo acerca del antricristo para esa época. Este debería venir de la tribu judia de Dan, argumentó, y debería levantarse desde el este.
Antes que el pudiera venir, no obstante, debería reinar un rey franco. Este rey triunfaría sobre todos los enemigos de la cristiandad y reinaría de un modo pacífico en un mundo Cristiano. Iría incluso al Gólgota y rendiría su corona y esta sería la señal  de la venida del anticristo.
La noción de Adso acerca de “El último emperador” se expandió y pronto llegó a ser el ideal del poder temporal la canción de Roland escrita en 1095 representó a Carlomagno como un rey mesiánico que triunfó sobre todos los musulmanes y paganos. Cuenta Emich de Leisingen, un lider de la primera cruzada como fueron masacrados judíos que rehúsaron convertirse porque Carlomagno estaba convencido que Dios le había convocado ser el último emperador. Al mismo tiempo, las tensiones entre los dirigentes nacionales y eclesiásticos estaban depilándose y los reyes y emperadores usaron el mesianismo de Adso para su defensa.
La corrupción de la iglesia (codicia, licensia sexual, y abuso de poder) y la incapacidad de los líderes eclesiásticos para reformar la iglesia fomentaron el apocalipticismo.
Como resultado, personas como el aleman Hildergardo de Bingen (1098-1179) predijeron que los príncepes laicos tomarían a la fuerza las tierras y las riquezas que los ricos y los clérigos habían amontonado, y la cristiandad entraría en una era de paz y prosperidad milenial. Sin embargo el desarme atraería a los paganos a atacar las naciones cristianas, pero eventualmente estas ganarían. Al final el imperio romano perdería casi toda su autoridad y el papa solo regiría en Roma.
Babilonia Cristiana.
Uno de los más conocidos proponentes de la reforma de la iglesia fue Abbot Joaquin de Fiore (1135-1202). Joaquin construyó dos esquemas para el entendimiento del pasado y del futuro. Uno dividía la historia en dos tiempos el de los judíos y el de los gentiles, terminando después del 1200 dC. El otro esquema dividía la historia en en tres estados haciendo un paralelismo con la Trinidad y last res órdenes el laicado, el clero y los monjes. Joaquin comparó la cristiandad con Babilonia porque todos querían dinero, poder, y fama mundana. Poco después de 1200 dC el especuló dos fuerzas anticristianas, posiblemente los musulmanes y los herejes atacarían, derrotarían y severamente perseguirían a los cristianos. Como resultado un papado y unas órdenes monásticas reformadas surgirían y podrían crear un mundo mas santo en el cual las personas podrían alcanzar un más impresionante entendimiento del significado oculto de las escrituras. Por un período indeterminado los cristianos dominarían el mundo en paz.
La rivalidad entre los papas y los emperadores terminó en los 1240 cuando el papa Inocente IV libró una guerra total, una guerra de espadas y palabras contra el emperador Federico II.
El anticristo mesiánico.
Los que apoyaban a Federico II lo aclamaron como un mesías, maravilla del mundo, pero Inocente y sus seguidores verían a Federico como un anticristo, incluso cuando el sacro imperio romano cayó en 1250, al menos un partido apoyador de Inocente se negó a creer que el emperador no había realizado todo el mal que se esperaba de él como anticristo. Este conflicto revolvió el pozo de los textos apocalípticos hacia los 1300 dC.
Además la reforma de la iglesia continuó mostrándose escurridiza. Incluso los mendigos (las órdenes franciscanas y diminicianas que habían sido fundadas como movimientos reformadores) fueron descubiertos acumulando riquezas. Bonifacio VIII (c. 1234-1303) fue un abogado canónico que combinó un furioso nepotismo con la extramas reclamaciones del poder papal. El papa francés Clemente V (1264-1314) movió la curia a Avignon, lo que molestó a todo el mundo excepto a los franceses quienes dominaron el papado por los próximos setenta años.
Una avalancha de textos interpretaron estos y otros eventos desde el punto de vista apocalíptico. El monje benedictino Henry de Kirkstede, un bibliotecario que colectaba textos proféticos de Hildergard, Joaquin y otros, estaba perplejo. Las autoridades dieron significados radicalmente diferentes a los mismos eventos. La plaga bubónica que barrió Europa entre 1347 y 1350 matando quizás el 40% de la población.
El gran cisma en 1378 dividió la iglesia entre papas en Avignon y Roma, todos estos eventos fecundaron en la mente de Henry si esto presagiaba la venida del anticristo y el final de la historia o el principio de la verdadera reforma de la iglesia.
En cualquier caso el entusiasmo escatológico hirvió, derramándose sobre la gran literatura de la época. Virgilio dijo a Dante en el primer canto de “La Divina Comedia” que nadie podia ascender a la colina mas allá de la bestia hasta que el sabueso viniera y se comiera la sabiduría, la virtud, el amor sin tierra y sin dinero”. William Langland, el autor de “El Labrador de Muelles” previó el nuevo David quien reinaría en total paz, honestidad y justicia. Todas las armas serían destruídas a la fuerza y los no cristianos temerían ante las buenas obras de los cristianos.
Escasamente un rey ascendería al trono sin que alguien le llamara mesías. Si un ingles, pudiera agarrar la espada de Excalibur y ser el nuevo Arturo, los reyes franceses serían carlomagnos, y los alemanes todos federicos.
Pero aunque los reyes de Inglaterra y Francia tomaron el control de la iglesia ellos no la refomaron como se esperaba.  La decepción llevó a una visión apocalíptica en contra de los gobernantes. Jean de Roquetaillade un franciscano a favor de los franceses escribió desde la prisión que el verdadero milenio debería comenzar alrededor de 1370, cuando la justicia popular volcaría el orden social corrupto. El itinerante clérico inglés John Ball predicó la equidad edénica y profetizó que Dios estaba listo para derrocar la desigualdad y la propiedad privada.  Los campesinos que se unieron a Ball en la revuelta de los campesinos en 1381 lo hicieron respondiendo a tales sueños milieniales.
En la otra esquina de Europa la quema del reformador checo Jan Hus guió a una amplia rebelión apocalíptica. Los husitas mas radicales llamados taboritas se apoderaron de una montaña y trataron de iniciar una revolución en la que ambos los sectores privados y los rangos mundanos fueran abolidos. Los husitas moderados eventualmente reprimieron los radicales, pero similares rebeliones aparecieron en Alemania en 1525 y milenialistas radicales tomaron Munster en los 1530.
700 años de fiebre milenial
La espera del último emperador de Adso continuó hasta la era de la reforma. En 1494 el rey francés Carlos VIII guió un ejército hasta Italia para asumir las relcamaciones francesas al sur, su aparición en Florencia destruyó las ilusiones apocalípticas de los ciudadanos de que ellos estaban unidos por el poder de los reinos del norte.
El fraire Dominico Girolamo Savonarola parado en una luz concentrada predicó un poderoso mensaje en contra de la lujuria y la riqueza y predijo que el ejército francés era solo un preludio de la venida de un santo y puro mundo milenial. Carlos VIII solo podía ser el verdadero último emperador del mundo. Cuando Carlos VIII fue derrotado Savonarola fue quemado enla estaca.
Con la apertura en los 1500 de la expansión del Renacimiento el apocalipticismo se mantenía en continuo movimiento. Los profesores de universidades ansiosamente colectaban nuevas profecías y comentaban nuevas cosas en las viejas profecías. Los feligreses soñaban con la largamente esperada reforma clerical. Los hombres del pueblo y los campesinos veían justicia social a través de los movimientos mileniales.

Solo en el siglo XVII y XVIII con el surgimiento del Alumbramiento las autoridades de la iglesia y los protestantes pudieron poner en Segundo plano las ideas y el entusiasmo apocalíptico que había caracterizado el crsitanismo europeo por siete siglos.

Wednesday, January 15, 2014

Una perspectiva historica de la musica cristiana

 
 
 
Una perspectiva de la música a través de la historia dentro de la iglesia.
 
Extraído del libro en inglés Jubilate II Church Music in worship and renewal de Donald P. Hustad
 
Al comienzo de la tradición cristiana parecía que los idiomas de la música en las Iglesias variados en forma de cantos (siríaco, copto, gregoriano, mozarabico, etc.) eran únicamente sagrados. Aun cuando estos habían sido desarrollados por fuentes de gente secular, eran usados solo en la adoración. Al comienzo del siglo X dC comenzaron a surgir las composiciones polifónicas (cantadas por varias voces) y los primeros compositores identificados en esta época fueron Leonin (Siglo XII) y Perotin (Siglo XII y XIII). Desde el principio de la historia de la iglesia hasta la reforma, toda la música sagrada estaba controlada por la iglesia y se esperaba que esta apoyara y mejorara la adoracion en la iglesia. Desde nuestro punto de vista hoy sería presuntuoso tratar de evaluar la calidad de la adoración de un individuo ya sea un siervo, persona de negocios, o alguien de la nobleza mientras escucha las misas medievales de Perotin u Okeghem o los motetes de Josquin de Prez o Guillaume Dufay. Nosotros sabemos que muchos de los servicios de adoración fueron conducidos en idioma que pocos entendían, con poca o ninguna participación verbal por la congregación. Tendemos a presumir que la música era parte de la experiencia de misterio de los servicios de adoración medieval. Sin dudas los músicos, los clérigos y la nobleza lo entendían muy bien, pero los no lustrados, la gente común habría experimantado más significado de asociación que lo que podemos imaginar. Es cierto que los estilos de música religiosa aparecieron con el paso del tiempo, estos podían ser una parte constante de la vida medieval, pero eran usados en su mayoría en situaciones extra-litúrgicas, como proseciones religiosas, en las casas o la vida dentro de las villas. Es seguro afirmar que en este período pre-humanista eran más para glorificar a Dios que para edificar la humanidad de los individuos. Por otra parte toda la música oficial de la iglesia, era música artística aun cuando en este período antes que los artistas estuviaran elitistamente autoconscientes los músicos eran considerados unos buenos artesanos más que gente de la alta clase.
Bajo el liderazgo de Martín Lutero, Juan Calvino y Tomás Crammer en el siglo XVI, con la reforma protestante que engendró las tradiciones luteranas, calvinistas y anglicanas, una nueva y mas simple música en la iglesia se comenzó a desarrollar basada en el compromiso de la participación congregacional. Si el a-musical o amateur laicado iban a participar en los himnos y la liturgia el material debía ser suficientemente simple para que ellos lo pudieran interpretar. Para Lutero el arte musical de la liturgia compartía algo del carácter sacramental de la Palabra predicada. Por lo tanto los compositores luteranos hasta el tiempo de J. S. Bach disfrutaron una continua tradición de música artística, soli Deo Gloria (solo para la Gloria de Dios). Juan Calvino no tenia ese tipo de optimismo acerca del significado de la música sagrada de órganos y coros en la experiencia humana, por lo que inicialmente esta fue completamente eliminada de la adoración calvinista.
En el siglo XVII el crecimiento de la consciencia evangélica dictaminó que toda la música de la iglesia debería ser compartida por adoradores especiales, esta debería ser un “sacrificio de alabanza” y la gente debería entrar en el significado de ambas, la melodía y la letra, aun cuando la música fuera interpretada por especialistas musicales. En efecto la música debería ser evaluada por que tanto esta ministraba a la congregación. Los pietistas alemanes se opusieron a todo tipo de forma de música artística en las Iglesias y solo usaban canciones congregacionales, por esto vivieron en constantes tensiones con los tradicionalistas incluyendo J. S. Bach. Los puritanos en Inglaterra (incluyendo los rebeldes anglicanos y los separatistas) en rección contra lo que ellos juzgaban un realismo impotente del estado de la iglesia abolieron los coros, y destruyeron en numerosos casos invaluables órganos de Iglesias y partituras de música de iglesia, su música consistía de salmos cantados sin acompañamiento de instrument y cantados por la congregación. Los primeros bautistas en Inglaterra no tuvieron ningún tipo de música, cuando esta apareció mas adelante estuvo al principio limitada a cantos congragacionales del salterio.
Parecía obvio que comenzando con la reforma la iglesia comenzaba a alejarse de la música de arte. Serios compositores fueron moviendo su lealtad de la iglesia. Desde el tiempo del renacimiento comenzó a dársele atención a la música secular y ya para el siglo XIX y XX ya este era su interés central. Por los 1850 las mas grandes Iglesias protestantes en Europa y America había retornado al uso de los coros, la literatura tradicional de esos días ampliamente escrita por dotados artesanos musicales, tendía a imitar las formas de los maestros, pero fue poco desarrollada como una habilidad artística, poco desafiante a la imaginación y más amplio en su apariencia. A través del siglo XIX muchos grupos evangélicos inspirados por los avivamientos masivos usaron coros para introducir las nuevas formas congregacionales polupares y también para cantar himnos expandidos que eran llamadas múcia coral por ejemplo “Awakening Choir” por C. H. Gabriel o “Hallelujah for the Cross” con música de McGranaham. Mas alla de esto, el reavivamiento había marcado influencia en todas las Iglesias ya sea que estas participaran o no en los servicios de reavivamiento. Sin duda un popular acercamiento a la música había tenido lugar en la típica iglesia, grandemente debido a las crecientes mareas de humanismo, de democracia y de “religión del corazón”. La música de la iglesia se esperaba que ahora funcional en el sentido de que todo el  mundo podia compartirla. Consecuentemente esto tendió a mover el nivel de los adoradores que raramente frecuentaban los salones de concierto.
Para asegurarse de que la diversion musical no faltaba en la vida cotidiana del siglo XIX. Comenzando con la revolución industrial, la música popular estaba disponible ahora para las personas ordinarias en los salones de música. Para los miembros de las Iglesias avivadoras que huían de tal entretenimiento mundano, había conciertos de la nueva música evangélica ofrecida por individuos como: Philip Philip a quien le llamaba “el peregrine cantante” este fue otro recordamiento que la música para el pueblo común el cual en días anteriores estaba anónimo, el admirable resultado de un arte folklórico cultural, ahora estaba diseminado y anunciado. Como siempre pasa la atracción por la recompensa financiera motivó la producción de un flujo de materiales menos dignos (tanto seculares como sagrados) para suplir la demanda pública de entretenimiento.
El siglo XX trajo promesas de un despertar en el arte en la iglesia lo que muchos aclamaron como nueva y mejor reforma que la reforma del siglo XVI. Con el surgimiento de la Educación musical en todas las Iglesias protestantes, el movimiento litúrgico y al  menos un modesto renacer de un interes serio en la música de la iglesia compuesta en Inglaterra, Alemania y America. Parecía que seríamos testigos del mayo avivamiento de música artísticamente digna en las Iglesias, posiblemente desde los días de Bach. Ciertamente la segunda mitad del siglo XX atestiguó el mayor grande número de músicos profesionales en las Iglesias en la historia de America y probalbemente el mayor porcentaje de entradas invertidas en la música de la iglesia.
Sin embargo, la visión optimista de un milenio en el arte de la iglesia, comenzó a desvanecerse rapidamente en los últimos dias del siglo XX. Actualmente la alta clase de arte más grande del mundo en el siglo XX, nunca ha estado interesada en servir a la iglesia, aun si esta tuviera los recursos para hacerlo. Ahora la alta clase de arte está más interesada en alcanzar sus propias metas neo-romanticistas de individualismo, las que han producido diversos estilos que son comunmente agrupados juntos bajo el término de “arte moderno” el cual muchas personas insisten que no es arte. En muchas maneras el alto arte moderno simplemente deroga el estandar que lo distinguió como arte popular, como Kenneth Mayer había dicho: “La alta cultura, con sus disciplinas, estandares, y convicciones acerca de la verdad, acerca de la realidad objetiva, acerca de la dignidad del hombre, se rinde a la cultura popular y adapta sus caminos”. Si la obra de los cubistas, los dadaístas, y los surrealistas en pintar y los atonalistas en música fueran el primer fruto de esta revolución quizás los más extraños ejemplos de su punto de vista nihilista fueran las creaciones de Andy Warhol, y la música ruidosa de John Cage. La bancarrota estética de este movimiento artístico es probada a la larga en el libro de H. R. Rookmaaker “El arte moderno y la muerte de una cultura”. Por supuesto que hubo buenos ejemplos de verdadero arte musical en los finales del siglo XX como las obras para órgano de Messiaen y la Pasión según San Lucas por Krystof Penderecki, pero las Iglesias que estaban comprometidas a la alta clase debían estar satisfechas de usar materiales mayormente tomados de períodos anteriores. Bien puede ser que la desilusión general del público con la alta clase llevó al desinterés en el financiamiento de la educación musical la cual en una moda cambiante causó un declive en el talento disponible para el uso de la iglesia. Otros factores estuvieron igualmente involucrados: la declinación de las fuerza de Iglesias en la línea principal, el impacto de 40 años del más primitivo entretenimiento de música secular en la historia (rock), la influencia del teleevangelismo y el rápido crecimiento de la música cristiana popular como un medio de negocio en conciertos, grabaciones y música publicada. Todo esto contribuyó a la revolución en la música de la iglesia hoy la cual está otra vez alejándose del alto arte y aún de sus formas tradicionales. En efecto la música popular en la iglesia mucha de las cuales puede ser catalogada por la influencia del despertar carismático y el crecimiento de grupos de Iglesias es lo que ahora se está convirtiendo en un Nuevo nivel de fuerza y está haciendo nuevas incursiones incluso en las Iglesias de la línea conservadora.
 
 

Wednesday, January 8, 2014

La función de la música dentro de la iglesia.

Implicaciones de la tradición evangélica en la música de la iglesia Extraído del libro de Donald P. Hustad Jubilate II Church Music in Worship and Renewal. 1. Porque nuestra herencia y mentalidad evangélica es más occidental que orientalla adoración incluyendo la música debería ser más racional que mística en otras palabras la musica con su total entendimiento del texto o su letra debe ser de primaria importancia. 2. Debido a la herencia de la reforma del sacerdocio de cada creyente, la adoración incluyendo la música, deberá enfatizar el involucramiento personal de cada miembro de la congregación cuando la música es destinada a ser cantada por toda la congregación que adora, debería ser simplemente suficiente un método de enseñanza para los miembros que son poco conocedores de música y teología. Además toda la música de la iglesia debería estar en un lenguaje y texto que sean o puedan ser entendibles para toda la congregación. El sacerdocio del creyente implica que nos acercamos a Dios por nosotros mismos, Pero además, somos también sacerdotes a otros creyentes. Esta verdad llama a la iglesia a ser una comunidad solidaria y a expresar lo mismo en los himnos que se usan y en el esfuerzo de ministrar a cualquiera a través de los programas musicales 3. Debido a las creencias evangélicas en un Dios soberano, trascendente e inmanente su adoración, incluyendo la música, incluirá tanto adoración a y comunión con Dios es también de esperarse que la expresión supraracional de la música debe ser usada para revelar algo de la alteridad de Dios, el misterio de Dios. 4. Como las expresiones de adoración (con o sin música) son "sacrificios de alabanzas" a Dios (He. 13:15) deberían ser como todas las ofrendas a Dios lo mejor que cada congregación y su cultura pueda dar, como tal "control de calidad" es dificil de definir aun así debería ser una búsqueda continua de cada líder de adoración, es evidente en si mismo que la adoración debe incluir un amplio uso de textos que expresen adoración y acción de gracias así como otras formas de oración. 5. Por la creencia en la divina autoridad de las escrituras, la adoración y todas las otras actividades y experiencias ministeriales, incluyendo la música, se conformara a los principios bíblicos donde estos son claramente definidos y serán basados en las verdades de las escrituras, las palabras y frases tal como aparecen en las escrituras deberían ser consideradas como ideales para el uso con la música. 6. En el contexto de los principios centrales relacionados con la acción salvadora de Dios, la pecaminosidad humana, el amor de Dios, la expiación a través de la muerte de Cristo, la salvación por gracia a través de la fe; la adoración y la música deben dar un énfasis adecuado a la expresión de estas doctrinas, además, porque "evangélico" implica algo de una herencia pietista este énfasis debe además incluir himnos que hablen de la religión del corazón, la nueva vida en Cristo y la seguridad de la salvación. 7. Aceptando la primicia de la Palabra, Los músicos de las Iglesias evangélicas deben recordar que la improvización y la estructura de su adoración, mientras proveen para una experiencia completa de adoración debe demostrar la centralidad de la proclamación a traves de la predicación. Muchas de las músicas preparan para o refuerzan la lectura y la predicación de la palabra de Dios, otras músicas muchas veces ofrcen una oportunidad para responder a la predicada revelación de Dios. 8. Aceptando el requerimiento de la santidad de las escrituras debería haber espacio en la adoración evangélica y en la educación cristiana para un énfasis en las crisis de experiencia y crecimiento en gracia hacia la vida Cristiana madura, en otras palabras, la santidad significa integridad y un estandard de vida que puede ser llamado en una base mas amplia una expresión más madura de adoración tanto en la letra como en la música. 9. Entendiendo la misión de la iglesia de convertir, instruir, y ministrar, este énfasis debe ser sobreguardado en las actividades de la iglesia incluyendo el uso de la música. Habrá consideraciones de las técnicas particulares de música y formas envueltas en el evangelismo, educación y cuidado pastoral en la congregación local con relación al alcance mundial. Teniendo en cuenta estas consideraciones la música en la iglesia es considerada como un arte funcional creada y usada por los seres humanos para responder a los propósitos de Dios en la iglesia, dando soporte a las actividades de la iglesia en la adoración, la proclamación, la educación Cristiana, el cuidado pastoral y el seguimiento, la música funciona dentro de su significado cultural como la voz de Dios, como placer, como expressdora de emociones internas y externas y como un reforzamiento de la cultura.

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