Wednesday, December 18, 2013

El nacimiento de la postura Amilenialista

 
 
Amilenialismo
El Milenio hoy
 
Agustín cambió su opinión y la de la iglesia en occidente por los próximos 1500 años.

 
Una de las cosas interesantes de Agustín de Hipona el famoso norteafricano que se convirtió al evangelio en 386 dC es como y por que el cambió su punto de vista durante sus cuarenta y cinco años de carrera como escritor Cristiano. Quizás su más influyente cambio está encontrado en “La Ciudad de Dios” su gran obra literaria,, con una amplitud masiva de alrededor de mil páginas en la traducción moderna le tomó cerca de una docena de años en completarse.
Allí en el libro XXII, Agustín fija su comprensión madura del Milenio de Apocalipsis 20:3-6. Su nueva posición que es llamada como Amilenialismo se convierte en el punto de vista de la mayoría de los cristianos en occidente, incluyendo los reformadores por casi mil quinientos años.
El milenio ahora
Agustín había seguido el punto de vista de la mayoría de los cristianos anteriores a él, lo que había sido conocido como chiliasmo (de la palabra griega para mil años). El tradujo esto al latín en la palabra Mileniarismo.
Ahora en La Ciudad de Dios Agustín vio los mil años de Apocalipsis 20 no como un tiempo especial en el futuro, sino como el período que comenzó con la primera venida de Cristo, lo que es la era de la iglesia Cristiana, a través de esta era los santos reinarían con Cristo, no en la plenitud del reino venidero preparado para los benditos de Dios el Padre, pero, en una forma inferior.
De hecho, el pueblo de Dios no reina hoy con Cristo, dijo Agustín, la iglesia no debería ser el reino de Cristo, el reino de los cielos, (aunque Agustín sugiere diferentes significados de reino en las Escrituras).
Entonces ¿Qué hay de la maldad que el pueblo experimenta en el reino de Cristo? Agustín dijo: el diablo está encadenado a lo largo de todo el período desde la primera venida de Cristo hasta el fin del mundo, que será la segunda venida de Cristo, esto no quiere decir que el diablo sea incapaz de tentar a los cristianos alejados de Cristo, sino que no le es permitido ejercer su total poder de tentación ya sea por fuerza o por engaño a seducir a los cristianos. Aun cuando el diablo es desatado por un poco de tiempo, al final del milenio de la iglesia su envestida revelará no solo la profundidad de su malvado poder, sino también la maravillosa perseverancia del pueblo Cristiano. “El Todopoderoso lo desatará para que la Ciudad de Dios pueda ver en cuan poderoso enemigo se ha convertido para la inmensa Gloria de su Redentor, Ayudador, Libertador”
Agustín dijo: “La primera resurrección de la cual Juan habla es una resurrección espiritual y esta tiene lugar a lo largo de la historia de la iglesia en la muerte espiritual, oye la voz del Hijo de Dios y pasa de la muerte a la vida y asi ellos continúan en lo sucesivo en esta condición de nueva vida”. Aquellos que no hayan venido a la nueva vida en esta era, en la segunda resurrección pasarán a la segunda muerte con sus cuerpos.
Agustín nunca dejaba un problema sin resolver si podía evitarlo, tomó los tronos de Apocalipsis 20:4 como “los asientos de las autoridades por las cuales la iglesia es gobernada ahora” el juicio que ellos ejercen ahora es lo que Jesús les habló cuando dijo: “cualquier cosa que hatareis en la tierra será hatado en los cielos”.
Esta interpretación acoplada con este énfasis en la iglesia como el reino, no dejaba noción de que Agustín había previsto: en la edad media la iglesia sería vista como el lugar donde las reglas de Dios serían ejecutadas en la tierra a través de la monarquía papal.
El cielo es la cosa
Esta era la nueva forma de entender las últimas cosas, y la pregunta naturalmente surgió: ¿Por qué Agustín abandonó la interpretación dominante de cristianos muchos de los cuales eran profundamente respetados?
Primero Agustín debía mucho a un notable escritor Cristiano africano llamado Ticonio, quien murió alrededor del 400 dC, sabemos muy poco de él pero lo suficiente para estar seguros de que estos escritos conformaron las creencias de Agustín.
Segundo Agustín cada vez más se enfocaba en la vida en los cielos, ambas ahora y en lo adelante. La realidad terrenal e histórica iba siendo cada vez menos importante para él. La verdadera plenitud estaba más allá de este mundo. La idea de un Milenio literal en la tierra después del regreso de Cristo era para el demasiado burda.
Tercero Agustín estaba luchando con reacciones al saqueo de la “ciudad eternal” de Roma por los  godos en 410 dC. Muchos cristianos con este punto de vista habian invertido mucho capital espiritual en la permanencia del imperio romano y por lo tanto habían sido perturbados cuando la ciudad cayó. Agustín quería cortar toda la historia secular a su tamaño, todo lo que importaba era la historia de la Ciudad de Dios.
Cuarto Agustín había venido a ver todo el período entre la primera venida de Cristo y su segunda venida como una era única uniforme y sin interrupción por ningún evento especial que iniciara nuevas eras en la historia de la salvación. Por eso mostró tan poco interés en la revolución de Constantino.
Agustín creía que los própositos de Dios serían siempre cumplidos, el evangelio estaba avanzando hacia las naciones en las cuatro esquinas de la tierra, los santos que habían resucitado a la nueva vida a través del bautismo estaban siempre reinando con Cristo y siempre sufriendo hostilidades demoníacas.
El evento histórico desicivo había tenido lugar en Belén, Nazaret y Jerusalen y estos iban a tener total cumplimiento solo cuando Cristo viniera otra vez. Con la primera venida de Cristo había comenzado “los últimos tiempos” de la era terrestre, la consumación estaba más allá de este mundo cuando Cristo reinara en medio de su pueblo restaurado, cuando las luchas y preocupaciones de esta era hayan terminado.
 

Tuesday, December 17, 2013

Premilenialismo Histórico: Visión a largo plazo


 

 
 

Premilenialismo histórico: visión a largo plazo.

 

Muchos de los pensadores entre primeros cristianos no tenian problemas con la demora del regreso de Cristo, pero si tenian problemas con aquellos que aseguraban que el regreso de Cristo era inminente.



Los días vendrán cuando las vides crecerán, creia Papias de Hierapolis, “cada una teniendo diez mil ramas, y en cada rama diez mil ramitas, y en cada verdadera ramita diez mil retoños, y en cada uno de los retoños diez mil racimos, y en cada uno de los racimos diez mil uvas y cada uva cuando sea esprimida dará doscientos galones de vino, y cuando alguno de los santos eche mano en un racimo otro racimo gritará, ‘Yo soy mejor racimo tómame a mi, bendice al Señor a través de mi”


Papias (60-120 dC) fue quizás el primer autor post bíblico en describir el milienio visible en el reino de Cristo. El gnóstico hereje Cerintos (c 100 dC) elaboró los placeres físicos del milenio, incluyendo los placeres nupciales a un grado que escandalizó a los ortodoxos. Muchos de los primeros cristianos ortodoxos y herejes encontraron la sensual expectación del milenio como algo irresistible. Pero a medida que el cristianismo ganó experiencia en estas expectaciones estos cristianos encontraron suficientes razones para ser cautelosos.
 

Mientras que los años se convirtieron en décadas, y las décadas en siglos se hizo claro que a pesar de las esperanzas de algunos, el milenio no había comenzado con la resurrección de Jesús, aunque muchos estudiosos modernos especulan esto puede haber causado consternación, no hay evidencia ni en la exhortación interna ni en las respuestas a la crítica externa de que esto haya preocupado a alguien.

Los cristianos rutinariamente pedían en sus oraciones que el fin del mundo fuera pospuesto. Parece que el retraso no era simplemente una cuestión, aquellos que esperaban el milenio estaban confiados que vendría, la cuestión era simplemente cuando.

Mientras los años pasaron aquellos que creían en el milenio empezaron a considerar el evento que lo iniciaría, si la resurrección no había empezado el milenio tal vez la segunda venida si.
Justino Martir (c. 100-165 dC) compartía el punto de vista de Papias, en su “Diálogo con Tripho” Justino afirma su espera de que los fieles se levantarían de los muertos y reinarían con Cristo por mil años en una Jerusalen reconstruida, aun cuando el difería de Papias en dos puntos interesantes.

Primero Justino dijo abiertamente que no todos los cristianos compartían su expectacion “Yo y muchos otros somos de esta opinión y creemos que tal evento tendra lugar, pero por otro lado muchos que pertenecen a la pura y pia fe y son verdaderos cristianos piensan de otra manera” tal tolerancia no fue dada por otras enseñanzas como la resurrección de la muerte “muchos que son llamados cristianos dicen  que no hay resurrección de la muerte, y que sus almas cuando mueren son llevadas al cielo no me imagino que sean cristianos”

Segundo Justino Martir unió el inicio del milenio que el esperaba con la segunda venida de Cristo y no con la resurrección de Cristo como Papias creía. Justino creía que los cristianos fieles resucitarían de los muertos para vivir con Cristo en la Nueva Jerusalen. Cuando el milenio fuera completado el resto de la humanidad resucitaría de los muertos, entonces todos recibirían el juicio final. Este parece ser el primer escrito post bíblco que pone el milenio después de la segunda venida así claramente poniendo la era presente antes del milenio, de esa forma Justino Martir parece haber sido el primer premilenialista.
Escritores subsecuentes siguieron sus ideas. Ireneo de Lyon (c. 130-200) es mejor conocido por su vigorosa defensa del cristianismo contra los gnósticos en asuntos tales como la resurrección corporal de la muerte, en su libro “Contra todas las herejías” Ireneo sigue las enseñanzas de Papias manteniendo que cuando los fieles difuntos resucitasen reinarán con Cristo por mil años de felicidad. Jerusalen será reconstruida, la hambruna no será conocida y los animales vivirán en armonía entre ellos y con los hombres, sin embargo, como Justino y no como Papias Ireneo esperaba que esto pasara después de la venida del anticristo y la segunda venida de Cristo.

Justino e Ireneo hablaron del milenio como un evento lejano que ellos esperarían para algún día, su única importancia para la vida Cristiana era el recordatorio de la esperanza que debía guiar la vida Cristiana. Pero para finales de los 100 muchos cristianos comenzaron a ver señales de que el milenio era inminente, los más inquietantes eran los Montanistas.
Probablemente en el 172 dC Montano comenzó a proclamar que Jerusalen iba a descender en algún lugar cerca de Frigia (centro oeste de Asia Menor) Montano y sus asociadas femeninas Prisca y Maximila dijeron que el milenio habia comenzado y que Dios les había dado a ellos autoridad sobre la iglesia Cristiana, y que rechazar sus pronunciamientos era considerado blasfemia contra el Espíritu Santo según Lc. 12 y por lo tanto un pecado imperdonable, Montano fue eventualmente condenado por la iglesia pero no su escatología.
Para principios de los 200 dC Hipólito de Roma predijo que Cristo establecería el Milenio en el 496 dC, siendo Hipólito uno de los pocos escritores tempranos en predecir una fecha para la segunda venida, pero no por las razones que se cabría esperar. Mejor conocido por su “Tradición Apostólica” que contiene uno de los primeros textos sobrevivientes de una oración para consagrar el pan y la copa durante la comunión, Hipólito trabajó por esta fecha en su innovador estudio del libro de Daniel  que llegó a ser el sobreviviente de uno de los comentarios de uno de los libros de la Bibla.

Por esta fecha la cuestión de la segunda venida era un tema vivo, unos pocos capítulos antes de su predicción Hipólito habló de un necio líder de una iglesia siria que había dejado a su congregación en el desierto esperando la segunda venida. “Otro líder esta vez en Ponto (Norte de Asia Menor) ha predicho que Cristo vendría en el plazo de un año, su congregación confió en el ya que no confiaron en las escrituras por si mismas así que cuando el año terminó sin la segunda venida estaban devastados. Muchos perdieron la esperanza en las Escrituras y en la religión, las vírgenes se casaron, los hombres que retiraros sus graneros y aquellos que vendieron sus poseciones eventualmente se encontraron en la quiebra.

La espera del Milenio fue ganando una mala fama así que Hipólito quiso humedecer la espera, primero trabajó en las fechas del nacimiento de Cristo, cinco mil quinientos años después de que el mundo fue creado, luego contó que el Milenio debía empezar seis mil años después de la creación del mundo, de este modo el mundo debería acabarse después de siete mil años lo cual era un punto de vista muy común en esa época. Claramente entonces Cristo debería regresar quinientos años después de su nacimiento y cerca de tres siglos después que el libro de Hipólito. De este modo poniendo la segunda venida de Cristo tan lejos en el futro probablemente ayudaría a Hipólito a desactivar las esperanzas de los cristianos que esperaban el Milenio pronto.

Otro intento de humedecer las expectaciones del Milenio fue hecha por el gran pensador del siglo III Orígenes (c. 185-254) Orígenes tomó placer en la alegoría y los simbolismos y no sintió necesidad de interpretar Daniel ni Apocalipsis literalmente, dijo: “Sí, los mejores cristianos serán principes y gobernadores, pero ellos también gobernarán sobre las almas de mas baja condición y también les enseñarán acerca de cosas más profundas y sublimes para que ellos puedan ser formados en piedras vivientes que puedan tomar su lugar en la Jerusalen espiritual que estaba por venir.
Las alegorías de Orígenes se enfocaron en obras realizadas por las almas fieles más que en un despliegue milenial cronológico, de esta manera Orígenes podría constrastar la pagana sumisión al destino contra el sentido del cristianismo que la decisión de algunos podía hacer la diferencia. Un creciente número de pensadores cristianos vendrían a preferir este acercamiento.

Cuando la gran persecución irrumpió sobre la iglesia en 303 dC hubo una especulación de que la gran tribulación podría haber llegado con el emperador Diocleciano como la primera bestia de Apocalipsis 13 y el Cesar Galerio como la segunda bestia.
Luego Constantino gana la batalla al emperador en el 312 dC e inmediatamente pone un alto en la persecución, promete restaurar las propiedades de la iglesia y se ofrece para actuar como su patrocinador y patrón. Los cristianos sobrevivientes a la persecución estaban extáticos “El ángel del poderoso concilio, el gran capitán, y el líder del ejército de Dios, de repente apareció” escibió Eusebio de Cesarea (c. 260-340) haciendo referencia a Constantino.

Con esas jubilosas circunstacias ¿Quién necesitaba esperar por un Milenio en el futuro inmediato?  Fue entonces fácil concluir que el milenio había en efecto llegado y que la segunda venida de Cristo podría ocurrir en cualquier momento después que el Milenio fuera completado esto era un punto de vista post-milenialista.

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