Los Anabaptistas son los iniciadores de la “iglesia Libre:” El principio de separación de iglesia y estado era una noción inimaginable y radical cuando fue introducida por ellos. Al igual que su defensa por la libertad religiosa era considerada una forma de anarquía.
En los records de la corte del siglo XVI en el centro y sur de Alemania, Suiza y Austria se registra que existía una población de 12522 anabaptistas. La población del movimiento nunca fue muy grande, aun así, lograron manejar y poblar 2088 aldeas y villas en la mencionada región.
El protestantismo no hizo incursiones sin la ayuda de príncipes y poderes estatales. Desde el comienzo, el anabaptismo era un movimiento clandestino que perdió virtualmente todo su liderazgo en los primeros dos años.
Fue en parte, debido al anabaptismo, que las iglesias protestantes adoptaron el servicio de confirmación y los registros bautismales.
Un hombre que en el siglo XVI no bebiera hasta el exceso, o abusara de sus trabajadores o de si familia, podía levantar sospechas de ser un anabaptista y podría incluso hasta ser perseguido.
Los anabaptistas fueron los primeros reformadores en practicar la disciplina en la iglesia. Bajo su influencia el reformador Martín Bucer intentó, sin poder lograrlo, adoptar la disciplina en la iglesia de Estrasburgo. Tuvo éxito en convencer a Juan Calvino quien si tuvo éxito en establecer la disciplina en la iglesia de Geneva. Sin saberlo, cuando la confesión de fe anabaptista de Schleitheim fue formulada, Calvino la leyó en 1544 y concluyó con estas palabras “esta ingrata y desafortunada gente ha aprendido estas enseñanzas y otras de nosotros”. Calvino era un joven católico de solo 18 años cuando la confesión de fe de Schleitheim fue confeccionada.
Los descendientes directos de los anabaptistas hoy suman alrededor de 730000 en 57 países, con las mayores cifras en Norteamérica, Zaire, Indonesia y Rusia. Más de la mitad vive en países del tercer mundo. Hay 21 grupos distintos entre los cuales se encuentran los Menonitas, Amish, Huteritas, la Hermandad Menonita, y los Hermanos en Cristo.
Huyendo de su arresto el anabaptista Dirck Willems atravesó un lago congelado. Cuando su perseguidor cayó en el hielo, Willems renunció a su oportunidad de salvar su vida y regresó para salvar la vida de su perseguidor. Por esta razón fue capturado, apresado y quemado en la estaca en 1569.
Los Menonitas son el grupo más diverso entre los descendientes modernos de los anabaptistas. Comparten algunas ideas en común acerca de Cristo y el rechazo a portar armas, pero tienen una gran diferencia en su cosmovisión y estilo de vida y forma de vestir.
Los Amish se separaron de su hermandad suizo-alemana en 1693 tras un debate sobre la excomunión y evitamiento de los miembros excomulgados. Hoy los Amish son reconocidos por sus fuertes valores comunales reforzados por su non conformismo estricto hacia el mundo en asuntos de vestimenta, y el uso de la tecnología. Las comunidades Amish más grandes están ubicadas en Pensilvania, Ohio e Indiana.
Los Huteritas, que se originaron en Moravia en 1529, practican el cristianismo en comunidad. Visten sencillos y con un estilo influenciado por las costumbres del este de Europa. En la década de 1780 migraron a América y se asentaron en Dakota del Sur y más tarde en otras partes del oeste de Estados Unidos y Canadá.
La Hermandad Menonita tiene su origen en 1860 como una renovación del movimiento entre los menonitas holandeses en el sur de Rusia, pero han emigrado a Norteamérica, Paraguay y otros países. La Hermandad Menonita se distingue de los Menonitas, no en cuestiones de creencias, sino en la práctica del bautismo por inmersión, en vez de por aspersión.
Los Hermanos en Cristo se originan en Pensilvania en 1750 pero solo obtuvieron estatus oficial durante la guerra civil norteamericana cuando los hombres jóvenes fueron forzados a entrar al ejército. Eran nombrados “hermanos del río” en forma de burla por su costumbre de bautizar en los ríos.
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