Salvación ahora, Salvación por siempre.
“Lutero y Calvino retaron a la iglesia católica en varias enseñanzas cruciales, pero no en la doctrina de las últimas cosas.”
Aunque movimientos radicales
apocalípticos surgieron a finales de la edad media. Eran raras excepciones.
Desde Agustín muchos teológos creyeron que el milenio de Apocalipsis 20 se
refería a una era presente de la iglesia. El punto focal de la escatología no
era la consumación de la historia, sino, el estado futuro de los seres humanos
ante Dios.
Comenzando con las 95 tesis de
Martín Lutero, el mayor reto reformador en muchas de las doctrinas de la
iglesia, pero en cuanto a la escatología estos parecían muy satisfechos con las
enseñanzas y énfasis tradcicionales.
Futuro oculto.
Martín Lutero enseñó que donde
hay perdón de pecados hay también salvación y vida. Asi la salvación individual
es una presente realidad. Sin embargo los cristianos continuarían luchando con
la contradicción: “No esperamos por el perdón de pecados y toda gracia, aunque
no la recibamos hasta la otra vida, más bien estas están ahora presentes para
nosotros en fe, aun cuando estén ocultas para nosotros y sean reveladas solo en
la otra vida”. Ser cristiano incluye vivir fuera de las tensiones entre el
ahora y el todavía.
En la vida por venir, no
tendremos más necesidad de fe, escribió Lutero, por lo tanto no veremos oscuramente por espejo
(como ahora vemos) sino que veremos cara a cara. Para Lutero esta esperanza es
un componente fundamental e indispensable de la vida cristiana.
Lutero aplicó su escatología
individual también a la iglesia. Como la iglesia medieval en su tiempo, Lutero
rechazó un reino milenial e interpretó Apocalipsis 20 como una descripción de
la iglesia histórica en vez del fin de la historia. En la era presente la
iglesia debería continuar soportando la hostilidad tanto del mundo como de
Satanás hasta que el señorío de Cristo sea hecho claro al final.
Sin embargo, Lutero se apartó de
aspectos amilenialistas medievales. Mientras los teológos católicos enfatizaron
la Gloria de la iglesia histórica, Lutero no lo hizo “No es posible que haya
mayor falsedad, error atroz, terrible ceguera y más obstinada blasfemia que la
que ha regido la iglesia”.
De hecho Lutero creyó que el
anticristo había surgido dentre y a través de las oficinas del papado: ”el papa
es el anticristo real quien ha surgido y auto nombrado en contra de Cristo, ya
que el papa no permitirá que los cristianos sean salvos al no ser por su propio
poder… esto es actualmente lo que San Pablo llama exaltándose uno mismo sobre y
en contra de Dios.”
Consecuentemente, como hay un
lado oculto para la salvación individual, hay también un lado oculto para la
iglesia, un lado que será revelado al final de los tiempos. De hecho, la
corrupción de la iglesia y la presencia del anticristo dentro de la misma,
animaron a Lutero. El creyó que estas cosas señalaban la cercanía del fin: “La
pompa del papado está cayendo y el mundo se está agrietando por todos lados
casi como si se fuera a romper y fuera a caer completamente”
A deferencia de aquellos que la
edad mecieval que tendían a temer la venida del Señor como un día de ira,
Lutero lo deseaba “el más feliz último día” en el cual las gloriosas
intensiones de Dios para ambos los seres humanos y toda la creación se darán cuenta:
de que Dios ha reservdo hasta el último día la aparición de su grandeza y
majestad, su Gloria y efulgencia.”
Para Lutero, tanto las personas
como la iglesia serían transformadas de su condición de tristeza y miseria
hacia la forma final de Dios. Pero para la precisa naturaleza de esta renovada
existencia, Lutero dijo: “no sabemos nada acerca de la vida eterna asi como un
niño en el vientre de la madre no sabe del mundo exterior al cual está por
entrar”
No limetes a Cristo.
Como Lutero, Juan Calvino rechazó
la posición de los milenialistas: “su ficción es muy infantil tanto para
necesitar o para ser digna de refuter. Y el Apocalipsis del cual ellos
indudablemente dibujan pretextos para sus errores no los puede apoyar” para el
numero “mil” en Ap. 20:4 no aplica la eternal bienaventuranza de la iglesia,
sino solo para los varios disturbios que afronta la iglesia cuando labora en la
tierra”
Calvino creía que la idea del
milenio imponía un límite en el reino de Cristo. “Aquellos que asignan a los
hijos de Dios mil años en los cuales disfrutar la herencia de la vida por
venir, no se dan cuenta cuanta censura están arrojando sobre Cristo y su reino,
por que si ellos no lo ponen en la inmoralidad, entonces Cristo mismo a quienes
por su Gloria serán transformados no serán recibidos hacia la Gloria eternal”
En la mayor parte, la escatología
de Calvino también se enfocaba en el futuro de las personas. Por ejemplo en su Institución de la religion Cristiana él
discute la “resurrección final” en el contexto de una más grande sección en
como las personas reciven la gracia de Cristo. El hizo esto, él dijo: “que mis
lectores puedan aprender cuando ellos han recivido a Cristo, el autor de la
perfecta salvación, para levantarse más alto, y puedan saber que El está
vestido en los cielos en inmortalidad y gloria para que todo el cuerpo pueda
ser conformado a la imagen de la cabeza. Asi todos los que han recibido a
Cristo en la era presente compartirán compartirán en Su vida en la era por
venir”
Calvino admitió: “es difícil creer
que los cuerpos, cuando son consumidos con pudredumbre serán al final
resusitados en su tiempo”. Pero Calvino apuntaba a sus lectores a las
escrituras las cuales él argumentaba proveen dos ayudas. En ellas podemos ver
el ejemplo de Cristo, “quien completó el curso de la vida mortal, habiendo
obtenido inmortalidad, El es el la garantía de nuestra resurrección por venir”
y al poder de Dios, “nadie es completamente persuadido de la resurrección
venidera a menos que el o ella sea capturado con la maravilla y atribución del
poder de Dios y su Gloria”
Escatología práctica.
Para Calvino la escatología tenia
una significación práctica. En efecto él consideraba la meditación en la vida
futura como un elemento esencial de la vida Cristiana. En medio de todas las dificultades
de la vida, Calvino recordaba a sus lectores, “no debemos mirar a este fin: ni
acostumbrarnos a nosotros mismos a despreciar la presente vida y a estar
despiertos de este modo a meditar en la vida futura”.
El esta vida, Dios permitea su
pueblo estar “preocupado y plagado ya sea con Guerra o tumultos o ladrones u
otras dolencias” y pone delante de ellas “cuan intestable y fugaz son todas las
bondades que están sujetas a la inmortalidad.” Solo entonces, argumenta
Calvino, estaremos preparados para contemplar completamente la vida en la era
que está por venir. Tal conteplación nos transforma y ayuda al pueblo de Dios a
vivir acorde a las enseñanzas de Cristo, como estranjeros y peregrinos en la
tierra, que buscan el gozo y la paz en el reino venidero. Sucesivamente la
contemplación del reino provee confort en medio de las pruebas, las cuales
deben permanecer por la causa del evangelio.
Sobre la naturaleza exacta de la
vida futura, Calvino, como Lutero, ejercitaron precaución y restricción
tratando de no excederse de los principios de las Escrituras: “Aunque muy
acertadamente oímos que el Reino de Dios será lleno de esplendor, gozo,
felicidad y Gloria, aun cuando estas cosas son dichas, todavía están
absolutamente remotas de nuestra percepción y, por así decirlo, envueltas en
oscuridad, hasta que ese día llegue cuando El nos revele su Gloria y podamos
nosotros verle cara a cara”.
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