Wednesday, May 1, 2013

La Civilizacion Griega

La Cultura Helénica.


La civilización helénica de la Grecia Antigua se expandió por la Península Balcánica, las islas del mar Egeo y las costas de la península de Anatolia en la actual Turquía, constituyendo la llamada Hélide.

La civilización griega o helénica tiene sus orígenes en las culturas cretense y micénica. Alrededor del 2700 aC se desarrolló en la isla de Creta una rica y floreciente cultura comercial, perteneciente a la edad del bronce, esta cultura se conoce en la historia como Cultura Minoica o Cretense. Por los años 1600 aC los aqueos un pueblo de habla griega y de origen indoeuropeo irrumpieron en el territorio de Grecia continental, estableciéndose en el extremo noroeste de la península del Peloponeso. Este pueblo llegó a dominar a los cretenses, su ciudad más importante fue Micenas.

Luego de la conquista de los dorios, la vida en Grecia descendió a un nivel muy primitivo, y así se mantuvo durante varios cientos de años. Sin embargo, desde el siglo VIII hasta el siglo VI aC periodo que se conoce como la época arcaica, Grecia desarrolló y culminó una gran recuperación política, económica y cultural.
Tal recuperación fue posible gracias a las organizaciones en ciudades Estado (polis) y a la fundación de colonias en las costas del Asia Menor y el Mar Negro, en Sicilia y en el sur de Italia, en el sur de Francia y en el levante español.
Las nuevas colonias se convirtieron en polis políticamente independientes de la metrópolis (polis madre) pero mantuvieron estrechos vínculos religiosos, económicos y culturales. Estas colonias fueron uno de los factores del desarrollo económico de Grecia en este periodo.
Los siglos V y IV aC corresponden a apogeo de las grandes ciudades estado independientes, entre las que se destacan las polis de Atenas y Esparta. Cada uno de estos grandes estados absorbió a sus débiles vecinos en una liga o confederación dirigida bajo su control. Esparta, estado militarizado y aristocrático estableció su poder a base de conquistas y gobernó sus estados súbditos con un control muy estricto. La unificación del Ática por el contrario, se realizó de forma pacífica y de mutuo acuerdo bajo la dirección de Atenas.
Al principio del periodo los griegos se unieron para derrotar a los temidos persas en las llamadas guerras médicas. Tras la victoria Atenas se convirtió en la potencia hegemónica de la Liga de Delos, alianza que se había formado para defenderse de los persas. En política interior los atenienses consolidaron el sistema político conocido con el nombre de democracia, gobierno del pueblo, y en política exterior se convirtieron en la gran potencia político-militar de la Hélide, lo que les acarreó un gran número de enemigos. Este periodo es denominado como la edad de oro de Atenas o Siglo de Pericles, en honor al gobernante que llevó a Atenas a su máximo esplendor.


Durante el mandato de Pericles se construyeron el Partenón, el Erecteion y otros grandes edificios. El teatro griego alcanzó su máxima expresión con las obras trágicas de autores como Esquilo, Sófocles y Eurípides y el autor de comedias Aristófanes, Trucidadas y Herodoto fueron famosos historiadores y el filósofo Sócrates fue otra figura de la Atenas de Pericles quien hizo de la ciudad un centro  artístico y cultural sin rival.
Las diferencias entre Atenas y Esparta desembocaron en la destructora guerra de Peloponeso, en la que participaron casi todos los griegos unidos a uno u otro bando. La guerra duró hasta el 404 aC y acabó con la derrota de los atenienses y el establecimiento de la hegemonía espartana sobre Grecia
Aprovechando la confusión y la debilidad de los contendientes en las guerras del Peloponeso el rey Filipo II de Macedonia convirtió su reino en la nueva potencia de la Hélide.
Macedonia no estaba desgastada por las luchas y disponía de los recursos naturales (cereales, oro y madera) en el año 338 aC. Llevó a cabo la batalla de Queronea que le permitió anexionarse Atenas y Tebas. Filipo II es un personaje importante para la cultura y la historia griega ya que del matrimonio de este rey con Olimpia de Epiro nace el 20 o 21 de julio de 356 aC el famoso Alejandro Magno, Filipo II fue un gran estratega militar, estudió de cerca la manera en que los ejércitos griegos eran enseñados y adiestrados y así perfeccionó de una manera drástica la capacidad bélica del ejército griego lo que le proporcionó grandes victorias en su reinado.
Filipo contrajo matrimonio con una joven llamada Políxena, quien era hija de Nepotolemo I de Epiro, esta joven la noche cambió su nombre a Myrtale cuando se casó con Filipo y luego lo volvió a cambiar a Olimpia en honor a la victoria que su esposo había tenido en ese mismo lugar que fue precisamente el mismo día que su hijo Alejandro nació.
No se sabe mucho de la vida de Olimpia algunos historiadores han dicho que era una mujer violenta, neurótica y supersticiosa, bajo su mandato fueron asesinados varios personajes de su época, sabemos que ella murió después que su hijo Alejandro y que mientras que su hijo estaba en las conquistas de expansión de su imperio ella estuvo al frente del reinado en Macedonia y llevó una política férrea en contra de aquellos que se oponían a sus ideas y trataba de aplastar a fuerza de espada cualquier indicio de rebelión o sublevación.
Valerio Massimo Manfredi en su Libro “Alexandros” que es una novela histórica de la vida de Alejandro Mango y una de las biografías más completas de Alejandro relata que Olimpia sintió como la noche en que tuvo relaciones íntimas con su esposo Filipo II y fue concebido Alejandro ella sintió como se acostaba y tenía relaciones no con su esposo, sino que un dios en forma de serpiente había usado el cuerpo de su esposo y que en realidad sus relaciones habían sido con un dios y no con su legítimo esposo. Esta es la razón por la que ella desde pequeño enseñó a Alejandro que era hijo de los dioses.
Por otro lado Filipo trató de dar a su hijo la mejor educación tanto militar como filosófica de la época, ya que Filipo sabía que su hijo seria el próximo heredero al trono después de el de esta manera Aristóteles llegó a ser el maestro personal de Alejandro.
Alejandro tuvo una hermana que se llamó Cleopatra de Macedonia, para el año 337 aC. Filipo II repudia a su esposa tal vez por enseñar que su hijo Alejandro era hijo de los dioses, este repudio provocó ciertos descontentos en la familia de Olimpia, y para evitar problemas familiares entonces Filipo hace un convenio de dar su hija Cleopatra a Alejandro de Epiro, uno de los parientes allegados de la familia de Olimpia en su ciudad natal, para esta época Alejandro y su padre se habían distanciado por problemas personales. La noche de bodas mientras todos estaban festejando Filipo II hizo su entrada vestido de blanco y sin guardaespaldas y se le abalanzó un joven llamado Pausianas y le puñaleó un costado que le provocó la muerte inmediata a Filipo II. Pausianas salió huyendo y fue alcanzado por los guardias quienes le dieron muerte sin antes interrogarle, debido a esto hasta hoy la muerte de Filipo II ha quedado en misterio para toda la historia. Muchos han dicho que se debió a Olimpia por haber sido rechazada y rebajada del trono a simplemente ser madre de Alejandro, otros atribuyen la mano de los persas que habían estado en jaque desde que Filipo II había arremetido contra ellos en varias incursiones, y hay todavía otros que no descartan la posibilidad de que Alejandro mismo haya estado detrás de todo esa conspiración, aunque esta última es la más descartada por los historiadores.
Tras la muerte de Filipo II Alejandro asciende al trono de Macedonia y siendo influenciado por sus sueños de grandeza que su madre le había inculcado al decirle que era hijo de los dioses, mas todo el arsenal de conocimiento que adquirió a los pies de Aristóteles, comienza una campaña de conquista y expansión del imperio como nunca antes Grecia había tenido, Alejandro logró conquistar Persia y dirigió sus fuerzas hacia Egipto y la India y de esta manera construyó lo que se conoce como el imperio griego.
Durante su campaña militar contra Persia Alejandro se desvió hacia el sur conquistando Tiro y luego Egipto, pasando por lo que hoy en día es Israel, hay una historia fascinante acerca del primer encuentro entre Alejandro y los judíos de Israel quienes se encontraban bajo el dominio persa.
La narración respecto a la primera interacción entre el macedonio y los judíos se encuentra tanto en el Talmud (Yomá 69ª) como en el libro “Antigüedades de los judíos” del historiador Flavio Josefo (XI 321-47). En ambos relatos el sumo sacerdote del templo de Jerusalén temiendo que Alejandro fuera a destruir la ciudad salió al encuentro antes de que llegara a la ciudad, la narración describe como Alejandro al ver al sumo sacerdote se bajó de su caballo e hizo una reverencia (Alejandro como dijimos antes en su idea de grandeza y que era dios nunca hacia estas cosas delante de los hombres). Según Josefo cuando el general Parmenio le preguntó la razón Alejandro respondió –No hice reverencia ante él, sino ante el Dios que lo nombró con el sumo sacerdocio, pues he visto a esta misma persona en un sueño con esa misma apariencia”
De este modo Alejandro absorbió a los judíos en su imperio sin destruir la ciudad y así comenzó una interesante y compleja relación cultural. Los griegos nunca habían conocido una civilización como los judíos y los judíos nunca a nadie como los griegos, la interacción inicial parecía bastante positiva. Para los judíos los griegos eran una nueva y exótica cultura del oeste tenían una profunda tradición intelectual que producía grandes filósofos, un gran amor por la sabiduría, las ciencias, el arte y la arquitectura. El idioma griego fue considerado tan hermoso que el Talmud lo llamó en cierta forma el más hermoso de todos los idiomas y los rabinos declararon que un rollo de la Torá podría ser escrito en griego
Alejandro se caracterizó por llevar una cultura rica en conocimiento al mundo primitivo, una de las características de su emprendedor avance es que de este modo el idioma griego (koiné) se expandió por todo el territorio ocupado, llegando a tener este evento una significación para la llegada del mesías un tiempo después. Cuando Alejandro finalmente conquistó y derrotó el imperio Persa se encaminó a la India y a tierras desconocidas por los griegos, a medida que iban avanzando se hacía necesario ir sumando personal al ejército que iba con el tiempo y con las batallas decreciendo, lo que obligó a Alejandro a tener que reclutar persas, egipcios y mercenarios e incluirlos en las filas de su ejército, esto provocó el descontento de los generales y oficiales de algo rango y sumado a esto el adentrarse a tierras desconocidas por sus tropas se vio obligado a regresar.
Camino de regreso a la edad de 32 años en Babilonia Alejandro es gravemente enfermo y se dice que el 13 de junio de 323 aC (otros señalan el 10 de junio) Alejandro murió en el palacio de Nabucodonosor II en Babilonia faltándole poco más de un mes para cumplir 33 años. El día antes de su muerte los generales dejaron pasar uno a uno a los soldados para que vieran por última vez a su rey vivo, Alejandro les hacia un gesto con la mano o la vista a cada uno porque ya casi no podía hablar, en su lecho de muerte sus generales le preguntaron que a quien le dejaría su reino, se debate mucho lo que Alejandro respondió, algunos creen que dijo (krat’eroi) al más fuerte, otros creen que dijo (krater’oi) a Crátero uno de sus generales, esto es posible porque la pronunciación griega de las dos declaraciones difiere solo de un acento, muchos historiadores creen que Crátero era el prototipo perfecto para seguir el legado de Alejandro ya que mandaba en la parte más grande del ejército, lo único que en ese momento en que Alejandro dijo esas últimas palabras Crátero no estaba presente y los demás pudieron interpretar “al más fuerte” lo cierto es que al parecer Crátero no tenía mucho interés en el reino y al momento en que Alejandro muere sus generales se dividen el reino y lo que había sido un imperio unido llegó a convertirse en cuatro regiones que al cabo de poco tiempo se estaban peleando unas con otras.
Antípatro le correspondió Macedonia y Grecia. Antígono se quedó con Frigia y Lidia, Ptolomeo quedó en Egipto y Lisímaco quedó en Tracia.
Todos los familiares y herederos de Alejandro tanto como su madre Olimpia, su esposa Roxana, su hijo Alejandro quien no había nacido al morir su padre, su amante Barsine y su hijo Heracles fueron asesinados por Casandro lo que llevó a la extinción de la dinastía Argéada.
Mientras en Egipto la cultura helénica avanzaba a niveles sorprendentes al igual que en el resto del territorio conquistado, Ptolomeo viendo que estaba muy lejos de Macedonia y Grecia trató de hacer una biblioteca en Alejandría con el fin de darle valor y enfatizar la cultura griega, esta biblioteca comenzó su construcción a comienzos del siglo III aC y es posible que haya sido terminada y ampliada por Ptolomeo II Filadelfo, se dice que la biblioteca llegó a tener 900000 ejemplares de libros.
Bajo el mandato de Ptolomeo II Filadelfo 72 sabios judíos fueron enviados por el sumo sacerdote de Jerusalén, y trabajaron por separado en la traducción de los textos sagrados del pueblo judío. Según la misma leyenda, la comparación del trabajo de todos reveló que los sabios habían hecho un trabajo que coincidía de forma milagrosa, esta es la versión de la biblia en griego del Antiguo Testamento que se conoce hoy como la Biblia Septuaginta (LXX) muchos han llegado a pensar que la idea por la que se redactó la LXX fue para fortalecer la fe de los hebreos que para esa época vivían en la dispersión en Egipto, aunque también el hecho de que la orden de traducción haya sido dada por Ptolomeo significa que estaba buscando una versión en griego de los textos sagrados judíos.
Tras la muerte de Alejandro el territorio de Israel quedo en la frontera de lo que fue el territorio de Ptolomeo y Seléuco inicialmente los judíos se encontraban bajo el control de los Ptolomeos, pero luego de la batalla de Panias en 198 aC Israel pasó a estar bajo el dominio de los Seléucidas y su rey Antíoco.
Mientras que la alta esfera de la sociedad judía, junto con el resto de la población del mundo mediterráneo adoptó rápidamente la cultura helenista, la vasta mayoría de los judíos se mantuvieron fieles al judaísmo, este rechazo del estilo de vida helenista, más el hecho de que el territorio de Israel estaba en el medio de la frontera de dos imperios griegos hizo ver a los gobernantes seléucos que aquellos judíos que no adoptaban la cultura eran vistos como enemigos que apoyaban a los Ptolomeos al mismo tiempo muchos judíos que se habían helenizado queriendo ayudar solicitaron a los griegos incorporando al mismísimo rey Antíoco IV Epifanes al conflicto.
A mediados del siglo II aC Antíoco publicó un decreto que hasta ese entonces nunca se había publicado en todo el imperio griego, prohibió la enseñanza del judaísmo y su práctica el libro de los Macabeos de la literatura apócrifa de la Biblia lo narra de esta manera. “mucho después el rey mandó un senador ateniense para obligar a los judíos a abandonar la ley de sus padres y para que dejaran de vivir según la ley de Dios y también para profanar el templo de Jerusalén y llamarlo templo de Zeus olímpico.” Macabeos 6:1-2
Esta profanación consistió en sacrificar una cerda en el lugar santísimo del templo de Jerusalén y robarse todos los utensilios sagrados del templo.
Al mismo tiempo ordenaba que todos comieran carne de cerdo en Israel y todos los que se oponían eran asesinados, las mujeres que llevaban sus hijos a circuncidar al templo como decía la ley les mataban los hijos, por este tiempo muchos judíos murieron cuando desearon mantenerse firmes en sus principios. Estas brutales persecuciones provocaron la primera guerra religiosa – ideológica en la historia de Israel que se conoció como la rebelión de los Macabeos. La revuelta fue liderada por la familia sacerdotal de Matatías y sus cinco hijos de los cuales el más famoso de ellos fue Yehuda, (Tobías) contra todas las posibilidades lógicas el pequeño ejército venció al poderoso ejército griego, luego de tres años de batalla Jerusalén fue liberada. El templo que había sido profanado fue limpiado y dedicado nuevamente a Dios, fue durante este tiempo de limpieza y re dedicación que ocurrió el milagro de Janucha, un pequeño frasco de aceite utilizado por el sumo sacerdote para encender la menorah del templo que debería haber durado solo un día milagrosamente duró ocho días.
El conflicto se extendió durante varios años más y cobró la vida de muchos judíos incluyendo a Tobías Macabeo y varios de sus hermanos. Finalmente los griegos fueron vencidos y el judaísmo sobrevivió.
Esto fue lo que instituyó la fiesta del Janucha para los judíos que hasta hoy es una celebración anual en conmemoración a la luz del judaísmo que milagrosamente permaneció encendida, demostrando así que Dios siempre está presente cuando su pueblo permanece fiel a sus principios y es decidido aún a dar la vida por la causa del evangelio.

EL ARTE GRIEGO

El arte griego marca un referente para la civilización occidental que perdurará hasta nuestros días. Los modelos griegos de la antigüedad son tenidos como clásicos y los cánones escultóricos y los estilos arquitectónicos han sido recreados una y otra vez a lo largo de la historia de Occidente.
En cuanto a la pintura es necesario hacer referencia a la cerámica ya que precisamente en la decoración de ánforas, platos y vasijas cuya comercialización era un negocio muy productivo en la antigua Grecia, fue donde se comenzó a desarrollar el arte.
                      

Con el correr del tiempo estas se fueron enriqueciendo progresivamente hasta cobrar volumen. Aparecieron entonces los primeros dibujos de plantas y animales enmarcados por guardas denominados meandros. Con el reemplazo del punzón por el pincel los trazos se volvieron más exactos y detallistas.
Las primeras esculturas griegas (Siglo IX aC) fueron pequeñas figuras humanas hechas en materiales muy maleables tales como la arcilla, el marfil o la cera. No  fue hasta el periodo arcaico (Siglo VII – VI aC) que los griegos comenzaron a trabajar la piedra. Los motivos más comunes de las primeras obras eran sencillas, estatuas de muchachos (kouros) y muchachas (korés) de formas lisas y redondeadas, estas figuras plasmaban en la piedra una belleza ideal.
Con la llegada del clasicismo (siglos V-IV aC) la esta estatuaria griega fue tomando un carácter propio y abandonó definitivamente los primitivos patrones orientales. Gracias al estudio de las proporciones se pudo copiar fielmente la anatomía humana y los rostros ganaron definitivamente en expresividad y realismo.
                    

ARQUITECTURA
El templo fue sin lugar a dudas uno de los legados más importantes de la arquitectura griega a occidente. Era de forma bastante simple, una sala rectangular a la que se accedía a través de un pequeño pórtico (pronaos) y cuatro columnas que sostenían un techo bastante similar al actual tejado a dos aguas.
Entonces surgieron los primeros órdenes arquitectónicos: el dórico al sur en las costas del Peloponeso y el jónico al este. Los templos dóricos eran más bien bajos y macizos. Las gruesas columnas carecían de base y el fuste era acanalado. Las columnas sostenían en entablamento compuesto por un arquitrabe y un friso de triglifos y metopas.
La construcción jónica de mayores dimensiones, descansaba sobre una doble hilera de columnas, algo más estilizado, también de fuste canalado y con un sólido basamento. Más adelante en el periodo clásico (siglo V y IV aC) la arquitectura griega arribó a su máximo apogeo a los dos órdenes ya conocidos se le sumó el corinto con su típico capitel terminado en hojas de acanto.
Las formas se estilizaron aún más y más y se agregó una tercera hilera de columnas. El Partenón de Atenas es la más clara ilustración de este brillante periodo arquitectónico griego. En los tiempos de dominación helénica (siglo III aC) la construcción que conservó las formas básicas del clasicismo, alcanzó el punto máximo de la fastuosidad.




Bibliografía:
·         Aguado Bleye, Pedro (1935, 2ª edición). Curso de Historia para segunda enseñanza, tomo I. Madrid
·         El-Abbadí, Mustafá (1994). La antigua biblioteca de Alejandría: vida y destino. Traducido por José Luis García-Villalba Sotos. Madrid: Unesco. 
·         Rabi Ken Spiro Articulo “Alejandro Magno y los judíos”
·         Asimov, Isaac (1993) Historia de los egipcios [1967] (Capítulo 10: El Egipto ptolemaico
·         Lerner, Fred (1999). Historia de las bibliotecas del mundo: desde la invención de la escritura hasta la era de la computación. Traducido por Inés Frid. Buenos Aires: Troquel
·         Chirinos, Juan Carlos (2005). La reina de los cuatro nombres: Olimpia, Madre de Alejandro Magno. Madrid: Oberon
·         Levi, Peter. Grecia cuna de Occidente. Ediciones Folio S.A.

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