La
civilización romana.
La civilización romana es una de las más importantes en la historia de la
humanidad, no tiene la sensibilidad de los griegos, ni mucho menos su evolución
política ni filosófica, pero son mucho más prácticos y pragmáticos.
Roma se divide en tres grandes etapas que determinan su estudio:
Para los siglos VIII y VII aC la península Itálica estaba ocupada por
etruscos al norte, al sur la magna Grecia y en el centro los latinos,
habitantes de Roma. La ciudad estaba situada en la región del Lacio junto a la
desembocadura del rio Tiber y rodeada por colinas. Según la leyenda fue fundada
por Rómulo y Remo en el 753 aC aunque según los historiadores fueron los
etruscos.
A los etruscos se les debe la configuración de la ciudad, que en su origen
era un conjunto de aldeas de pastores en torno a siete colinas: Capitolio,
Quirinal, Palatino, Aventino, Viminal, Esquino y Celio. La civilización etrusca
era un conjunto de ciudades independientes gobernadas por una aristocracia de
terratenientes y comerciales que nunca llegó a ser un imperio unitario.
Dominaban el comercio en el mar Tirreno, motivo por el cual comenzaron las
rivalidades con griegos y cartaginenses.
A partir del siglo VI aC los etruscos iniciaron una doble expansión. Hacia
el sur conquistaron Roma, estableciendo contacto luego con la magna Grecia;
hacia el norte ocuparon la llanura del Po. Hacia el siglo VIII aC los latinos
se habían establecido en el Lacio. El crecimiento de las aldeas hizo cada vez más
imprecisos sus límites y se intensificaron las relaciones entre ellas. Esto fue
dando paso a la conformación del núcleo de Roma, en su época inicial, entonces
esta expansión provocó la unión de los latinos y el pueblo de los sabinos, que
ocupaban las laderas del monte Quirinal. Así surgió la Roma latino-sabina que
al principio estaba gobernada por reyes alternantes de las dos comunidades. En
estas ciudades existía un verticalismo social, destacándose dos grandes grupos
los patricios y los plebeyos.
La época de la Monarquía
Los patricios eran un grupo hegemónico, dicen ser los descendientes del
padre y de los griegos, tenían visión verticalista de concebir la sociedad.
Ambos grupos convivieron en los tiempos de la monarquía, los plebeyos por su
parte eran personas excluidas de la organización que formaban la plebe,
compuesta por campesinos y artesanos. Para la época de la monarquía Roma estaba
regida por un monarca primero por latinos y luego por etruscos. Bajo su dominio
se urbanizó la ciudad, se construyó una muralla y se implantó una cultura y los
dioses. Los reyes tenían el poder político, militar y religioso. Estaban
asesorados por el Senado, que eran los jefes de las familias aristocráticas.
Había también una asamblea popular, los comicios que elegían al rey. La
sociedad estaba establecida en la época monárquica además de los patricios y
plebeyos, estaban los semilibres que eran clientes que trabajaban para los
patricios a cambio de un sustento, los libertos que eran esclavos que habían
comprado su libertad o habían sido liberados, y luego estaban los esclavos que
eran el escalón más bajo de la sociedad, lo eran o por nacimiento, por deudas o
por prisioneros de guerra.
Un hecho suscita el quiebre de dicha monarquía en el año 509 aC. Los
latinos se separan de los etruscos, tanto más que, Tarquino el soberbio, rey
etrusco rapta a Lucrecia, princesa latina quien ya estaba casada y bajo esa
condición no podía corresponderle al rey en cuestión. Esto fue una afrenta
hacia los latinos, en la medida que lo peor que podía sucederle a los romanos
era precisamente perder su honor. Debido a esto los latinos expulsan a los
etruscos en el año 509 aC e instauran un nuevo sistema político. La república.
La época de la Republica.
Esto trajo una reestructuración de las magistraturas, el senado se
consolida, sus miembros eran los ancianos romanos desde 50 años aproximadamente
en adelante no menores que ellos. Surge una estructura dual de los consulados,
vale decir, dos personas ejercían los mismos cargos, con el fin de evitar la
acumulación de poderes y de esa forma soslayar que no exista una centralización
del poder en una sola persona. En primera instancia solo podían optar a cargos
públicos los patricios, mas con el
tiempo podían ocupar dichos cargos tanto patricios como plebeyos.
Existían un dictator que organizaba el país en los momentos de guerra, podría
ser comparado con el estratega griego, no obstante solo duraba en el cargo 6
meses y más aún estaba controlado por la Lex Romanium (ley romana).
El proceso democratizador en Roma comienza por allá por el siglo V aC y
tiende a homogenizar sus clases sociales, los romanos se basan en la Lex por
cuanto esta le da buenos resultados.
En esta época, Roma comienza la expansión por las costas mediterráneas.
Esto la enfrentó con Cartago, que era otra potencia mediterránea que tenía
entre otras ciudades a Sicilia. Esta expansión la realizó mediante pactos con
las ciudades y los pueblos y a través del ejército que en ese entonces ya era
uno de los más poderosos; en el 272 aC ya habían conseguido dominar toda la
península. Esta contienda con Cartago, más conocida como “Guerras Púnicas” se
divide en dos etapas:
Una va desde el año 274 – 246 aC. Fue una disputa larga porque Roma era una
potencia terrestre y Cartago una potencia marítima. Los romanos consiguieron el
dominio del mar de Sicilia, Córcega y Cerdeña pasaron a ser provincias romanas.
La segunda etapa de la guerra Púnica va desde el año 218 – 202 aC. Se
originó cuando los cartaginenses trataron de recuperar las pérdidas
territoriales de la primera guerra. Para ello intentaron conquistar la
península ibérica, pero los romanos también querían el territorio y se
opusieron. Se produjeron tensiones que en principio se solucionaron con el
tratado del Ebro, pero el general cartaginés Aníbal rompió el tratado.
Luego Cartago logró vencer a los romanos en varias batallas y se preparaba
para invadir Roma, pero decidió esperar por refuerzos procedentes de la
península ibérica. Roma aprovechó esta situación y envió a Cornelio Escipion a
la península ibérica quien venció a los cartaginenses. De esta manera Roma
quedó sin rival y se extendió por todo el Mediterráneo.
La anexión de las provincias orientales al imperio influyó de manera
decisiva en el desarrollo de la actividad industrial romana. La economía romana
fue la más esclavista de la antigüedad. Los esclavos constituían la mano de
obra ordinaria en los talleres urbanos y en las factorías estatales.
Esta expansión territorial produjo en Roma una crisis política y social,
porque el territorio conquistado resultó que en realidad pasaba a manos de los
grandes terratenientes y el reparto de las ganancias no se hacía en forma
proporcional, más que nada se beneficiaba el orden senatorial.
Otro grupo que obtuvo importantes ganancias fue el de los caballeros que
formaban el orden ecuestre. Estos enriquecidos por el comercio, administraban
la recaudación de los impuestos y muchas veces saqueaban a los habitantes de
las provincias.
La defensa y organización del imperio exigió el sostenimiento de un gran
ejército y de una costosa administración. Por ese motivo muy pronto se instauró
el sistema de “Ager Publicus” o tesoro que se nutría de confiscaciones e
indemnizaciones pagadas por los países vencidos en la guerra. Estos ingresos
fiscales que por cierto eran de gran valor, no solo se utilizaban para el
mantenimiento de los organismos militares sino también para atender a la
población romana; la mayor parte de la gente desocupada, los soldados veteranos
o incapacitados y antiguos servidores del estado.
En cambio para la plebe la conquista no significaba nada positivo, al
contrario ya que ella era quien sufría las consecuencias, muchos de los
soldados al regresar de la guerra, encontraban a sus familias endeudadas y sus
propiedades arruinadas. Los pequeños campesinos sufrían la dura competencia de
los latifundios y del trigo barato que Roma importaba. Así que la mayoría de
los campesinos se marchaba para la ciudad donde vivían en condiciones más
miserables todavía o se alistaban en el ejército para tratar de sobrevivir.
Esto fue provocando tensiones y desacuerdos entre los plebeyos con el paso
del tiempo, hasta que para el año 494 aC ocurre un suceso que pondría en jaque
a los patricios; los plebeyos arrancan hasta la cima de los montes sacro, en la
medida que buscaban la igualdad en la vida, por lo demás exigían sus derechos,
en la medida que los plebeyos dependían de los patricios.
Una de las soluciones que tuvieron los plebeyos fue propuesta por el
senador Menenio de Agripa y consistía en que los plebeyos nombraban a un representante,
quien participaría en un triunvirato en la curia. Un segundo paso que dieron
los plebeyos fue exigir la igualdad ante la ley, es por ello que en el siglo V
mandan hombres a Grecia para copiar el derecho con el fin de mantenerse al
tanto de las disposiciones legales y no ser engañados como lo habían venido
siendo. Su consecuencia más directa se vio reflejada en el año 451 aC en donde
se realiza la constitución escrita en Roma conocida más universalmente como la
Lex, 12 tablas. El código civil entonces es dirigido tanto por patricios como
por plebeyos.
El sistema político creado para gobernar una ciudad no se podía adecuar a
un gobierno de tan extensos territorios por eso la desigualdad entre los
ciudadanos romanos (patricios) y los habitantes de las ciudades conquistadas
(plebeyos) era una causa permanente de disturbios. La guerra social ocasionó el
reconocimiento de los derechos de ciudadanía para todos los habitantes de la
península itálica, pese a eso, la agitación social no cesaba. Desde el año 133
aC hasta alrededor de los 60 aC hubo varias tensiones entre los plebeyos y
patricios por problemas de las tierras y los derechos de estos, por esa fecha
se destacaron personas como Cayo Graco quien planteo una ley de reforma agraria
a favor de los plebeyos, tras su suicidio sale Mario a la luz pública, pero en
resumen fue un tiempo de luchas internas entre plebeyos y patricios.
Mientras tanto Cayo Julio Cesar ascendía rápidamente en su carrera
política. Fue elegido sucesivamente tribuno militar, cuestor, edil, curul, gran
pontífice, pretor, protector de España y finalmente cónsul en el año 60 aC,
Cesar fue una figura carismática que pronto se convirtió en líder del Partido
Popular. A comienzos del año 58 aC el senado le otorgó el mando de Galia. Con
su ejército partió en busca de una guerra que lo popularizara aún más. En el último
gran levantamiento de los galos, Cesar logró hacer prisionero al jefe de estos
e instaló la administración romana. Este triunfo logró la adhesión de numerosos
soldados al ejército de su persona.
Mientras Cesar estaba en Galia, Pompeyo, otro jefe militar, intentó con el
apoyo de los senadores concentrar toda la autoridad en sus manos. El senado temía
por tanto poder concentrado solo en Julio Cesar, entonces lo obligó a dejar Galia
y a abandonar sus tropas, pero el desobedeció y marchó hacia Roma. De esta
manera comenzó otra guerra civil. Pompeyo fue derrotado por Julio Cesar en lo
que se conoce como la Batalla de Farsalia en el 48 aC y muere asesinado en
Egipto por Ptolomeo XIII quien le envía la cabeza de regalo a Julio Cesar.
Al volver a Roma Julio Cesar se hizo otorgar el título de Emperador
concentrando todo el poder político, militar y judicial en el mismo. La mayor
parte de su vida después de esto se dedicó a liquidar a los que quedaban del
senado para evitar una conspiración en su contra. Después de acabar con todos
sus enemigos y llevar la paz a Roma fue asesinado por sus amigos en una
conspiración organizada por Marco Junio Bruto y Cayo Casio Longino.
Con la derrota de
Pompeyo se da fin a lo que se conoce como la época de la república en Roma y se
comienza así lo que es la Roma Imperial.
La época del Imperio.
Julio Cesar tenía
un hijo adoptivo que se llamaba Octavio quien se alió a Marco Antonio y
derrotaron a los conspiradores que habían asesinado a Cesar, después se enfrentó
a Marco Antonio y se hizo con el poder contando con el senado, convirtiéndose así
en el primer emperador de Roma, teniendo en cuenta que fue apoyado por el
senado a diferencias de su padre, este hecho tiene lugar en el año 27 aC.
Con Octavio
Augusto se inició la etapa conocida como
Imperio, que duró desde el 27 aC hasta el año 476 dC. El imperio se
caracterizaba por agrupar todos los poderes; los demás órganos como el senado,
las magistraturas y los comicios tuvieron un papel simbólico. Octavio concentró
en su persona todos los poderes, fue nombrado príncipe (ciudadano ejemplar),
augusto (elegido por los dioses) e imperator (jefe del ejército).
Esta es la época
de la Pax Romana, época de mayor apogeo y es cuando alcanza la mayor expansión
territorial. Augusto tiene todo el poder; dirige el ejército, convoca el
senado, legislaba y se le rendía culto. El imperio se organizó en provincias
administradas por gobernadores, como legados, prefectos, y procónsules. Las
ciudades administradas por magistrados civiles como duunviros, ediles y
cuestores. Las comunicaciones entre provincias se hacían a través de una red de
vías o calzadas que partían de Roma. Para proteger el imperio se fijó una
frontera o limes protegido por un fuerte ejército. La ciudad de Roma alcanzó más
de un millón de habitantes, e impuso su cultura y su gobierno sobre los
territorios que bordeaban en lar Mediterráneo, llamado el Mare nostrum.
Sociedad y economía en Roma como imperio.
En la Roma
imperial la familia estaba integrada por el padre, mujer y los hijos. Si era
una familia acomodada contaba con esclavos y libertos. La autoridad correspondía
al páter familias. Mantenía la familia, dirigía el culto religioso, podía
castigar o vender a sus hijos. La mujer estaba marginada de la vida pública. No
podía participar en la actividad política. Se casaban jóvenes, se dedicaban a
cuidar a los hijos y a los cuidados del hogar. La educación solo para las
familias ricas, por lo que la mayoría de la población era analfabeta. Los ricos
tenían a profesores griegos para la educación de sus hijos. Las hijas eran
adiestradas por sus madres en las labores domésticas y los varones recibían una
mayor formación bajo la supervisión del padre.
La alimentación
dependía del nivel económico. La comida principal era la cena. En ella los
alimentos eran variados: verduras, carnes, pescados, frutas y vinos. Sin
embargo, la dieta de los grupos humildes se limitaba a harina cocida o frita y
frutas.
El vestido estaba
compuesto por túnicas, que en lo hombres se cubría con una toga y en las
mujeres con una estola. Estas dedicaban una especial atención al cabello,
llevando peinados muy elaborados.
La base de la
economía era la agricultura, había grandes explotaciones, propiedad de los
patricios y pequeñas propiedades de campesinos libres. Cultivaban cereales,
vid, olivos, frutales, y hortalizas. Utilizaban el arado y animales de tiro. La
ganadería fue adquiriendo importancia a medida que avanzaban las conquistas
porque los animales eran necesarios para el ejército. Las provincias
conquistadas aportaban materias primas que se transformaban en Roma, donde se
desarrolló una importante actividad artesanal, sobre todo textil, cerámica y
metalúrgica, esta última para la fabricación de armamento.
La ciudad de Roma
era urbana, centro de la vida política, económica y cultural, fue el modelo
para las ciudades del imperio, se edificaban edificios para diferentes
funciones. Las basílicas para usos sociales y económicos; los teatros, circos y
anfiteatros, para ocio y diversión; y los acueductos, puentes y faros, para
obras públicas.
La vida en Roma
se distribuía en la mañana se trabajaba en los talleres, mercados; las tardes
se dedicaban a ocio y las relaciones sociales y las noches para los banquetes,
en la mañana la vida en la ciudad era muy bulliciosa.
A comienzos del
imperio eran ya visibles los signos de descomposición social. Los romanos
habían perdido su vitalidad y energía por el trabajo, se habían vuelto
demasiado dependientes del ocio, sobre todo del trabajo que requería la fuerza
humana, esto provocó que la población comenzara a decrecer en forma alarmante.
Se considera el gran declive de la población desde el siglo II como una de las
razones principales del debilitamiento económico romano, pues la falta de mano
de obra y de consumo fue responsable del colapso de la producción. Roma se
había convertido en algo así como parasita del imperio, la máxima actividad tenía
lugar en las demás provincias.
El estado
agravaba la situación favoreciendo la entrada de granos baratos. El latifundio
fue rentable mientras los esclavos eran abundantes pero al encarecer el valor
de estos sus propietarios tuvieron que parcelarlas y arrendarlas a esclavos
emancipado; esto se extendió hasta finales del imperio. La unidad económica
instaurada por Augusto se fraccionó y surgieron bloques económicos
independientes, apenas intervenidos por Roma a través de cuestiones
burocráticas.
En el siglo III
se puede observar ya un declive económico general. A la gran crisis de producción
y circulación de bienes se suma la inflación monetaria de la que las
responsables principales fueron las elevadísimas malversaciones del ejército y
una administración poco eficiente, por lo que los resultados fueron
catastróficos.
Paulatinamente los
burócratas y militares comenzaron a percibir ingresos más bajos debido a los
recortes de sueldos, lo que causó malestar general en este grupo social. Se
impusieron prestaciones obligatorias para los servicios públicos, sobre todo
para las clases más inferiores, mientras que la clase acomodada disfrutaba de
los servicios gratuitos de interés público. Ya para esta época el liberalismo
del imperio estaba desapareciendo ya que el estado ejercía un excesivo control
de la vida económica.
Entonces el
equilibrio institucional se fue alterando a favor del ejército, porque ni el
senado ni la nobleza podían garantizar la continuidad ni el carácter
incuestionable del poder imperial. En el ejército ingresaba un número cada vez
menor de personas que venían de viejas provincias, los ahora soldados provenían
de provincias recién formadas o de las tribus bárbaras, esta disparidad fue
obviada ya que se reconocía que era indispensable un ejército para la defensa
del estado, que cada vez estaba más amenazado por todos lados.
La postura que
adoptó el ejército fue de soborno y poder a alto precio, ya que si un emperador
no obedecía a sus peticiones era asesinado y reemplazado por otro, así se
fueron originando graves luchas internas y dividían al ejército, estas luchas
se fueron haciendo civiles, porque a menudo, los ciudadanos comunes eran
obligados a apoyar a algún candidato. A mediados del siglo III en un lapso de
50 años hubo 37 emperadores legítimos y 74 ilegítimos.
El partido que
resultaba derrotado quedaba sometido a toda clase de represalias como
asesinatos colectivos, saqueos y confiscaciones de bienes, que se usaban para
aumentar el capital del imperio. Esto
provocó que Octavio que era defensor de las tradiciones esencialmente romanas
quedo enfrentando a Marco Antonio, es decir el occidente contra el oriente. La separación
se inició en el año 33 y en el 31 Octavio derrotó a Antonio en la batalla de
Actium.
Durante el
periodo llamado Alto Imperio se sucedieron 3 dinastías. La Julio Claudiana,
estaba formada por los sucesores de Augusto, en ella se concentró el poder en
las manos de los emperadores y creció la importancia del ejercito como un
factor político. Diocleciano extendió el sistema de factorías estatales, que ya
había aparecido en el siglo I para abastecer al ejército de materiales para la
construcción en la región del Rin. Esta política de Diocleciano no representaba
un comercio totalmente nacionalizado sino un sistema heterogéneo de las
empresas particulares tuteladas por el Estado. Gracias a estas medidas el panorama
comercial del siglo IV mejoró.
El ejército
termino con la dinastía con la muerte de Nerón y comenzó una etapa de anarquía
que origino una fuerte guerra civil. Esta guerra terminó con la llegada de la
dinastía Flavia. Los flavios fueron excelentes administradores y constructores,
que lograron la consolidación interna del imperio.
Luego siguieron los Antoninos, que durante el gobierno de
los cuatro primeros emperadores lograron la mayor estabilidad del poder
central, en la época de Trajano el imperio alcanzó su mayor extensión. La
mayoría de los Antoninos provenían de las provincias por eso entendían mejor
mas necesidades de los provincianos. Esta es la época de la Edad de Oro, donde
el pueblo gozaba de bienestar general.
El dilatado
periodo de paz y la prosperidad tan difundida fueron los factores que ayudaron
para dictar en el 212 la Constitución Antonina que se extendía a todos los
habitantes del imperio. Cuando el estado dejó de percibir los abundantes
ingresos obtenidos de los saqueos y confiscaciones de tesoros en las guerras,
comenzaron los problemas.
Tiempos de decadencia.
Hacia mediados
del siglo IV, los barbaros se instalaron en el territorio romano como colonos,
y se incorporaron al ejercito; la llegada de poblaciones extranjeras del este
hacia que hubiera menos diferencias entre las tropas que atacaban y las que
defendían el imperio.
Los ejércitos
romanos se fueron constituyendo con soldados germanos, algunos, como Estilicon
y Odoacro llegaron a ser altos jefes militares. Ya a fines del siglo IV esta
instalación paulatina se transformó en una oleada de pueblos germánicos. Como
esta situación resultaba incontenible, Roma no tuvo otra opción que integrar a
los germanos, las luchas germánicas para desplazar a los romanos se dieron más
que nada en el occidente, ya que en oriente poseía una gran estabilidad tanto
económica como política y social, lo que hizo que saliera invicta de esta
situación.
A principios del
siglo V, los visigodos invadieron Italia, y saquearon Roma; después se
establecieron en el sur de Las Galias y en Hispania. Más adelante los Anglos, Justos
y Sajones ocuparon Inglaterra y los Francos en norte de las Galias, mientas los
Hunos extendieron su reino hacia el oeste, bajo el mando de Atila. Ya la
desaparición del imperio era inevitable, los germanos se habían adueñado del
occidente de Roma y en el año 476 dC el general germánico Odoacro destronó al
emperador Rómulo Augustulo y decretó el fin del imperio occidental.
Conclusión
Es fácil de
entender un rápido derrumbamiento ya sea fruto de una superioridad militar o
despiadadas luchas internas, pero, ¿Qué clase de fuerza puede ser tan lenta y a
la vez tan poderosa como para desmembrar tan poderoso gigante como el imperio
romano en un plazo de cinco siglos?
Este misterio
lleva ocupando las discusiones entre historiadores prácticamente desde
entonces. Y muchas teorías han pretendido explicarlo, seguramente muchas de
ellas tienen algo de razón, veamos algunas de las más curiosas e importantes.
Invasiones Bárbaras: Es evidente que la causa final de la caída de Roma fue la
invasión de distintos pueblos germanos, también es evidente que la presión militar
que ejercieron estos aceleraron y agravaron la decadencia romana. Se especula
que los visigodos que invadieron la península ibérica en el siglo IV eran
contando a mujeres, ancianos y niños cerca de 200.000 personas, entonces la península
debía estar habitada por cerca de 8.000.000 de hispano-romanos. No es
entendible el triunfo visigodo sin contar, al menos, con la pasividad de
amplias partes de la población, algo que resultaría impensable en el siglo I.
Enfermedades: Entre el 251 y el 266 se produce la primera gran epidemia conocida capaz
de afectar a todo el ámbito mediterráneo, es la conocida como Peste de Cipriano, brotes de distintas
enfermedades seguirán y seguirán reproduciéndose periódicamente hasta cerca del
siglo VIII, no sabemos exactamente que enfermedad provocó la peste de Cipriano
diremos solo que no está relacionada con la famosa peste negra 1384, lo más
probable parece ser que fuera una enfermedad de origen asiático que alcanzaría Europa
en esta fecha. Generalmente las enfermedades se ceban en los cuerpos más débiles
y se extienden rápidamente entre las poblaciones desnutridas. Históricamente las
grandes epidemias suelen producirse en tiempos de hambre (1384, siglo XVII,
1919), en 251 el imperio Romano llevaba cincuenta años sumido en luchas
intestinas y los cronistas contemporáneos nos habla del hambre y la desesperación
que se extiende por todo el imperio.
Degeneración de la moralidad: La obra más importante en la que se basa esta teoría es
la “Historia de los doce Cesares” de
Seutonio, libro popularizado por ser en la que se basa la famosa serie “Yo Claudio”. Seutonio, nos describe un
ambiente imperial corrupto y degenerado, repleto de violencia y lascivia,
Inestabilidad política: En sus cinco siglos de historia, las guerras civiles y
los intentos secesionistas que sufrió el imperio fueron innumerables. De hecho
ya lo fueron antes de su propia formación. El primer emperador, Octavio Augusto
dio fin a una larga serie de guerras civiles, guerras que volvieron a iniciarse
tras la muerte del emperador Nerón. Tanto conflicto es muy negativo para la economía
de un estado, es evidente. Pero el imperio había podido resistir muchas de
ellas y de hecho se siguió fortaleciendo después. Es innegable que la
inestabilidad política sin duda agravó la crisis.
Cambio climático: Resulta tentadora esta hipótesis por los tiempos que corremos, pero
desgraciadamente no parece demasiado sólida, durante el siglo I el clima era
mucho más lluvioso en Hispania y el Sahara era una pradera que aunque seca y cálida
un asno podía atravesarla de norte a sur sin morir de sed. El norte de África tenía
una importante producción de cereales, siendo por ello las regiones actuales de
Marruecos, Argelia y Túnez algunas de las más importantes del imperio. Esta teoría
pondría en relación el final de la riqueza africana con toda la decadencia del
occidente.
Desinterés: Los ciudadanos del imperio, antaño orgullosos de su patria, lentamente
fueron volviéndole la espalda. Los poderosos abandonaban las ciudades para no
pagar los impuestos. Los jóvenes no se hacían voluntarios del ejército, los filósofos
volvieron cada vez más a su intelecto hacia lo metafísico olvidando la política.
La propia Roma acabó convirtiéndose en una pequeña ciudad de provincias, descolgándose
de la lista de las grandes metrópolis. Sin duda, tanto desanimo tuvo
consecuencias desastrosas, reduciendo gravemente las finanzas imperiales y
destruyendo la base de su ejército, que tuvo que depender cada vez mas de los
mercenarios barbaros.
Crisis del modelo esclavista: Una hipótesis tradicional y muy extendida es la de
considerar que Roma debe su decadencia a la crisis de su modelo de producción esclavista.
Roma dejó de expandirse, y por lo tanto, los esclavos dejaron de afluir al
imperio, encareciéndose y reduciendo la productividad del sistema esclavista en
el que se basaba la economía del imperio.
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