El príncipe pagano de Kiev adopta una nueva fe, guiando la cristianización de las personas en Ukrania, Rusia y Bielorrusia.
En 1988 el mundo cristiano celebró los mil años de cristianismo en Rusia. Aunque el año 988 dC fue en
efecto un año crucial para los cristianos en Rusia, no es muy exacto describir
ese año como el año del nacimiento del cristianismo en Rusia.
El cristianismo
había penetrado en efecto en Rusia para los primeros años de los novecientos,
cuando al menos una iglesia había sido construida en la ciudad de Kiev. En los
950, Olga la abuela de Vladimir, fue bautizada. Ella pidió al rey de Alemania
Otto I enviar misioneros a su país, pero aparentemente ellos no tuvieron mucho
éxito.
El nieto de Olga,
Vladimir practicó la vieja religión. Construyó un número de templos paganos y
fue reconocido por su crueldad y traición. Vladimir tenía ochocientas
concubinas y varias mujeres, y pasaba su tiempo cuando no había guerra cazando
y fiesteando. Vladimir difícilmente parecía ser el que expandiría el
cristianismo entre los ucranianos.
Comprando una iglesia
Vladimir
aparentemente quería unir el pueblo bajo una religión, por lo tanto, alrededor
de 988 dC, envió mensajeros a examinar las mayores religiones. Las opciones
eran Islam, Judaísmo, el Cristianismo
Católico de Europa Occidental y la Iglesia Ortodoxa de Europa Oriental. (Ya que
todavía no había una ruptura oficial entre la iglesia ortodoxa y el catolicismo
cristiano).
La historia de
cómo Vladimir seleccionó el cristianismo ortodoxo es en parte una leyenda, y en
parte una realidad. De acuerdo a la tradición, Vladimir no estaba de acuerdo
con las estrictas dietas del Islam y el Judaísmo. El cristianismo católico
estaba bien, pero lo que impresionó al gran príncipe fue la deslumbrante
adoración que sus embajadores describieron haber visto en la gran catedral de Hagia Sophia en Constantinopla: “No sabíamos dónde estábamos si en la tierra
o en el cielo, porque de seguro no existe esplendor y belleza en ningún otro
lugar sobre la tierra. No te lo podemos describir. Solo sabemos que Dios habita
allí entre los hombres, y que su servicio sobrepasa la adoración de todos los
lugares. No podemos olvidar esa belleza”.
Así Vladimir optó
por la ortodoxia, debido a su bella adoración. El nombre que Vladimir escogió
para la religión fue de hecho, Pravoslavia
una palabra que significa “verdadera adoración” o “gloria correcta”. La
Ortodoxia era además la religión de los más poderosos, adinerados y civilizados
de las naciones fronterizas con Rusia, el imperio bizantino. Y si Vladimir
estaba impresionado por la belleza de la Ortodoxia, también estaba impresionado
por otra belleza: Ana, hermana de los emperadores bizantinos Basilio II y
Constantino, quienes ofrecieron su hermana a Vladimir como novia con la
condición de que este fuera bautizado.
En 988 dC,
Vladimir fue bautizado. En 989 se casó con Ana. Ningún acta fue firmada de que
él estaba sometiendo la autoridad tanto política como religiosa al imperio
bizantino. Aunque adoptó la religión bizantina, la iglesia rusa fue siempre
independiente.
Forjando una iglesia nacional
De gran significación
para la historia de la iglesia, Vladimir ordenó entonces que todos los
habitantes de Kiev fueran al río Dnieper para ser bautizados o si no iban a ser
considerados enemigos del reino. Esto no quiere decir que la nación eslava se
hizo cristiana de la noche a la mañana. Pero con la ayuda de los monjes, la
nueva nación comenzó a ver la influencia del evangelio.
En el caso
personal de Vladimir, su estilo de vida fue claramente afectado. Cuando se casó
con Ana, puso a un lado sus otras cinco anteriores mujeres. No solamente
construyó iglesias, sino que también destruyó los ídolos, abolió la pena de
muerte, protegió a los pobres, estableció escuelas y se las arregló para vivir
en paz con sus naciones vecinas. En su lecho de muerte dio todas sus posesiones
a los pobres.
Siglos más tarde,
cuando Moscú, no Kiev, se hizo capital de Rusia, la iglesia ortodoxa rusa había
agarrado una fuerza tan grande que los habitantes de Moscú la consideraban una
tercera Roma, la nueva capital del imperio cristiano. Vladimir no sabía que
abrazando el cristianismo estaba pavimentando el camino para una república rusa
descrita por un escritor como “entre las más cristianas naciones del mundo, una
tierra con una rica historia de iglesias y monasterios, la fuente de origen de
numerosos reverenciados santos y mártires, con un querido y abundante legado de
música sagrada, iconografía, y literatura espiritual”.
Aun así la
Iglesia Ortodoxa Rusa se hizo tan estrechamente alineada con el régimen zarista
que fue grandemente desprevenida por la Revolución Bolchevique en 1917. Desde entonces,
la iglesia ha sufrido grandemente, pero continúa sobreviviendo. La historia de
la iglesia que traza sus raíces hasta el príncipe Vladimir aún no ha terminado.
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