“1878 Fundamentalistas firman el “Credo de Niagara” el cual incluye
enseñanzas premilenialistas”
“Como una otrora ridícula idea comenzó a dominar el mundo evangélico”.
La creencia del regreso personal
de Cristo a establecer su reino terrenal, en otras palabras, el premilenialismo,
siempre ha ganado adherentes, pero muy pocas personas para los 1800 se
imaginaban que que esta creencia atraería a más de un puñado.
Todavía para 1875 un nuevo tipo
de premilenialismo llamado dispensacionalismo se comenzó a espandir, debido a
la desconcertante historia reciente del premilenialismo en los Estados Unidos
(ver artículos anteriores) este reavivamiento no fue nada más y nada menos que
maravilloso.
El nuevo premilenialismo vino a
los Estados Unidos seguido de la Guerra Civil, después de un florecimiento en
Gran Bretaña entre la hermandad de Plymouth. Uno de los más notados maestros de
la hermandad fue John Nelson Darby (1800-1882) un ex-predicador de la Iglesia
Anglicana de Irlanda, quien desarrolló una nueva variedad de premilenialismo
futurista. El mismo lo llamó con el nombre de Dispensacionalimso, debido a la división
de la historia en dispensaciones o eras.
“Estos períodos o eras son
marcadas en las Escrituras por el cambio en los métodos de Dios en el trato con
la humanidad en realación a dos eventos: el pecado y la responsabilidad del
hombre” según explica C. I. Scofield, quien popularizó el sistema de creencia
de Darby en América. “Cada dispensación debe ser considerada como una nueva
prueba para el hombre natural y cada una termina con un juicio marcando un fracaso
total en cada dispensación”.
Los dispensacionalistas son
quisquillosos en los números y nombres de las dispensaciones, pero muchos
dispensacionalistas americanos siguieron el sistema de siete dispensaciones de
Scofield: Inocencia (antes de la caída), Consciencia (de la caída al diluvio),
Gobierno Humano, promesa (desde Abraham hasta Moisés) Ley (de Moisés a Cristo),
Gracia (la era de la iglesia), y el reino (el milenio).
No había nada especialemente
radical en dividir la historia en períodos. Lo que hacía diferentes a los
dispensacionalistas de todos los demás grupos era su nuevo método de
interpretación bíblica. Todo en el sistema dispensacionalista parece descansar
en la convicción de que Dios tiene dos planes completamente diferentes operando
en la historia: uno para el pueblo terrenal, Israel y otro para el pueblo
celestial, la iglesia.
Para Darby el plan para el pueblo
terrenal de Dios había sido revelado a través de una serie de pactos con la
nación de Israel: el pacto incondicional abrahámico, el pacto orientado en la
ley mosaica, el pacto real davídico, y un nuevo pacto mesiánico.
Hasta la venida del Mesías, sin
embargo, el pueblo terrenal de Dios debería sufrir la dominación de los
gentiles profetizada por Daniel. Esta hegemonía gentil debería terminar con la
venida del Mesías, setenta semanas después que uno de los gobernadores gentiles
lanzara un decreto permitiendo a los judíos regresar a Jerusalén para reparar
las murallas derribadas. Pero cuando los judíos rechazaron a Cristo como su
Mesías, Dios suspendió el calendario o reloj profético al final de la semana
sesenta y nueve de Daniel y comenzó a construir un nuevo pueblo celestial, la
iglesia.
Arrebatando la doctrina.
Los dispensacionalistas estaban
convencidos de que Dios no lidiaría con los dos pueblos de manera concurrente,
por lo tanto, parecía necesario que Dios removiera la iglesia antes de proceder
con el plan final para Israel. Esto llevó al dispensacionalismo a su más
controversial y distintiva doctrina: el inminente, secreto y en cualquier
momento rapto pretribucional de la iglesia.
Los primeros premilenialistas
creyeron que el rapto debería ocurrir al final de la gran tribulación, con la
segunda venida de Cristo. Pero los dispensacionalistas separaron el rapto
(cuando Cristo vendrá por sus santos) de la segunda venida (cuando Cristo
vendrá con sus santos).
Una vez que el pueblo celestial
de Dios haya sido raptado, creía Darby, el guión divino estaría llegando a su
cuenta final. Se levantaría el anticristo, Cristo y sus santos irrumpirían en
las nubes y destruirían al anticristo y sus seguidores en una batalla (la
segunda venida) las naciones del mundo serían juzgadas y Satanás sería arrojado
en el lago de fuego. Entonces con la consumación de la semana setenta de
Daniel, el victorioso Mesías restauraría el trono de David y comenzaría el
reino milenial seguido por el juicio final y los cielos nuevos y la nueva
tierra. Y así las siete dispensaciones llegarían a su fin.
El frente unido.
Los primeros adherentes al
dispensacionalismo se tuvieron que sobreponer a serios problemas en las
relaciones públicas, especialmente al establecer sus creencias evangélicas. Por
varias décadas muchos evangélicos no consideraban al dispensacionalismo
ortodoxo, eventualmente, sin embargo, el surgimiento del liberalismo teologíco forzó
a muchos evangélicos conservados a lograr una unión defensiva en forma de
alianza.
Un ejemplo clave es el movimiento
de conferencias bíblicas. Mientras Darby estaba plantando su semilla en suelo americano
un grupo de conservadores, incluyendo premilenialistas, fundaron las Reuniones
para el Estudio Bíblico de Creyentes, los que eventualmente establecieron su
sede en Niágara en el Lago Ontario y le cambiaron el nombre por Conferencia
Bíblica de Niagara, estos se reunían por dos semanas cada verano, conscientes
de que se mantenían firmes en creer lo que otros comenzaban a negar.
Los premilenialistas rápidamente
asumieron el liderazgo de las Conferencias de Niagara. James Brookes presidió
por más de veinte años y fue el primer responsable de la elaboración del Credo
de Niagara en 1878. En adición a este endamiaje en el premilianialismo, el cual
dio una pausa a muchos partidarios de Niagara, el credo afirmaba distintivos
tradicionales evangélicos, tales como la autoridad de la Biblia y la absoluta
necesidad de la conversión personal a Cristo.
Mientras tanto, varios
dispensacionalistas buscaban enfocarse en los temas profécitos. Así la Primera
Conferencia de Profecía y Biblia en América tuvo lugar en Nueva York en 1878, y
fue tan exitosa que le siguieron otras seis más con el mismo énfasis. Aquellos que
convocaron la conferencia notaron que “cuando por cualquier causa alguna
doctrina vital de la Palabra de Dios hubiera caído en negación o contradicción
o desaprobación, sería un serio deber para aquellos que sostuvieran dicha doctrina
traerla a la comprensión y aceptación del pueblo de Dios.
El solitario antídoto del liberalismo.
Con el incremento de credibilidad
y aceptación entre los diferentes grupos, los dispensacionalistas comenzaron a
ser un poco más atrevidos y reclamaron hacer suyas distintivas y extraordinarias
doctrinas. Reuben A. Torrey, quien fuera el succesor de D. L. Moody en el
circuito del avivamiento, dijo que las creencias premilenialistas de la segunda
venida eran la cura definitiva para la infidelidad teológica y el impregnable
baluarte contra los falsos cultos.
“La verdad concerniente a la
segunda venida de Cristo es la garantía contra todas las corrientes heréticas,
errores y falsedades… es remarcable como todas las formas de doctrnias erradas
tocan la doctrina de la segunda venida de Cristo y son destrozadas por la
verdad revelada al respecto en las Escrituras”
William Bell Riley quien
eventualmente guió el fundamentalismo en Minnesota, llamó al premilenialismo “el
suficiente si no el solitario antídoto para la presente apostasía”. Para llegar
a la posición dispensacionalista uno tenía que interpretar la Biblia
literalmente y así asegurarse de haber comprendido las otras doctrinas esenciales
de la fe de igual manera.
Naturalmente cuando los
premilenialistas decías tales cosas, irritaban a muchos aliados evangélicos
conservados que pensaban que podían llevarse bien con ellos sin tener porque
ser dispensacionalistas. El profesor del Seminario de Princeton A. A. Hodge
quien tenía una doctrina de la inerrancia de la Biblia que muchos
dispensacionalistas desposaron, llamó el rapto pretribucional de la iglesia “una
teoría antibíblica e improbable”
J. Gresham Machen el líder de los
presbiterianos conservadores en los 1920 demostró las ambivalentes actitudes de
muchos evangélicos: “él escribió que el renacimiento del premilenialismo en las
Iglesias modernas causa un serio problema que está acoplado, creemos, con un
falso método de la interpretación de las Escrituras, que a la larga será solo productivo
para perjudicar, sin embargo, cuan grande es nuestro acuerdo con aquellos que
sostienen el punto de vista premilenial”
Tales críticas siempre picaban a
los premilenialistas quienes estaban orgullosos de tener un recto sentido común
de leer la Biblia. Aunque ellos participaban en las alianzas conservadas
evangélicas, había veces en las que los premilenialistas se sentían solitarios,
aislados e inapreciados. Se guste o no en una era cuando la verdad de la
doctrina era muchas veces juzgada por la compañía que la mantenía, el
dispensacionalismo, entonces tuvo que defender su doctrina mostrando a aquellos
que creían en él.
Líderes fundados y creados.
Los premilenialistas pudieron
apuntar a un número de respetados y prominentes líderes evangélicos dentro de
su movimiento. El avivador D. L. Moody, fue uno de los primeros convertidos en
casi todo el mundo a finales del siglo al premilenialismo (aunque no un muy
dispensacionalista doctrinario). Casi todos los grandes renovadores desde su
época hasta la Primera Guerra Mundial adoptaron su escatología.
Los premilenialistas pudieron
también apuntar a un pequeño grupo de líderes en el mundo de las misiones
dentro del movimiento, pero con mucho, los más importante símbolos de la
respetabilidad del dispensacionalismo fueron los prominentes pastores que
dieron a sus congregaciones una dosis estable del nuevo premilinialismo.
Desde el principio los
dispensacionalistas idearon una forma de producir un flujo constante de nuevo
liderazgo a través del movimiento de los institutos bíblicos, el cual ayudaron
a establecer a finales del siglo XIX como cobertura contra la teología liberal.
Casi sin excepción las
puntuaciones de institutos bíblicos fundados entre 1880 y 1940 enseñaron el
nuevo premilenialismo. A través de los ministerios de los graduados de estas
escuelas, pastores, evangelistas, maestros de Biblia, misioneros, maestros de
jóvenes, el dispensacionalismo se difundió.
Tradicionalistas con un toque.
El dispensacionalismo se difundió
también porque sus defensores estaban dispuestos a demostrar algunas claras
continuidades con las prácticas y creencias evangélicas tradicionales. Primero fue
su compromiso con la Biblia. En un tiempo cuando los conservadores estaban cada
vez más interesados en el alto criticismo en la Biblia, los premilenialistas se
mantuvieron firmes en la inerrancia y la autoridad bíblica.
Además, los premilenialistas
mantenían que cualquiera podía leer la Biblia y entenderla. Los maestros
dispensacionalistas estaban de acuerdo en que el texto bíblico era mejor
estudiado de forma inductiva, eliminando los prejuicios y escollos personales
de la interpretación subjetiva de la cual los liberales eran culpables.
Todavía los maestros
premilenialistas de Biblia insistían que uno no podía hacer justicia ya sea de
un cuadro grande de la Biblia o de una parte más pequeña, sin una firme comprensión
de la verdad dispensacional. Irónicamente por encima de su método inductivo
establecieron un sistema dispensacional enormemente complejo y forzaron el
contenido de la Biblia a que pasara a través de esas rejillas. Segundo el
premilenialismo fue leal a la doctrina apostólica. Para el rango y archivo
evangélico la fe era “dada una vez para todos los santos” durante el tiempo de
los apóstoles. Así la tarea de la iglesia en cada era debía ser simplemente
reafirmar lo que los apóstoles enseñaron y sus palabras eran solo encontradas
en la Biblia.
Ya que la Biblia claramente
contenía pasajes acerca del regreso apocalíptico de Cristo, esto debería ser
completamente suficiente para los cristianos en los tiempos modernos. Tercero el
premilenialismo también siguió el abierto supernaturalismo de la tradición
evangélica. Mientras los liberales estaban inquietos acerca del punto de vista
del mundo supernatural, la afirmación dispensacionalista de lo supernatural era
solo lo que muchos protestantes estaban buscando recibir. En vez de poner a
Dios dentro del proceso evolutivo histórico, los premilenialistas seguían
creyendo en un Dios que estaba fuera de la historia y destinado a intervenir en
ella pronto.
¿Para bien o para mal?
Para finales del siglo XIX el
premilenialismo se volvió mucho mas creíble que el postmilenialismo. A los ojos
de muchas personas los eventos recientes señalaban tiempos peores y no mejores.
Howard Pope, quien fuera
superintendente del Instituto Bíblico Moody fue entrenado como un
postmilenialista en Yale, pero sus estudios en misiones y crecimiento de la
población mundial lo convencieron de que el mundo no se estaba convirtiendo a
Cristo, como él había sido enseñado, por eso se convirtió al punto de vista
premilenial tan rápido como Saul fue convertido a Cristo, dijo una vez.
Otros expostmilenialistas dijeron
lo mismo, se estaba volviendo cada vez peor leer las noticias matutinas de los
periódicos y creer que el milenio estaba a la vuelta de la esquina. Lo que se
veía inevitable en los 1830, la cristianización de la nación y del mundo a
través del éxito del avivamiento y la reforma ya no se veía posible al no ser
por una intervención milagrosa de Jesús mismo.
Los premilenialistas hicieron de
muchas de las corrientes y problemas de la sociedad una interpretación que ellos
llamaron “señales de los tiempos”. La corrupción política, la pornografía, el
abuso escolar, el surgimiento de los monopolios, el trabajo sin descanso, la
profanación del día del Señor por inmigrantes, la mundanería en las Iglesias,
la teología liberal, los conflictos internacionales, los incendios forestales,
terremotos, avivamientos, el surgimiento de sectas como La Ciencia Cristiana y
Los Testigos de Jehová, la polio, influenza, enfermedades, los cambios bruscos
del clima, el surgimiento del Zionismo, el hundimiento del Titanic, el
particionamiento de Europa después de la Primera Guerra Mundial, la radio, y
otros incontables eventos y tendencias eran vistas como pruebas de que el
premilenialismo estaba en lo cierto y que el fin de una era estaba acercándose
rápidamente, eventualmente hasta sus dectractores se dieron cuenta de que el
premilenialismo parecia plausible.
Todavía el crecimiento del
premilenialismo no puede ser explicado por motivos meramente ambientales. No puede
haber una explicación adecuada de como el movimiento buscó mantener elementos
importantes de la antigua tradición evangélica