Monday, February 24, 2014

El premilenialismo reciente






La última gran predicción.


“Los eventos de las décadas recientes han encendido la imaginación de una multitud de premilenialistas, especialmente Hal Lindsey”

“1970 dC. Hal Lindsey publica su libro: El último Gran Planeta Tierra”

Después de la Segunda Guerra Mundial, el premilenialismo alcanzó una escatología frenesí. Las bombas atómicas con incompresivos poderes destructivos y complejos sistemas de lanzamiento, no dejaron un lugar seguro para la amenaza de una aniquilación termonuclear. Israel fue establecido como un estado judío y exitosamente defendió su territorio durante las décadas consiguientes.
Además Estados Unidos y la Unión Soviética entraron en la Guerra Fría, en círculos evangélicos, esto era un retrato no de un conflicto geopolítico, sino de una lucha ideológica, el capitalismo contra el comunismo, la democracia contra la dictadura, la libertad contra la esclavitud. Y tales temas impregnaron la literatura profética que salió a la prensa desde los 1960 hasta los 1980.
Las estadísticas de maestros sensacionalistas proféticos emitieron esta cantidad de escritos y publicaciones, pero ninguno fue mejor que el conocido Hal Lindsey.

Suicidio y segunda venida.

Nacido en Houston, Texas, en 1929, Harold L. Lindsey, abandonó la Universidad de Houston para servir en la Guerra de Korea, luego trabajó como capitán de remolcador en el Río Mississippi. Cuando su primer matrimonio se desintegró, trató de ver el suicidio como una vía de escape, pero al contrario encontró un Nuevo Testamento del bando de Gedeón y fue convertido. Lindsey se volvió un ávido lector de las Escrituras, particualmete las secciones proféticas, lo que lo convencieron de que la Biblia era realmente la Palabra de Dios.
Aunque no graduado de la Universidad entró en el Seminario Teológico de Dallas en 1958, con la ayuda del coronel Robert Thieme, pastor de la Iglesia Berachah en Houston donde Lindsey asistía y así se graduó de teología. Además conoció su segunda esposa, Jan, y se hizo misionero para la “Campus Crusade for Christ” dando conferencias a los estudiantes de colegios y universidades por toda Norte América.
A finales de 1960 Lindsey comenzó a reunir sus notas de conferencias en un libro que hizo su nombre famoso en todo el mundo: El último gran planeta Tierra, el cual rápidamente se volvió en uno de los mejores best sellers de no ficción de los 1970 el cual fue traducido a más de cincuenta idiomas, y del cual se vendieron más de treinta y cinco millones de copias. Lindsey incluso hizo una película del libro narrada por Orson Welles.

La generación es la llave

El Ultimo Gran Planeta Tierra y sus doce continuaciones tratan específicamente con las señales de los tiempos, que forman el rompecabezas de los eventos de los últimos tiempos: la creación del estado de Israel en 1948, la reconstrucción de Jerusalén en 1967, el surgimiento de Rusia y la confederación árabe ataviados contra Israel, el poder militar en el Asia Oriental, la integración europea, el surgimiento de las prácticas oscuras en Babilonia, la apostasía de la iglesia Cristiana, el movimiento hacia un mundo de religión única y gobierno y la decadencia de Estados Unidos como una potencia mundial.
Lindsey profetizó que el anticristo encabezará un imperio romano comprometido con la comunidad europea, el templo judío sería reconstruido y la confederación árabe – Africana asaltaría Palestina seguido de la más grande invasión de la región por Rusia. Entonces la alianza europea después de haber derrotado a los rusos sería atacada por un ejército de doscientos millones de asiáticos. En esta batalla de Armagedón, un intercambio nuclear mataría a la tercera parte de la población del planeta, pero tan pronto como la batalla llegara a su punto más alto, Cristo repentinamente aparecería deteniendo las hostilidades y protegiendo a los creyentes de la total destrucción.
El punto crítico de este escenario es el concepto de Lindsey de la “generación” de Mateo 24 (esta generación no pasará hasta que estas cosas acontezcan). El definió que una generación bíblica estaba compuesta de cuarenta años y concluyó con que “todas estas cosas” deberían acontecer dentro de los próximos cuarenta años después de la fundación del estado de Israel. Así que él predijo el regreso de Cristo para 1988 y el rapto de la iglesia siete años antes que sería en 1981.
Para 1997, Lindsey ya había cambiado su predicción del regreso de Cristo, pero siguió retratando los escritos de Apocalipsis como “un testigo visual de los eventos del siglo XX y XXI” Lindsey continuó argumentando que a Juan se le mostró el futuro y después fue llevado de nuevo al primer siglo para escribir un testigo visual que constara para los terríficos tiempos futuros. El iba a hacer esto en “símbolos codificados” y que ahora el tiempo había llegado para decodificar estas profecías, que se requería un cristiano guiado por el Espíritu Santo para ser capaz de interpretarlas.

El surgimiento de los Iluminati

La decadencia y la caída del comunismo trajo para Lindsey y sus seguidores premilenialistas tales como: Jerry Falwell y Pat Robertson un monumental problema. Casi sin excepción ellos habían identificado a Rusia como Gog y Magog y específicamente el “Rosh” mencionado en Ezequiel 38. El colapso de la Unión Soviética les llevó a percibir una nueva conspiración: “El Nuevo Orden Mundial”
Pat Robertson por ejemplo, argumentó que hombres de Buena voluntad como Woodrow Wilson, Jimmy Carter, y George Bush, sin darse cuenta y sin saberlo llevaron a cabo la “cábala misión muy unida que tiene como objetivo nada más y nada menos que un nuevo orden para la raza humana bajo la dominación de Lucifer y sus seguidores”
Robertson comienza con la pequeña y secreta sociedad conocida como los Iluminati, fundada en 1776 y muestra como estos hombres de dinero incitaron las guerras mundiales y la Guerra Fría para canalizar el dinero de los pagadores de impuestos hacia ellos mismos. Los Estados Unidos fueron empujados a una confederación internacional, que es en realidad una covertura para el surgimiento del poder del anticristo.
La fascinación con las predicciones del fin de los tiempos parecían haber escalado a medida que el Segundo milenio se iba cerrando. Dos ejemplos: Harold Camping , presidente de Family Radio, en su libro “1994?” predijo que el mundo debería acabarse en septiembre de ese mismo año; y Grant R. Jeffrey, author de “Armagedón: Designación con destino” sugiere que el 2000 es la fecha de la probable terminación del mundo.


Robert Clouse.

Friday, February 21, 2014

El milenialismo Pentecostal: Los segundos oponentes.





“1901 dC. Agnes Ozman dice milagrosamente habler hablado en chino”
“Al principio el don de lenguas significó una cosa: Jesús estaba viniendo en breve”
Por Vinson Synan.

En los primeros dias del siglo XX, un grupo de estudiantes del instituto bíblico de Kansas echaron mano de la oración hecha por Agnes Ozman, quien había dicho ser bautizada por el Espíritu Santo con la señal de haber hablado en lenguas. En lo que fue llamado más tarde “el toque que se sintió alrededor del mundo”. La muchacha de treinta años mientras estaba rodeada su cabeza  y su cara por una aureola comenzó a hablar en idioma chino.
Con esto, el movimiento Pentecostal que hoy tiene mas de medio billón de seguidores, comenzó a tomar lugar en nuestra historia.  Pero a pesar de la asociación del movimiento con el don de lenguas, desde aquella reunión de oración, los primeros pentecostales eran menos un movimiento del don de lenguas y más un movimiento de “Jesús viene pronto”

Las lenguas misioneras de Topeka.

En Topeka el pentecostalismo surgió en una atmósfera de expectación milenial. Después que Ozman habló en lenguas, su profesor Charles Fox Parham y muchos de los otros estudiantes también experimentaron el don de lenguas. En un corto plazo, Parham formuló la doctrina de que las lenguas eran una evidencia del bautizmo del Espíritu Santo. También creyó que las lenguas eran idiomas terrenales conocidos, que cualquier misionero podía instantaneamente usar para cosechar la última ciega de almas antes del inminente rapto premilenial de la iglesia.
“He sentido por años que cualquier misionero que vaya a tierras extranjeras, debería predicar en el idioma de los nativos” escribió Parham, “Cualquiera debería estar capacitado hoy para hablar cualquier lenguaje del mundo si han tenido el suficiente sentido común para dejar a Dios que use su lengua y su garganta”.
Parham no fue el primer en indentificar las lenguas como una señal del bautismo del Espíritu, tan temprano como en los 1830 el pastor presbiteriano escocés Edward Irving y un grupo de evangélicos ingleses habían predicho la restauración de las lenguas (así como los otros dones del Espíritu) como símbolos de los tiempos finales.
El 20 de abril de 1830 en la primer ejemplo registrado de los tiempos modernos James McDonald habló en lenguas, y sus hijos mellizos interpretaron: “He aquí El viene, Jesús viene, un Jesús que llora” de hecho, casi todas las interpretaciones subsecuentes en Inglaterra se centraron en el tema “El Señor viene pronto, estén listos para recibirle”.
John Nelson Darby quien desarrolló la escatología dispensacional enfatizó el rapto, fueron los amigos de Irving y sus ideas las que estaban sostenidas por muchos líderes religiosos “cada experiencia Pentecostal completamente desarrollada debe incluir esta expectación de la venida del Rey” decía uno de estos líderes.
No fue mucho tiempo después que los seguidores de Parham comenzaron a ser preparados para usar su xenoglossolalia en los campos misioneros. “Tenemos muchos misioneros en los campos, que tienen el don de lenguas, queines no solo hablan en idioma y entienden a los nativos sino que también usan las lenguas inteligentemente, esto se ha convertido en un don para ellos” declaró Parham.

Embelezada la calle Azusa.

En 1906 el centro del avivamiento Pentecostal cambió de Parham a uno de sus estudiantes, William J. Seymour, un predicador de la raza negra de Texas, quien fue a Los Angeles a esparcir el fuego Pentecostal. En una campaña misionera en la calle Azusa manifestaciones de lenguas y sanidades llamaron la atención de miles de visitantes de todo el mundo. Como en Topeka, la interpretación fue que Cristo estaba pronto a regresar y que las lenguas eran un presagio de esta venida.
Las manifestaciones de lenguas e interpretaciones en la calle Azusa eran unánimes en su énfasis concerniente al rapto. En septiembre de 1906, por ejemplo, Anna Hall profetizó: “He venido a decirles que Jesús viene, vayan en mi nombre… mi pueblo solo tiene tiempo para ponerse los bellos vestidos y prepararse para las bodas y la cena en los cielos”
Seymour mismo se unió al entusiasmo escatológico escribiendo en su “Fe Apostólica” en enero de 1907: “Estamos escuchando ahora el sonido de las ruedas de los carros… estamos viviendo ahora en la caída de la tarde de esta dispensación, cuando el Espíritu Santo nos está guiando a nosotros la novia de Cristo, a encontrarnos con el en las nubes”.

El ticket de entrada al rapto.

En estos tempranos días, los pentecostales comunmente creían que las lenguas eran evidencia del sello del Espíritu Santo, calificando a los creyentes para las bodas del Cordero. Muchos apelaban que esto era el cumplimiento de la parábola de las diez vírgenes en Mateo 25. Por décadas los predicadores pentecostales alertaron a sus congregaciones del peligro de no hablar lenguas, lo cual era una necesaria experiencia para irse en el rapto.
Uno de estos predicadores fue George Floyd Taylor quien escribió en 1907 en su libro “El Espíiritu y la novia” que: “los sellados deberían ser los misioneros triunfantes de la última generacion de la humanidad”. En la conclusión Taylor criticó “el clérigo erudito, y los oficiales del alto campanario, con sombreros de tiro alto, abrigos limpios, zapatos de moda y bastones de mango dorado, de caras largas con y semblantes lúgubres y suspiros profundos, que se consultaban unos a otros, en como alcanzar a las masas”. “…ellos están diecinueve siglos detrás del tiempo, el problema fue resuelto en Pentecostés”
Después de pocos fiascos misioneros, pocos reclamaron haber sido creados para las lenguas misioneras, pero aún asi muchos eran alcanzados y alrededor del mundo  el mensaje gritado desde los techos de las casas era: Jesús viene pronto los que escuchaban fueron advertidos a estar seguros de que estaban entre los convidados a las bodas, entre los que habían sido santificados y llenos con el Espíritu Santo.

Después de 1910 cuando se volvía crecientemente claro que, de hecho, los misioneros no tenían ningún don milagroso de lenguas, los pentecostales comenzaron a ver más las lenguas como una evidencia del bautismo del Espíritu Santo y como un lenguaje para el tiempo devocional.

Monday, February 10, 2014

El premilenialismo dispensacional: La era Dispensacionalista.





“1878 Fundamentalistas firman el “Credo de Niagara” el cual incluye enseñanzas premilenialistas”

“Como una otrora ridícula idea comenzó a dominar el mundo evangélico”.

La creencia del regreso personal de Cristo a establecer su reino terrenal, en otras palabras, el premilenialismo, siempre ha ganado adherentes, pero muy pocas personas para los 1800 se imaginaban que que esta creencia atraería a más de un puñado.
Todavía para 1875 un nuevo tipo de premilenialismo llamado dispensacionalismo se comenzó a espandir, debido a la desconcertante historia reciente del premilenialismo en los Estados Unidos (ver artículos anteriores) este reavivamiento no fue nada más y nada menos que maravilloso.
El nuevo premilenialismo vino a los Estados Unidos seguido de la Guerra Civil, después de un florecimiento en Gran Bretaña entre la hermandad de Plymouth. Uno de los más notados maestros de la hermandad fue John Nelson Darby (1800-1882) un ex-predicador de la Iglesia Anglicana de Irlanda, quien desarrolló una nueva variedad de premilenialismo futurista. El mismo lo llamó con el nombre de Dispensacionalimso, debido a la división de la historia en dispensaciones o eras.
“Estos períodos o eras son marcadas en las Escrituras por el cambio en los métodos de Dios en el trato con la humanidad en realación a dos eventos: el pecado y la responsabilidad del hombre” según explica C. I. Scofield, quien popularizó el sistema de creencia de Darby en América. “Cada dispensación debe ser considerada como una nueva prueba para el hombre natural y cada una termina con un juicio marcando un fracaso total en cada dispensación”.
Los dispensacionalistas son quisquillosos en los números y nombres de las dispensaciones, pero muchos dispensacionalistas americanos siguieron el sistema de siete dispensaciones de Scofield: Inocencia (antes de la caída), Consciencia (de la caída al diluvio), Gobierno Humano, promesa (desde Abraham hasta Moisés) Ley (de Moisés a Cristo), Gracia (la era de la iglesia), y el reino (el milenio).
No había nada especialemente radical en dividir la historia en períodos. Lo que hacía diferentes a los dispensacionalistas de todos los demás grupos era su nuevo método de interpretación bíblica. Todo en el sistema dispensacionalista parece descansar en la convicción de que Dios tiene dos planes completamente diferentes operando en la historia: uno para el pueblo terrenal, Israel y otro para el pueblo celestial, la iglesia.
Para Darby el plan para el pueblo terrenal de Dios había sido revelado a través de una serie de pactos con la nación de Israel: el pacto incondicional abrahámico, el pacto orientado en la ley mosaica, el pacto real davídico, y un nuevo pacto mesiánico.
Hasta la venida del Mesías, sin embargo, el pueblo terrenal de Dios debería sufrir la dominación de los gentiles profetizada por Daniel. Esta hegemonía gentil debería terminar con la venida del Mesías, setenta semanas después que uno de los gobernadores gentiles lanzara un decreto permitiendo a los judíos regresar a Jerusalén para reparar las murallas derribadas. Pero cuando los judíos rechazaron a Cristo como su Mesías, Dios suspendió el calendario o reloj profético al final de la semana sesenta y nueve de Daniel y comenzó a construir un nuevo pueblo celestial, la iglesia.

Arrebatando la doctrina.

Los dispensacionalistas estaban convencidos de que Dios no lidiaría con los dos pueblos de manera concurrente, por lo tanto, parecía necesario que Dios removiera la iglesia antes de proceder con el plan final para Israel. Esto llevó al dispensacionalismo a su más controversial y distintiva doctrina: el inminente, secreto y en cualquier momento rapto pretribucional de la iglesia.
Los primeros premilenialistas creyeron que el rapto debería ocurrir al final de la gran tribulación, con la segunda venida de Cristo. Pero los dispensacionalistas separaron el rapto (cuando Cristo vendrá por sus santos) de la segunda venida (cuando Cristo vendrá con sus santos).
Una vez que el pueblo celestial de Dios haya sido raptado, creía Darby, el guión divino estaría llegando a su cuenta final. Se levantaría el anticristo, Cristo y sus santos irrumpirían en las nubes y destruirían al anticristo y sus seguidores en una batalla (la segunda venida) las naciones del mundo serían juzgadas y Satanás sería arrojado en el lago de fuego. Entonces con la consumación de la semana setenta de Daniel, el victorioso Mesías restauraría el trono de David y comenzaría el reino milenial seguido por el juicio final y los cielos nuevos y la nueva tierra. Y así las siete dispensaciones llegarían a su fin.

El frente unido.

Los primeros adherentes al dispensacionalismo se tuvieron que sobreponer a serios problemas en las relaciones públicas, especialmente al establecer sus creencias evangélicas. Por varias décadas muchos evangélicos no consideraban al dispensacionalismo ortodoxo, eventualmente, sin embargo, el surgimiento del liberalismo teologíco forzó a muchos evangélicos conservados a lograr una unión defensiva en forma de alianza.
Un ejemplo clave es el movimiento de conferencias bíblicas. Mientras Darby estaba plantando su semilla en suelo americano un grupo de conservadores, incluyendo premilenialistas, fundaron las Reuniones para el Estudio Bíblico de Creyentes, los que eventualmente establecieron su sede en Niágara en el Lago Ontario y le cambiaron el nombre por Conferencia Bíblica de Niagara, estos se reunían por dos semanas cada verano, conscientes de que se mantenían firmes en creer lo que otros comenzaban a negar.
Los premilenialistas rápidamente asumieron el liderazgo de las Conferencias de Niagara. James Brookes presidió por más de veinte años y fue el primer responsable de la elaboración del Credo de Niagara en 1878. En adición a este endamiaje en el premilianialismo, el cual dio una pausa a muchos partidarios de Niagara, el credo afirmaba distintivos tradicionales evangélicos, tales como la autoridad de la Biblia y la absoluta necesidad de la conversión personal a Cristo.
Mientras tanto, varios dispensacionalistas buscaban enfocarse en los temas profécitos. Así la Primera Conferencia de Profecía y Biblia en América tuvo lugar en Nueva York en 1878, y fue tan exitosa que le siguieron otras seis más con el mismo énfasis. Aquellos que convocaron la conferencia notaron que “cuando por cualquier causa alguna doctrina vital de la Palabra de Dios hubiera caído en negación o contradicción o desaprobación, sería un serio deber para aquellos que sostuvieran dicha doctrina traerla a la comprensión y aceptación del pueblo de Dios.

El solitario antídoto del liberalismo.

Con el incremento de credibilidad y aceptación entre los diferentes grupos, los dispensacionalistas comenzaron a ser un poco más atrevidos y reclamaron hacer suyas distintivas y extraordinarias doctrinas. Reuben A. Torrey, quien fuera el succesor de D. L. Moody en el circuito del avivamiento, dijo que las creencias premilenialistas de la segunda venida eran la cura definitiva para la infidelidad teológica y el impregnable baluarte contra los falsos cultos.
“La verdad concerniente a la segunda venida de Cristo es la garantía contra todas las corrientes heréticas, errores y falsedades… es remarcable como todas las formas de doctrnias erradas tocan la doctrina de la segunda venida de Cristo y son destrozadas por la verdad revelada al respecto en las Escrituras”
William Bell Riley quien eventualmente guió el fundamentalismo en Minnesota, llamó al premilenialismo “el suficiente si no el solitario antídoto para la presente apostasía”. Para llegar a la posición dispensacionalista uno tenía que interpretar la Biblia literalmente y así asegurarse de haber comprendido las otras doctrinas esenciales de la fe de igual manera.
Naturalmente cuando los premilenialistas decías tales cosas, irritaban a muchos aliados evangélicos conservados que pensaban que podían llevarse bien con ellos sin tener porque ser dispensacionalistas. El profesor del Seminario de Princeton A. A. Hodge quien tenía una doctrina de la inerrancia de la Biblia que muchos dispensacionalistas desposaron, llamó el rapto pretribucional de la iglesia “una teoría antibíblica e improbable”
J. Gresham Machen el líder de los presbiterianos conservadores en los 1920 demostró las ambivalentes actitudes de muchos evangélicos: “él escribió que el renacimiento del premilenialismo en las Iglesias modernas causa un serio problema que está acoplado, creemos, con un falso método de la interpretación de las Escrituras, que a la larga será solo productivo para perjudicar, sin embargo, cuan grande es nuestro acuerdo con aquellos que sostienen el punto de vista premilenial”
Tales críticas siempre picaban a los premilenialistas quienes estaban orgullosos de tener un recto sentido común de leer la Biblia. Aunque ellos participaban en las alianzas conservadas evangélicas, había veces en las que los premilenialistas se sentían solitarios, aislados e inapreciados. Se guste o no en una era cuando la verdad de la doctrina era muchas veces juzgada por la compañía que la mantenía, el dispensacionalismo, entonces tuvo que defender su doctrina mostrando a aquellos que creían en él.

Líderes fundados y creados.

Los premilenialistas pudieron apuntar a un número de respetados y prominentes líderes evangélicos dentro de su movimiento. El avivador D. L. Moody, fue uno de los primeros convertidos en casi todo el mundo a finales del siglo al premilenialismo (aunque no un muy dispensacionalista doctrinario). Casi todos los grandes renovadores desde su época hasta la Primera Guerra Mundial adoptaron su escatología.
Los premilenialistas pudieron también apuntar a un pequeño grupo de líderes en el mundo de las misiones dentro del movimiento, pero con mucho, los más importante símbolos de la respetabilidad del dispensacionalismo fueron los prominentes pastores que dieron a sus congregaciones una dosis estable del nuevo premilinialismo.
Desde el principio los dispensacionalistas idearon una forma de producir un flujo constante de nuevo liderazgo a través del movimiento de los institutos bíblicos, el cual ayudaron a establecer a finales del siglo XIX como cobertura contra la teología liberal.
Casi sin excepción las puntuaciones de institutos bíblicos fundados entre 1880 y 1940 enseñaron el nuevo premilenialismo. A través de los ministerios de los graduados de estas escuelas, pastores, evangelistas, maestros de Biblia, misioneros, maestros de jóvenes, el dispensacionalismo se difundió.

Tradicionalistas con un toque.

El dispensacionalismo se difundió también porque sus defensores estaban dispuestos a demostrar algunas claras continuidades con las prácticas y creencias evangélicas tradicionales. Primero fue su compromiso con la Biblia. En un tiempo cuando los conservadores estaban cada vez más interesados en el alto criticismo en la Biblia, los premilenialistas se mantuvieron firmes en la inerrancia y la autoridad bíblica.
Además, los premilenialistas mantenían que cualquiera podía leer la Biblia y entenderla. Los maestros dispensacionalistas estaban de acuerdo en que el texto bíblico era mejor estudiado de forma inductiva, eliminando los prejuicios y escollos personales de la interpretación subjetiva de la cual los liberales eran culpables.
Todavía los maestros premilenialistas de Biblia insistían que uno no podía hacer justicia ya sea de un cuadro grande de la Biblia o de una parte más pequeña, sin una firme comprensión de la verdad dispensacional. Irónicamente por encima de su método inductivo establecieron un sistema dispensacional enormemente complejo y forzaron el contenido de la Biblia a que pasara a través de esas rejillas. Segundo el premilenialismo fue leal a la doctrina apostólica. Para el rango y archivo evangélico la fe era “dada una vez para todos los santos” durante el tiempo de los apóstoles. Así la tarea de la iglesia en cada era debía ser simplemente reafirmar lo que los apóstoles enseñaron y sus palabras eran solo encontradas en la Biblia.
Ya que la Biblia claramente contenía pasajes acerca del regreso apocalíptico de Cristo, esto debería ser completamente suficiente para los cristianos en los tiempos modernos. Tercero el premilenialismo también siguió el abierto supernaturalismo de la tradición evangélica. Mientras los liberales estaban inquietos acerca del punto de vista del mundo supernatural, la afirmación dispensacionalista de lo supernatural era solo lo que muchos protestantes estaban buscando recibir. En vez de poner a Dios dentro del proceso evolutivo histórico, los premilenialistas seguían creyendo en un Dios que estaba fuera de la historia y destinado a intervenir en ella pronto.

¿Para bien o para mal?

Para finales del siglo XIX el premilenialismo se volvió mucho mas creíble que el postmilenialismo. A los ojos de muchas personas los eventos recientes señalaban tiempos peores y no mejores.
Howard Pope, quien fuera superintendente del Instituto Bíblico Moody fue entrenado como un postmilenialista en Yale, pero sus estudios en misiones y crecimiento de la población mundial lo convencieron de que el mundo no se estaba convirtiendo a Cristo, como él había sido enseñado, por eso se convirtió al punto de vista premilenial tan rápido como Saul fue convertido a Cristo, dijo una vez.
Otros expostmilenialistas dijeron lo mismo, se estaba volviendo cada vez peor leer las noticias matutinas de los periódicos y creer que el milenio estaba a la vuelta de la esquina. Lo que se veía inevitable en los 1830, la cristianización de la nación y del mundo a través del éxito del avivamiento y la reforma ya no se veía posible al no ser por una intervención milagrosa de Jesús mismo.
Los premilenialistas hicieron de muchas de las corrientes y problemas de la sociedad una interpretación que ellos llamaron “señales de los tiempos”. La corrupción política, la pornografía, el abuso escolar, el surgimiento de los monopolios, el trabajo sin descanso, la profanación del día del Señor por inmigrantes, la mundanería en las Iglesias, la teología liberal, los conflictos internacionales, los incendios forestales, terremotos, avivamientos, el surgimiento de sectas como La Ciencia Cristiana y Los Testigos de Jehová, la polio, influenza, enfermedades, los cambios bruscos del clima, el surgimiento del Zionismo, el hundimiento del Titanic, el particionamiento de Europa después de la Primera Guerra Mundial, la radio, y otros incontables eventos y tendencias eran vistas como pruebas de que el premilenialismo estaba en lo cierto y que el fin de una era estaba acercándose rápidamente, eventualmente hasta sus dectractores se dieron cuenta de que el premilenialismo parecia plausible.
Todavía el crecimiento del premilenialismo no puede ser explicado por motivos meramente ambientales. No puede haber una explicación adecuada de como el movimiento buscó mantener elementos importantes de la antigua tradición evangélica


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